Capítulo doce.

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━¡Sam! ━Te grité desde el otro lado de la puerta del baño━. ¡Sam!

La puerta se abrió hacia adentro y me sonreíste al salir. Tu increíble cabello mojado, dios.
Llevabas una toalla blanca debajo de la cintura. Olías a limpio, a jabón y loción.

━¿Qué cosa? ━Preguntaste.
━Me voy ya.

Seguro que me escuchaba patética. Dije que me iba y en realidad seguía envuelta en una sábana. Ni siquiera me había vestido.
Ya me bañaría en casa.

━¿Por qué?
━Porque... Abi está ahí, ya sabes. Te lo dije.
━Entiendo━asentiste.
━¿En serio?
━Sí.

Tuve un mal presentimiento. Ahora todo lo que me pasaba por la mente eran tú y Chelsea. Tú y ella riéndose y burlándose de mí cada vez que podían.
Era lo único que me imaginaba, y me hacía mucho daño. Siempre me daban ganas de llorar y ahogarme con mis propias lágrimas.

Bien, estaba exagerando mucho.

━Dejaré que te vistas en mi habitación━dijiste sin titubeos. ¿Desde cuándo necesitaba tu permiso para entrar en tu pieza?
━Gracias, creo.
━Me arreglaré aquí mismo.
━Sí━asentí.

Caminé descalza hacia el sofá. Agarré mi ropa que estaba revuelta con la tuya en el suelo. Lo tomé todo y fui a tu habitación.
Saliste de ahí sin decirme nada con tu ropa en mano y sin expresión alguna.
Esto no iba a terminar bien. Y lo presentía.

Me vestí lo más rápido que pude y me amarré el cabello en un moño. Me fijé en la hora del reloj: eran las ocho y media. Ya estaba oscuro y tú me habías llevado contigo.

Salí de la habitación con mis zapatos en mano. Me senté en el sillón para calzármelos.

━¿Quieres que te pida un taxi?

¿Qué? Era... increíble.
En cualquiera otra ocasión habrías insistido en llevarme. No sé por qué cambió.

━No. Puedo tomarlo sola.
━Está bien━dijiste indiferente y me tendiste mi bolso━. Ven con cuidado. Probablemente te llame.
━Probablemente no te responda.

Levantaste las cejas sin creer lo que te había dicho.
Me giré hacia la puerta para salir y me detuviste poniendo tu pie entre los míos. Mierda, casi me caí.

━¡Ahora qué! ━Exclamé.
━¿Por qué estás actuando de esa manera? ━Me preguntaste cambiando el tono por uno más fuerte━. No entiendo nada, Aut.
━Yo tampoco entiendo nada. Cuando creo que vamos viento en popa tú eres el primero en hundir el barco. Tú siempre lo arruinas.
━¡Yo! ¡Sí, claro! ¡Yo siempre!

Te estabas haciendo la víctima y sólo tenía una solución: decirte la verdad.
Pero preferí guardármela. Qué imbécil.

━Sí. Siempre tú━asentí y logré quitar tu pie de entre los míos. Giré el pomo y salí corriendo hacia la calle.

¡Pensé que me seguirías! Se supone que cuando una chica te dice que la dejes ir... Es lo menos que debes hacer. Debí enseñarte eso.
Lo apuntaré ahora mismo en lo que debí haber hecho.

Siempre estoy quejándome por lo que debí decirte, lo que debí hacerte o cosas así. Pero el hubiera no existe y lo sé. Contigo ya no existe nada y aunque no lo creas, me duele. Y mucho.

Me detuve en la parada del autobús. Me senté en la banca de metal y a mi lado había un chico.
Su cabello era dorado y su piel clara. No pude verlo a los ojos.

Ahí algo cambió.
Esa tarde de mierda la sentí como si apenas hubiera empezado.

El autobús se detuvo frente a nosotros y subí los tres pequeños escalones. Detrás de mí subió ese chico.

The coffee cup.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora