No te olvides de mí.

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No sentí cuando su presencia se unió a las aguas del mar profundo. Me asusté porque estaba desnuda... Se suponía que no habría nadie allí dentro. Había asegurado que era la única que se bañaba a estas horas. Pero no fue así...
Cuando Hyrx se fue, decidí ir a comer algo donde Sadme, era la mejor amiga de mí madre, no la había visto desde que mi madre expiró. 
Sadme se sorprendió al verme, realmente no me esperaba. Cuando me reconoció me abrazó y me contuvo en sus brazos por un tiempo, me di cuenta que lloraba.
-Kalhira, Te me has perdido...
-Aquí estoy Sadme, la abracé fuertemente.
-No te me vuelvas a ir a sí de forpox.
-Sadme te necesito. Sé que escuchaste que me asignaron una bebé para que la lleve a la tierra.
-Kalhira todos lo saben, eres la elegida.
-Lo sé, a veces siento que aún no comprendo el significado de serlo.
La miré y empecé a llorar. No suelo ser una lumpa vulnerable, pero por primera vez sentía un apoyo, era lo más cercano que tenía a una madre en el momento.
-No llores Kalhira, de nada sirve llorar.
-Sadme, tengo miedo, no sé si podré con esto.
-Lo harás, salvarás a Grexla y  tu nombre quedará por siempre en el corazón de los yemens. Ven acá me dijo y me enrolló en su regazo.
Me limpié las lágrimas de mis ojos y la miré.
-Sadme, necesito que averigues la importancia de esta bebé. A quién le pertence, por qué es tan importante. La anciana me había dicho que cuando llegara a la tierra lo sabría, pero tengo que saber de quién la debo proteger y de quién no.
-Pero ¿Cómo puedo  ayudarte, nadie me diría?
-Sé que te asignaron una misión en el parlamontux... Es lo más cercano que hay entre las relaciones de los yemens y los humanos, puedes hacerlo, confía en ti... Necesito saber con qué estoy lidiando realmente.
-Haré lo posible, te lo prometo.
-Gracias Sadme, le sonreí.
Cenamos y mientras comía le comenté sobre Hyrx y el hecho de que se iba a quedar a cuidar a la bebé mientras entrenaba, y que me gustaría que ella le ayudara de vez en cuando.
Luego de comer me dirigí al río nuevamente a bañarme. Era muy tarde y sabía qué ningún Yemen Rondaba por ahí. Al menos eso pero pensé. Me despojé de los trajworx que llevaba puestos y me entré al agua. Estaba roytx, me encantaba. Me sumergí en sus adentros y me dejé cubrir por su pureza. Cerré mis ojos y por un instante perdí la noción del tiempo. Era maravilloso olvidarse de todo por un instante. La magia del momento no duró mucho tiempo porque sentí el contacto de algo frío. Sabía que no sé trataban de peces y me asusté. Abrí los ojos y vi una figura    difusa dentro del agua. Pensé que podría tratarse de un lujuminiux, un salvaje animal marino y me preparé para defenderme por suerte siempre llevaba un arma conmigo saqué un firux de mis cabellos y me dispusé a acabar con aquello que trataba de asesinarme. Cuando ya  tenía sombra justo dónde la quería grité y me lancé sobre ella. Al mirar de qué se trataba mis ojos se abrieron de par en par.
-¿Trenx? ¿Qué rayos haces tú aquí?
-Hey vaya forma de saludar a tu compañero de batalla.
-¿Qué esperabas qué hicieras? Casi me  matas de un susto.
-Podrías  empezar por bajar esa navaja.
No me había dado cuenta que aún la tenía apuntado hacia él.
-Lo siento dije y me la coloqué de nuevo entre mis trenzas.
-Creo que eres mejor de lo que pensaba dijo observando mi figura.
-Pervertido. Podrías decirme qué te trae por aquí a estas horas.
Trenx sonrió.
-Lo mismo digo... Me miró a los ojos y se acercó mucho a mí.
Qué está tratando de hacer... Me pregunté. Su mirada era muy intensa. Trataba de decifrar qué quería pero no lo conseguía.

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