#21: Nobleza interior

270 19 4
                                    

- ¿Cómo?- nos sobresaltamos todos al oír la noticia que el único adulto de la sala reveló.

- Ya tienen ambos 18, es el momento- afirmó Karl.

- Pero...- quiso protestar Yui, avergonzada-. Casarnos ahora es un poco...

- Querida, hay que asegurar el futuro de esta familia. 

- ¿Entonces nosotros dos?- alcé una ceja, molesta. Algo me olía a chamusquina. Ayato y Yui iban a casarse por haber cumplido ya los 18 hacía poco tiempo, pero Azusa y yo también éramos mayores de edad y una pareja oficial. Además, el peligris aún debía considerarse hijo de KarlHeinz.

- El clan Sakamaki es la rama principal- concretó el albino sin mirarme. Se dedicó a observar alrededor de la butaca donde estaba sentado, ya que tenía claro que si quería hablar sin problemas no debía siquiera sugerir nada hacia mi persona... Todos estábamos alerta ante el más mínimo ademán suyo de manipulación-. Los Mukami son una rama secundaria, así que algunas obligaciones no pesan sobre vosotros. Sin embargo, si queréis hacerlo, me deberéis contactar con tiempo para empezar a organizar la boda. 

Tras eso, nadie dijo nada. La tensión era capaz de olerse en el salón, no había ni un solo indicio de bajar la guardia. Por otros motivos, y añadiéndole la amenaza hacia mí, los Sakamaki no soportaban la presencia de su padre allí. Nosotros los Mukami ya le habíamos perdido el respeto desde que Karl trató de tocarme. Kyo estaba muy nervioso, compartir sala con el mayor enemigo de su líder lo dejaba fuera de juego. Yo estaba de pie, lo más lejos posible del actual Rey de los Vampiros, con el centinela escondido a mi espalda en forma humana. 

- Si eso es todo...- Ruki se levantó del sofá, dispuesto a marcharse. En cierto modo, verlo tan incómodo me dolía. Él idolatraba al hombre que rescató a su familia y los trató como hijos, y enterarse de sus intenciones conmigo, su hermana, rompió todo el esquema que tenía de Karl. Se llevó una grandísima decepción, pero como Ruki mismo había dicho, la familia es lo primero. 

- Con respecto a vosotros- pronunciando muy lentamente esas palabras, obligó a mi hermano a sentarse de nuevo-. ¿Qué significa ese perro detrás de Aika?

- Se llama Kyo- repliqué. Me estaba costando mucho contenerme, si volvía a manipular a mi amigo le demostraría lo que la hija de Christine era capaz de hacer si la enfadaban-. Es uno de los vigilantes de mi padre- sonreí al decir eso, poniendo a prueba su propia resistencia.

- No me refería a ese- apuntó con su barbilla a mis pies. Confundida, miré abajo y sonreí al ver al cachorro de Shuu, acostado y apoyado en mis tobillos. No me había dado cuenta de que estaba ahí dormido.

- Es mío- intervino Shuu. Miró al perro y esbozó una imperceptible sonrisa-. Ven- lo llamó.

Obedientemente, el cachorro sacudió las orejas y se levantó, trotando al lado de su dueño. No pudo llegar.

- ¿Tengo que recordarte lo que le pasó al último animal que trajiste a casa?- Karl en un segundo ya estaba de pie, sujetando por el pescuezo al perro que empezó a retorcerse asustado-. No quiero bichos en esta casa, menos aún si son chuchos. 

Antes de que nadie tuviese tiempo de hacer nada, cerró con fuerza su mano enguantada alrededor de la garganta del cachorro y me estremecí al oír un espantoso crujido. Lo soltó y cayó al suelo con el cuello partido en dos. 

Por muy vampiros que todos fuésemos, esa muerte tan injusta y fría nos destrozó. Sobre todo a Shuu, que miraba el cadáver con los puños apretados. 

- Se acabó- mascullé para mí misma. 

*************************************

- ¿¡Qué poder tienes tú para decidir sobre la vida y la muerte, hijo de puta!?- grité tras asestarle un certero puñetazo a Karl en la cara, descolocando su mandíbula. Si no le seguía pegando era porque mis cuatro hermanos me estaban sujetando a duras penas. 

Esos malditos juegos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora