#15

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Su respiración estaba agitada, los puños bien marcados, con sus nudillos ya blancos por la presión.
--- Eso no era necesario!--- Gruñó. Y por un momento Donna palideció, más recuperó la compostura inmediato, poniendo una mueca desfigurada.
--- Acaso estas osando usar tu maldito tono de perro alfa conmigo!?--- Reclamó. Will chasqueo la lengua refunfuñando a lo bajo, pues si, estaba enojado, más no sería capaz de doblegar a su madre de tal modo usando su condición.
--- No...--- Dijo apenas audible.
--- Bien, por qué no te lo permitiré William. No a mi. Tú eres mi único hijo. Ni Gerard ni Michael cuentan. Esos mocosos solo me han desafiado y todo por haber nacido alfas. ja!, agradecidos deberían estar!!--- El pelinegro rodeo los ojos ya irritado pero más calmado que hacía un rato.
--- Solo te digo que no era necesario llegar a ese extremo.
--- Entonces sí ha perdido al fenómeno.
--- Mama.
--- Tonterías William, es lo mejor para ambos. Así tienes el camino libre con el mocoso Iero. --- Will bufo apretando los labios
--- No quiero enamorar al mocoso Iero mama. El ya tiene alfa, está casado y es mi hermano. No puedo.
--- William!!--- Un chillido salió de la boca de la mujer lastimando los oídos del menor con rudeza. --- No me salgas con esa mierda, tú no. Harás lo que te he dicho que hagas y punto. Entiendes!?---
--- Te dije que...
--- Si no lo haces me encargaré de que no amanezca vivo, oíste!?--- Y ahora sí, era el pelinegro era quien había palidecido.
Pues, lo que no quería que ocurriese, estaba sucediendo.
Frank Iero era un lindo chico, con buenos sentimientos y no merecía lo que él y su madre estaban haciendo con su familia.
Y ahora tenía que "enamorarlo", cosa imposible, pero al menos ha de intentarlo pues si así salva la vida a aquel que le mostró simpatía cuando nadie más lo hizo,  no dudaría en hacerlo.
--- Bien.

***
La habitación era completamente oscura.
Lo único que se escuchaba eran las respiraciones lentas y pausadas que aquel diminuto cuerpo a su lado hacia.

Se sentía impotente.
Le acaban de arrebatar algo que aunque se podía volver a crear ya no sería lo mismo.
Gerard mordió sus labios con fuerza aguantando todo aquel dolor que sentía por dentro, pues su pequeño omega ya hacía dormido después de tanto tiempo y lo menos que quería era llegar a despertarle con sus sentimientos.

Un toque liviano pero audible interrumpió sus pensamientos.
Camino hasta la puerta, no sin antes haber acomodando una almohada al lado del castaño para así no despertarle.
Al abrirla, su hermano menor se encontraba tras esta, viéndole con lastima.
--- Estoy bien, Mikes...--- Susurró, más para el que para el rubio.
--- Seguro que si. Yo solo vine a saber cómo está Frank.--- Dijo Michael con maña.  Gerard gruño a lo bajo, para luego suspirar.
--- El estará bien, lo podremos superar... Yo, solo....--- Y entonces una mano llena de apoyo de depósito en su hombro, transmitiéndole seguridad y solo así, se permitió soltar una que otra lágrima, apoyando su cara en el pecho de su hermano menor. --- Estaremos bien...--- Su voz estaba entrecortada, más recuperó la compostura volviendo a dirigir su mirada al chico que veía frente suyo.
--- Sabes que cuentas con nosotros... Bernard está preocupado por el enano al igual que por ti, y lo mismo conmigo. Somos su familia y... Solo queremos que sepan que estaremos aquí.--- El pelinegro dejó escapar una pequeña sonrisa sincera asintiendo lentamente.
--- Gracias.--- Una mueca invadió su rostro al instante de sentir como el dolor y la tristeza se apoderaban de su pecho de nuevo, haciéndole saber que su presencia debía estar al interior de la habitación a su espalda.--- Me tengo que ir, Frankie ha despertado....--- Dijo vagamente y con Miley asintiendo sin más entro.

Al estar ya dentro, su corazón se estrujo terriblemente en una.
Su pequeño omega se hallaba incorporado en aquella gran cama con la vista vagando a muchos lados.
--- Gee...--- Suplicó. Enseguida fue hacia el poniéndose frente suyo para tomar sus mejillas y besar su frente mientras sentía como aquellas manos pequeñas se aferraban a sus costados.
--- Aquí estoy cariño... Aquí estoy.
--- No me dejes Gee... Tú no, por favor....--- La mirada de Frank reposo en la suya siendo penetrando al punto de que se volvió dolorosa. Aquellos ojos avellanas le estaban taladrando el alma, y le hacía sentir tan lleno y a la vez tan mal consigo mismo por dejar que su omega sintiese todo ese remolino de sensaciones en su pecho.
Su alfa solo quería colmar su dolor, erradicarlo por completo.
--- No Frankie... Te lo prometo. Nunca me iré.--- Dijo sincero. Acariciaba las mejillas del castaño para luego hacerse camino a su cuello donde la marca reposaba, absorbiendo el aroma que este desprendía, a la vez en la que repasaba lentamente su lengua sobre ella, tranquilizando al menor con lentitud.
Frank se estremeció al contacto de la pequeña humedad del mayor, trayendo aquel acto consigo una calma tan maravillosa.
Y entonces supo que podría superarlo.
Con Gerard podría volver a intentarlo y que el tiempo sanaría sus heridas. Todo estaría bien por qué el pelinegro estaba a su lado y eso ahora, era lo único que importaba.

