EXTRA IV: Añoranzas de nuestro amor

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- ¿Estás seguro que puedes? – le preguntó por milésima vez.

Desde que Jonghyun lo había delatado, Minho había accedido. El 'bocotas' de su amigo, insinuó que no podrían salir juntos esa tarde porque tenía que estudiar y él no era un buen estudiante, y que quizás debería pedir ayuda pero que probablemente nadie accedería en un día viernes y bla, bla, bla.

El tema era, que desde hace un tiempo, Taemin se estaba replanteando seriamente si seguir estudiando derecho o no. Estaba en segundo año y por el plan académico debía tomar una asignatura que no fuese afín a lo que estudiaba; en deportes era un asco así que lo descartó incluso mucho antes de pensarlo un poco, idiomas no se le daba bien, de hecho en la secundaria el japonés había sido su talón de Aquiles por lo que lo único que quedaba era artes, música y danza. Arte ni hablar, no era un maricón con el pincel en la mano, música ni en broma, así que optó por la danza.

Lo que no había esperado nunca, es que a pesar de lo que él mismo pensaba de sus propias habilidades, en más de una ocasión había recibido halagos de su profesora; que tenía buena contextura física, que era flexible, tenía ritmo y coordinación y que, además de aprender rápido, era realmente bueno en eso. En verdad, ¿Lo era? A fin de cuentas terminó convenciéndose de que sí lo era cuando al final de la primera quincena del curso, tuvieron que montar una breve coreografía individual y su sobresaliente no fue lo único que obtuvo, sino que además comentarios de los profesores de la Facultad de Arte y que iban más allá de una simple felicitación.

En más de una ocasión se había replanteado que quizás, estudiar leyes iba más por un capricho con su madre en una de esas típicas conversaciones infantiles en que lo primero que le decía era que sería doctor o abogado. Pasado los años pasó por astronauta, policía, bombero e incluso veterinario. No se había dado cuenta de cuánto tiempo había invertido pensando realmente en qué quería estudiar para dedicar su vida trabajando en aquello, que cuando reaccionó las parciales para el ingreso a la Universidad estaban a una semana y el solo la rindió y optó por lo que creía mejor en ese momento: leyes.

Ahora que era consciente, invertía su tiempo entre pasar las asignaturas y las clases de danza que, habiendo ya reprobado el ramo electivo, él seguía asistiendo como 'participante aventajado' como le decía la maestra, quien además le invitaba a su academia los fines de semana e incluso le daba pequeños papeles en una que otra presentación.

Pensar en dejar de estudiar leyes y cambiarse a la Facultad de Artes para estudiar danza, no solo implicaba una larga y tediosa conversación con su madre sino que además, si ella lograba entenderlo y apoyarlo, cambiar de carrera significaba también dejarlo de ver a él. Él, a quien había conocido en su primer año de estudiante universitario y que era dos años mayor; todo un referente estudiantil, así como también el casanovas de la escuela de leyes pero a fin de cuentas, su amigo desde hacía ya tres años.

Choi Minho.

Habían quedado ir esa tarde a jugar bolos; Jonghyun, Minho y él. Jonghyun por supuesto sabía que Taemin no iría porque tenía una prueba el próximo lunes pero por alguna extraña razón, llegó con Minho a buscarle afuera de la Facultad de Leyes y Taemin no comprendió sus intenciones hasta mucho después.

- ¿Vamos? – le dijo comenzando a caminar.

- Hyung, sabes que no puedo, te dije que...

- ¡Oh, claro! Tae, lo siento, lo olvidé

- ¿Qué pasa?

Minho preguntó mirándoles sin entender. Jonghyun fingió pesar y suspiró exageradamente.

[ Memorias de un Invierno ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora