Mentora Lovato (Demi Lovato Y Tu)

27.Aún no termina...

-Hasta... El....último... Respiro-esa voz rasposa y entrecortada me alarmó, alcé la mirada a su rostro y ella me estaba mirando con una débil sonrisa, comencé a llorar de la alegría y ella lentamente me limpió las lágrimas.
-Al fin despertaste-Susurro y acaricio su mano. Ella se quita la máscara y me mira a los ojos.
-Estamos vivas, estás viva-
-No sé quien nos trajo, pero estamos bien ahora, seguimos juntas-
-¿Me sigo viendo sexy con las vendas?-
Ante su broma niego divertida.
-Mucho, y muy hermosa-
Se acomoda a un lado y tira de mi logrando que ambas nos acostemos abrazadas, minutos más tarde, con el corazón aliviado y el cansancio de carga, nos dejamos caer en un sueño reconfortante.

***

Me enfermaba el hecho de que esas dos insoportables hayan logrado escapar de mis torturas, al parecer un maldito vecino había escuchado los gritos y alertó a la policía, pero que disfruten mientras puedan, después de todo, nada es para siempre, la vida se termina y el amor también. Lo único que no se termina y nunca se terminará, es mi rencor hacia ____, mi vida se volvió una mierda con ella cerca, gracias a ella lo perdí todo, los perdí a todos, mientras ella sonreía yo lloraba en silencio, mientras ella se reía yo me enpastillaba con el fin de matarme, pero nunca lo logré, eso fue una señal, fue la señal de que yo no debía morir, quien debía morir era ella, pero antes de que lo haga, quería que sufriera lo que yo sufrí. Quería que haber perdido a mi familia y mis hijas pequeñas valiera la pena, porque cada alma que perdí por ella, la iría reclamando poco a poco.
Nunca olvidaré la mirada de mis pequeñas Anabelle y Susy, mis preciosas gemelas, antes de morir me miraron a los ojos con miedo, pero fui incapaz de salvarlas, ya era tarde y sus cuerpos yasían en el suelo, sin sentido sin vida.
Pero esa es solo una de las cosas que me ha hecho la niña infeliz, y luego de que me pagué por lo que hizo, sería yo misma la que me encargué de matarla, pirque ese sería mi trabajo y de nadie más. Ojo por ojo, diente por diente. Familia por familia, alma por alma.