Epílogo

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Abrió la puerta del baño sujetándose la toalla a la cintura, sin importarle el vapor que salió de éste luego de su ducha, encontrando la habitación vacía. La cama en la que minutos antes tenía a otra adormilada persona entre las sábanas, lucía removida; el edredón hacia atrás y la almohada con la huella de una cabeza en ella.

En el walking clóset se puso ropa interior y una camiseta, la toalla mojada quedó olvidada en el suelo cuando él salió a buscarle. En el pasillo, la luz del cuarto al fondo de éste era suave. Caminó hasta allá y le miró silente por el espacio de la puerta a medio cerrar. En el cuarto; estrellas, corazones, flores y copos de nieve se dibujaban en luces multicolores en las paredes generadas por la lamparita giratoria que esa misma mañana habían comprado en la tienda comercial; 'Ya tienes otra, no la necesitas' había dicho él, 'Pero la mía no es como ésta...' dijo la niña, 'Yo se la compro...' alegó Taemin; peleando mano a mano con el brillo de la luna que ingresaba por la ventana.

Y le vio ahí, como venía haciéndolo desde hace poco; sentando en el suelo junto a la cama, piernas al pecho y sus brazos rodeándolas con el mentón en las rodillas, y una sonrisa en los ojos mientras parecía que el tiempo no le importaba en cuánto en mirar dormir a Ellie se trataba.

Minho abrió la puerta y el quejido le delató, encontrando la mirada de 'Me pillaste' por parte de Taemin, quien se deja abrazar cuando el mayor se sienta tras su espalda, con ambas piernas a cada lado de su cuerpo, abrazándole por el torso.

- Amor...

- Lo siento – se disculpó – Es, es que simplemente no puedo dejar de mirarla es... es perfecta

- Lo es, ¿cierto? Hicimos un buen trabajo con ella

- Tú lo hiciste...

El moreno le apartó, buscando su rostro cuando lo último que dice sale con notas de dolor. Ese era su primer fin de semana viviendo juntos, entre tantos otros que la niña y su otro padre habían pasado en esa casa por un par de noches para volver al departamento en el que vivían, todo para no hacer tan abrupto el mudarse hasta que decidieron hacerlo. Y Minho, por más que lo intentaba, no sabía cómo devolverle el protagonismo en la crianza de Ellie sin que Taemin se sintiese culpable por haberlos dejado tiempo atrás.

- Ambos lo hicimos...

- N-no... - susurró con dolor – Me perdí, tantas cosas; su primer cumpleaños, sus primeras palabras, su primer día en el colegio, ta-tanto...

- Hey, amor...

El menor se deja sostener, escondiéndose en el cuello de Minho cuando no puede contener sus lágrimas y simplemente llora, sintiendo en su espalda las manos cálidas del moreno y sus 'No llores bebé, no llores...' junto a su oído.

- No me perdonaré nu-nunca, nunca haberlos dejado, no debí

- No, no lo digas – interrumpió – Ya fue, eso ya pasó, nos prometimos empezar de nuevo y eso significa dejar todas esas cosas atrás

- P-pero, pero no fui un padre para mi hija

- Lo serás...

- No, Min

- Amor, escúchame – insistió tomándole por las mejillas - ¿Qué son cinco años cuando todavía nos queda toda una vida? Estuvimos juntos la misma cantidad de tiempo antes de que el accidente sucediese, esto... es nuestro reinicio...

- Pero, E-Ellie...

- Ellie te adora, te ama, sabes que lo hace

Detuvo el auto en la acera, apagando el motor cuando llegaron a la casa que venían frecuentando desde hace un mes. En su mente sonrió rememorando sucesos del pasado y que habían cambiado su vida y relación con Minho, recordando la vez que salió corriendo en medio de la lluvia por una confesión fallida con Minho tras él; ese día se habían amado por primera vez y ese lugar, esas paredes, contenían los secretos de compartieron casi como si fuera prohibido.

[ Memorias de un Invierno ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora