Sorpresa

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El verdadero valor se encuentra
entre la cobardía y la temeridad
Miguel de Cervantes.

Rebeca pasó por enfrente de Miguel y Efraín sin siquiera voltearlos a ver. Estaba molesta, más por no haber disfrutado de la presencia de sus padres, que por no haber ganado. Inmediatamente Efraín trató de seguirla, pero el entrenador Rivera se metió a los vestidores mixtos con ella y el resto de los competidores del instituto.

- Muy bien Rebeca, vamos a seguir entrenando para las nacionales- dijo el entrenador.

- Muy bien nada Rivera, estuve fatal y todo por la culpa de aquel idiota que está afuera- dijo ella mientras se cambiaba de tenis.

- ¿Lo dices por Miguel?- cuestionó Rivera.

- No, bueno ya no sé, me molesta tener que estar preocupada por otras cosas que no sean la carrera. Ya sabía que si me distraía, la del instituto Belice me iba ganar- los ojos de Becca se empañaron, pero ésta parpadeó exageradamente.

- Bueno cálmate, estoy seguro de que si nos preparamos muy bien ganas en las nacionales- el entrenador se acercó para darle una palmada en el hombro. Al momento la dejó con otras compañeras.

Al salir de los vestidores buscó a Miguel pero no lo vio por ningún lado. Sus padres la esperaban conversando con otros padres en la entrada principal. Sonrió y fue corriendo hacia ellos.

La noche se había puesto bastante fría después de una rápida lluvia. Decidieron cenar pizzas en un lugar cercano, pero aun así tomaron el carro porque el clima era impredecible.

El lugar era muy acogedor, con luces tenues y un horno de leña al fondo donde hacían la comida. Rebeca se sentía muy cansada pero estaba disfrutando la compañía de sus padres como cuando era niña.

Después de cenar platicaron sobre qué harían el fin de semana en casa de la mamá de Luis. Donato no podría asistir, pero prometía que harían otro viaje donde él pudiera acompañarlas.

Todo era perfecto si no fuera que Rebeca no dejaba de pensar en Miguel. Se preguntaba si él se había enfadado de tener que quitarse a Efraín de encima, o si simplemente había perdido interés. No lo gustó verlo discutiendo con Efraín, pero estaba consciente que había mostrado mucha calma en otras ocasiones y que era una situación incómoda para él.

Al salir del lugar observó unos automóviles negros en caravana a la entrada del lugar. Le pareció extraño que su madre subiera en uno de ellos, pero ella aclaró que era una amiga la cual hace tiempo no veía e irían a tomar un café.

Donato y ella subieron al coche y a penas pudieron observar cómo unos hombres vestidos de traje los observaron y se subieron al mismo tiempo que ellos a una camioneta negra. Rebeca mantuvo sus dedos a unos centímetros del número de Miguel. Se moría por pedirle que pasara por ella en su moto, a pesar del gélido clima, de mojarse en la lluvia o de cualquier cosa. Al final de cuentas se detuvo y siguieron directo a casa.

Al llegar, Luis los esperaba con nachos y palomitas. Les dijo burlándose que verían una película de terror que los iba dejar sin poder dormir. Muy resignados se sentaron a verla y como él había predicho estaba para quitar el sueño. Rebeca pasó la mitad de la película con los ojos cerrados y jalando a su primo de la sudadera. Su padre por el contrario les dijo que él no era tan masoquista como ellos y se fue a dormir.

Al final de la película Luis se sentó en otro sillón y la observó fijamente.

-¿Qué? ¡Ya deja de verme!- dijo Becca.

-Es que no entiendo qué te ven esa bola de mensos a los que traes locos- dijo Luis riéndose.

- Cállate, es por mi carisma- dijo ella sonriendo de forma graciosa.

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⏰ Última actualización: Jan 07, 2017 ⏰

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