El alfa sintió una pequeña paz al notar cómo había logrado su propósito en el menor, separándose poco a poco de el, notando aquellas mejillas sonrosadas, con una pequeña curvatura en sus labios que dejaban ver una diminuta sonrisa.
Se alivió el alma, tomando el mentón de su omega para que le mirara fijo, logrando de nuevo su cometido, se acercó seguro de sí, pues con Frank, eso ya era costumbre, y tomo aquellos carnosos y suaves ejemplares, rozándolos con cariño y pasión a la vez, siendo correspondido, y empezando un vaivén de emociones, que solo un beso les hacía lograr.

Al abrir los ojos, extrañamente sonrió.
Y a pesar de aún sentir algo pesado su corazón, se sentía alegre, claro, con un severo dolor en los labios de lo hinchado que ahora se encontraban pero estaba feliz.
Se volteó con cuidado de no mover al mayor apreciándolo.
Toco suavemente sus mejillas, repasando luego sus ojos, sus largas pestañas, sus labios de la misma situación que el, entre abiertos.
--- Buen día --- Respingo al escuchar la pastosa voz de su alfa, y se le encogió el pecho de la ternura que este destilaba.
--- Buen día Gee...--- Su voz aún estaba algo rota, pero el pelinegro notó en ella un toque de paz.
--- Tengo que ir a trabajar... Y quizá vuelva algo tarde pues tengo una junta...--- la cara del menor se mostró en una mueca de miedo al instante aferrándose al mayor de inmediato.--- Hey... Frankie...
--- No vayas Gee... Yo no quiero... No puedo estar solo...--- Aquella expresión fue lo más adorable del mundo para el alfa quien sonrió con dulzura al menor, asintiendo.
--- No puedo faltar pero... Por qué no vienes conmigo?--- Frank alzó la vista sobresaltado con una expresión de asombro y entusiasmo. Asintió varias veces sonriendo.--- Bien, entonces vamos...

Extrañamente, y a pesar de aún estar triste, el buen humor lo invadió.
Por primera vez acompañaría a Gerard a su trabajo.
Servía el café en dos tazas agregándole azúcar, las tostadas ya tenían la mermelada y la mantequilla juntas y ahora solo faltaba que su alfa bajase a desayunar para así poder pasar un día con el.
--- Veo que estás muy feliz--- Por un momento se congeló en su lugar para luego sonreír tímidamente hasta la persona en el umbral.
--- Buen día Donna--- Respondió amable.
--- Me han llegado los rumores de lo que sucedió ayer.--- Dijo la mujer sin escrúpulos. Frank apretó los labios, sintiendo una pequeña opresión en el pecho que de a poco empezaba a crecer.
--- Así es... Simplemente pasó...--- Donna camino hasta el con la mirada sería palmeando su hombro con hipocresía.
--- Bueno, son cosas de la vida. Si pudiste embarazarte una vez, podrás hacerlo de nuevo. Ya sabes entre más rápido mejor.--- La boca del castaño se torció irremediable al no saber qué responder más que optar por guardar silencio.---- Gee necesita un heredero, Frank. No me lo tomes a mal.--- La mujer alzó sus manos fingiendo inocencia.
--- Lo... Se... Yo... Le daré uno.--- Frank trató de mantenerse firme.
--- Claro, confió en que así será. Un alfa fuerte y sano.---
--- Si resulta ser una omega, tampoco habría problema...--- Replicó el menor a lo bajo.
--- Pero qué cosas dices muchacho!, Gerard necesita un alfa, no le hace falta un hijo omega, eso solo afectará a la familia.--- como una madre protegería a sus cachorros, el menor enseguida alzó la mirada desafiante.
--- Será lo que tenga que ser Donna. Y será amado por sus padres, así que con eso será suficiente.--- Habló con seguridad.
--- Ja!--- Ella le vio burlona mientras él se preguntaba cómo es que la propia madre del pelinegro podía decir tales ridiculeces. --- Eso opinas tu cariño, pero acaso le has preguntado a mi hijo sobre aquello?.... Gerard tiene mucho que ganar en la empresa ahora. Donald murió y por lo tanto el paso a ser el jefe. Por lo tanto necesita un heredero lo más pronto posible, lo sabes y un alfa es lo que esos buitres exigirán. Yo soy alguien con una anatomía increíble, todos mis pequeños resultaron ser de linaje. Claro que Donald tuvo que ver mucho en ello pero... Nuestra compatibilidad fue importante. Así que espero que Gee y tú lo sean, pues de otro modo, terminará siendo un hijo innecesario.--- Y sin esperar respuesta y con una sonrisa maliciosa, Donna desapareció de aquel lugar, dejando a Frank destrozado.

Yo tu Alfa, tu mi Omega.♡ (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora