Capítulo cinco.

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Mientras iba a casa en el autobús, lo único que hacía era pensar en ti y en ese beso que me habías dado.
No me quejé, ni me quejo ni me quejaré. Fue hermoso.
Jamás te dije lo bien que besabas. Y lo digo en pasado porque sólo conmigo pudiste hacerlo de una forma más "sincera".

Llegué a casa y lo primero que hice fue tirarme en el sofá.
Había sido maravillosa la cita, pero, como siempre, no había sido suficiente.
Y ahora que lo pienso escribiendo esta mierda que seguramente no leerás completa, jamás lo fue. Jamás fue suficiente para mí.
Tal vez tú no lo eras. No eras mucho para mí, al menos.
Y de eso me di cuenta el día en que rompimos. O bueno, el día que rompí contigo.
Pero esa es una historia triste y diferente. Muy diferente a los primeros días. Lo único que pensaba era el día en que volvería a verte.

En tus besos, en tus caricias, en tus abrazos. En tus palabras.
Todas falsas.

Me adelantaré unas semanas para que veas todo lo que pasó. Todo por lo que pasamos y todo de lo cual me arrepiento.

Semana 10.

Caminaba hacia tu casa en medio de la noche con el viento azotándome el rostro y el cabello alborotado.
Ese maldito clima de octubre estaba haciendo que me enfermara, y por eso tomaba pastillas y otros medicamentos. ¿La razón? No podría besarte si estaba enferma.

Sonreí para mí mientras abría la puerta de tu apartamento con la llave que me habías dado días atrás. Y te agradecía, y te agradezco que me las hayas dado. Porque... bueno, gracias a esto yo te descubrí.
Sí, Sam, ahora tienes todo el derecho de odiarte y de odiar estas jodidas llaves. Te las devuelvo.

━¡Ya vine! ━Grité, y de inmediato saliste de la cocina con un trapo en mano y harina en la cara. Junto con sudor.

Antes me parecía atractivo, pero te diré una cosa: Qué maldito asco, Sam.

━¿Cocinando otra vez? ━Te sonreí━. No se me hace raro. ¿Qué me harás de cenar?
━Bueno, no sabía que vendrías━te reíste━. Sólo preparaba comida para uno.
━¿Qué hacías, entonces?
━Pizza━te encogiste de hombros━. La odias, lo sé. No sé qué puedo prepárate rápido. ¿Ravioles? ¿Te gustan? ━Insististe.
━Tranquilo━me reí━. Soportaré la pizza porque me gusta cómo la haces tú.
━Gracias. Eso es un halago de tu parte.

Rodé los ojos en broma.
Pero no, no era de broma. Sam, siempre odié esa parte de ti.
Siempre hay algo de alguien que nadie soporta. Y lo que yo odiaba de ti era que cada vez que te decía algo lindo, creías que era nuevo.
¿Te digo una cosa? No eres la única persona a la cual le hablé bonito, y si lo hacía, era porque claramente te lo merecías. Te quería y te lo demostré de todas las formas posibles.
Y cuando leas esto, no te quejes. Yo tampoco era la única a la cual le hablabas bonito.

A los pocos minutos estábamos empezando a cenar.
No se me va a olvidar jamás ese momento, y no precisamente porque haya sido hermoso.
Te lo recordaré.

━Puedo soportar esto━te sonreí━. Sólo bromeaba, Sam. Amo la pizza, dime ¿quién no la ama?
━Las porristas, anoréxicas y bulímicas.
━Eso no es gracioso.
━Lo es si tienes sentido del humor.

Me encogí de hombros.
Era obvio que no tengo sentido del humor. Jamás lo tendré por tu culpa. Sí, te culpo a ti y nada más a ti.

━¿Recuerdas mi reserva especial? ━Me preguntaste.
━Sí. Y recuerdo que no querías darme una botella y que preferías compartirla conmigo━asentí━. ¿Qué planeas?
━¿Tú qué crees?

Levantaste las cejas y te sonreí.
Siempre me gustó la forma en que lo hacías porque te veías lindo. Gracioso, atractivo...
Te pusiste de pie y caminaste hacia un estante de madera. Las puertas tenían vidrios y pude ver toda la cerámica que había dentro del mueble.
Mientras tú buscabas la botella, tu teléfono que estaba sobre la mesa, comenzó a vibrar. Pero no te dije nada.

The coffee cup.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora