Starco - Un Universo alterno

El fin

Marco

Ambos nos adentramos en la peligrosa zona, que poco a poco era iluminada por la luz de la antorcha; ésta, otorgaba un poco de calor al helado lugar. Pasamos por unos pequeños escombros, cuya dificultad de pasar era casi nula; el problema se presentó a medida que los escombros se hacían más recurrentes y y de mayor tamaño, y con formas que presentarían un peligro para casi cualquier ser que se atreviera a adentrarse a tal pasillo con un aspecto de la entrada al mismo infierno.

Green: Muy bien, falta poco, solo agáchate antes de que....

Marco: ¡ OU-OU-OU-OUCH!

Green: Olvídalo...

Había chocado contra uno de los muros que se habían caído, este sostenía algunos otros escombros; enseguida pasé mi mano por donde había recibido semejante dolor a causa del impacto entre los escombros y mi cabeza. Antes de si quiera poder quejarme me interrumpió un crujido, que se asemejaba al sonido de un árbol a punto de caerse; fue entonces cuando me di cuenta de una pequeña grieta que se hacía más grande justo dónde mi cabeza había tenido la mala suerte de haber golpeado.

Green: Oh, genial, mira lo que hiciste, Díaz.- Colocó su mano sobre su cara, haciendo el típico face palm.

La grieta comenzó a hacer líneas más grades a lo largo del arcaico pasillo; el eco, no ayudaba mucho, y hacía que el sonido de las paredes a punto de derrumbarse fuera más estremecedor.

Green: Me temo que tenemos que apresurar el paso.

Me quedé plasmado en el suelo por unos segundo mientras Green corría muy rápido por lo largo del pasillo, aún no podía procesar el momento, pero conseguí moverme. El piso de atrás se derrumbaba junto con el techo y las estrechas paredes, y el miedo aumentó como por arte de magia la velocidad con la que corría. Mi respiración era profunda, estaba corriendo tan rápido que podía escuchar mi corazón latir y sentir cómo palpitaba por cada parte de mi todo mi ser; aún no lograba comprender como Green lograba correr tan rápido; de pronto, encontré la respuesta más obvia: Él no es un humano.

Green: OYE RECUERDA QUE PUEDO LEER TUS PENSAMIENTOS.- Bufó.- OLVÍDALO, SOLO SALTA.

Marco: ¿Que salte?

Green: A-HO-RA.

Obedecí las órdenes y di un gran salto después de el. Miré debajo mío, el tiempo paso lento por unos momentos, podía ver un gran agujero, estaba muy hondo. Descendí hasta tocar con las puntas de mis pies el suelo y correr torpemente, recuperando mi paso después del salto.

Green abrió una puerta y ambos entramos apresuradamente, todo colapsó, y la puerta desapareció. Apenas y podía respirar, además de sentir unas leves punzadas por mis costillas, cosa que me ocurría al correr mucho, o tomar agua antes de hacer ejercicio, odiaba ese dolor.
Caímos en un césped completamente verde, había un pequeño sendero de muchas rosas de diferentes colores. Green caminó en dirección al sendero, yo solo le seguí, ya que realmente no sabía que ocurría.
Llegamos a una cabaña, muy linda, era muy grande hasta para ser una, pero se veía acogedora, unas grandes variedades de plantas la cubrían, parecía un castillo en el bosque, como la de la Reina que protege a los animales o algo por el estilo, ya saben, cosas cursis y eso.

Green pasó por una pared transparente, como si se sumí refiera en agua, tuve algo de miedo antes de pasar, pero me armé de valentía. Un ligero cosquilleo, como si pasaras al roza de un montón de plumas suaves. Puso un pie por encima del escalón y tocó la puerta, una voz se escucho del otro lado, la voz de una mujer, era muy suave. Green frunció el ceño y volvió a tocar más fuerte, la mujer respondió con otro "voy", pero esta vez más cerca, los pasos ce acercaban apresurados y pronto la puerta se abrió; Una muy bella mujer de piel blanca y pálida, de cabellos blancos pero con brillo abrió nos recibió con una gran sonrisa, sin embargo Green no parecía estar contento en lo absoluto.