#11: Unido y separado

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- ¿Vas a hablarnos o qué? 

- Sólo... Mirad esto- supliqué-. Estar en esa casa me ha dado dos piezas más a unir en el rompecabezas este. Tuve una segunda visión y una "charla" con Karl.

- ¿Y ese tono despectivo en charla?- alzó una ceja Ruki.

- Chicos, estoy más que aliviada por estar de nuevo en casa, pero estamos en problemas.

Pasado el plazo, el mismo Subaru me acompañó en la limusina Sakamaki a la mansión Mukami, cosa que no les gustó nada a los chicos. Tras bastante insistir, conseguí que dejasen entrar al albino conmigo.

- Por esta vez tenéis que escucharla- habló Subaru, sentado a mi izquierda en el sofá mientras que a mi derecha estaba un celoso Azusa. Yo tenía en mis piernas la hoja donde había escrito la primera visión, y debajo de ésta la hoja que Subaru me dejó para escribir la segunda y añadir los detalles que me había dado Karl.

- No es fácil de decirlo, pero si no me equivoco aquí hay más lazos de los que me esperaba con otras dos familias de vampiros- suspiré-. Para empezar, la razón por la que Subaru y yo somos tan parecidos y congeniamos desde el principio... Es porque somos primos de sangre. Su madre y la mía eran hermanas, las dos humanas.

- ¿¡Qué!? ¿¡Mi hermanita es prima de este tsundere albino!?- saltó Kou.  

- Yo tengo más relación con ella que tú, maricón- respondió el otro, poniéndose de pie.

- Por favor, ya basta- tiré de la mano de mi primo hasta sentarlo otra vez a regañadientes-. Os guste o no, a partir de ahora más os vale que dejéis esas estúpidas peleas. Sois mis hermanos de corazón y él mi primo de sangre, llevaos bien por una vez.

- ¿Hay más?- se resignó Yuma, revolviéndome el pelo en un gesto cariñoso.

- Esta es la peor parte- me mordí el labio inferior, nerviosa por no saber cómo iban a reaccionar-. Ése es mi lazo con la familia Sakamaki, porque mi madre, Christine, era la hermana de Christa, quien tuvo a Subaru con Karl después de ser transformada. Por poco mi padre fue él, pero Christine se dio cuenta antes de Christa de que era un vampiro, y como trató de escapar para no convertirse Karl quiso matarla. Su rival se enteró y la salvó, y a pesar de ser también vampiro lo ocultó y consiguió enamorar a mi madre. El problema fue que, al ver mis ojos al nacer, Christine se dio cuenta del engaño y se volvió loca. 

- ¿Cómo pudo saberlo? Si eras sólo un bebé- Kou estaba confuso.

- Mis ojos parecen al revés, el blanco es negro y el iris tiene un color demasiado brillante. Eso, según lo que escuché en la segunda visión, es la prueba de la unión de un humano y un vampiro. Lo que es peor, si conecto esa visión con lo que me contó Karl... Es muy probable que mi verdadero clan sea el Tsukinami. Karura es mi padre, y mi nombre Mizuki. 

- El mundo es un maldito pañuelo- resopló Yuma.

- En mi corazón soy Mukami, pero...- me estaban dando ganas de llorar al recordar la amenaza de Karl-. Tengo conexiones con vampiros lo miréis por donde lo miréis. Mis hermanos adoptivos lo son, mi pareja lo es, mi primo lo es, mi única amiga lo es, mi padre lo es... Y yo sigo siendo humana. O no he despertado mi lado vampiro, o simplemente tengo que transformarme. 

- Aika, por favor, no quieres eso- cortó Ruki esa vía-. No es tan divertido lo de ser vampiro.

- No duraré como humana mucho más, chicos. Estoy rodeada de cosas que no logro igualar, mi sangre es algo único, todo lo que soy es mentira. Estoy atrapada en el limbo, estoy perdida y no sé qué camino seguir. Pero algo está claro: no moriré como humana, y no viviré atormentada por seguir siéndolo. 

Esos malditos juegos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora