De vida o muerte

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Esperaba ansiosa que él me atacara. No iba hacer la primera. Trenx me miraba ansioso,deseaba que me le acercara e intentara dar mi primer golpe. Vaya decepción que se llevaría. Pasado un minuto se arriesgó a clavarme un hollux, era justo lo que estaba esperando. Lo que jamás pensé fue la gran rapidez con que ejecutaba sus movimientos. Intentaba protegerme con el Arem que tenía en mis manos, pero tenía un mal presentimiento. Estaba muy cerca de mí cuando sacó su sable y lo posicionaba justo hacia mi estómago. Comencé a esquivarlo e intenté agredirle pero imposible conseguirlo. Nunca había tenido un oponente como él. Daba la sensación de que este yamain anticipaba mis movimientos. Sin darme cuenta recibí un fuerte golpe en la cabeza y caí sin piedad al suelo.  No sobreviviré me dije a mi misma. Pero no fue así... y es que el destino siempre ha sido indesafiable. Tendida el suelo vislumbré una pieza filosa que se dirigía a mí nuevamente. Trenx me quería muerta... No le daría el placer. Temblando de dolor y con una herida en la cabeza me deslicé por la piernas de mi enemigo quedando justo detrás de él, saqué mi mortux y se lo incrusté debajo su escápula. Trenx cayó ante mis ojos y aunque lo vi malherido no estaba feliz. Sabía que esta batalla no había concluído. Este despeinado era demasiado bueno como para rendirse. Llegué a la resolución de que para concluir una pelea de este tipo uno de los dos tenía que morir. Trenx se sacó el mortux de sus costillas y con pasos firmes se dispuso a clavármelo a mí. Su rostro estaba que botaba chsipas de ira.
Sus ojos verdes se tornaron negros. Me preguntaba qué le estaba sucediendo. Aproveché el tiempo que tomó para ponerse en pie, debía curarme. Y así lo hice. Me corté las manos y unté en mi cabeza mi alivio. Trenx estaba más alterado que nunca, se posicionó estratégicamente para cortarme el cuello. Le lancé varias henrinx peron no me valió...o estaba muy nerviosa...o Trenx se había vuelto más ágil. Sacó su lenux de plata y se me abalanzó encima. Logré proterme y aunque conseguí hacer una muy buena defensa, no tardó en acorralarme. O muere Trenx o morimos los dos juntos me propuse a mí misma. Así que saqué un puntius de mis cabellos para atraversárselo por su estómago. Ya era el fin, los dos nos mataríamos...
De repente se escuchó una voz aterradora que gritó sin estruendos - ¡La batalla ha terminado! ¡Suelten sus armas!.
Trenx y yo giramos nuestros rostros hacia donde estaba Ox y no nos quedó más remedio que obedecer.
-¡Quedaron empatados! ¡Más tarde hablaré con ustedes! Indicó.

En ese momento me percaté de que jamás había luchado así en mi vida. Era como si estuviese habitada por otro espíritu. Según nos informó nuestro guía de entrenamiento esto no era cuestión de espíritus, era algo a lo que los humanos suelen llamar instinto. Con el tiempo comprendí lo intimidante y aterrador que podía ser esta palabra.

GrexlaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora