#35: Todo vuelve (FINAL)

150 24 2
                                    

- Mizuki, vamos- oigo a Takeo llamándome desde la puerta de mi blanca habitación. 

- Espera- susurro, acariciando las dos almohadas delante de mí, en la esquina del cuarto-. Acaban de dormirse.

- Entiendo- sonríe, como hace siempre que le hablo de mis hijos y mi familia. 

Yo me levanto del suelo y mi bata blanca ondea con mis lentos e inseguros pasos. 

- Todo está bien ahora- le sonrío de vuelta, casi sin parpadear. Takeo me pone las esposas y me toma por un hombro, sacándome de mi mundo-. Karl ya no está, todos estamos bien.

- Claro- contesta sin mirarme. 

En este lugar el blanco es lo único presente. La ropa de Takeo, mi propia bata, mis almohadas con los rostros dibujados de la familia que nunca tuve... Al principio mareaba, pero me terminé acostumbrando. 

- ¿Por qué no me llamas Aika?- me da por interrogarle, doblando mi cuello para forzarlo a mirarme.

- Yo debo llamarte Mizuki- es su simple excusa-. Conoces las normas, a los pacientes como tú no podemos cambiarles el nombre.

- No me gusta que me digas paciente- gruño por lo bajo. Él se alarma y vigila mis manos, cerradas en puños y sacudiendo la cadena de las esposas al andar.

- Llevas años aquí, deberías estar acostumbrada.

- No puedo educar a mis hijos en un lugar como éste- digo en tono de reproche.

- Ya.

Sus respuestas monótonas empiezan a ponerme nerviosa, como siempre que me saca de mi habitación. El pasillo parece interminable, odio ir allí, sé muy bien dónde vamos. Me dicen que estoy loca, pero no soy idiota. Esa sala es espantosa, da igual lo que haga, al final siempre me enchufan ese horrendo casco metálico.

- ¿Si te mato qué pasaría?- pregunto inocentemente. 

- Que irás al cuarto acolchado... Otra vez- lo veo tragar saliva. Todos hacen lo mismo, todos se asustan cuando finjo no saber qué me harán si los mato. 

- Tranquilo, sólo llevas una semana- expando mi sonrisa-. Cuando pase un mes te mataré, hasta entonces seremos amigos. 

- ¿Cuántas veces pretendes obligar a otros a llamarse Takeo en tu presencia?- cuestiona entrecerrando los ojos. 

- Hasta que me maten- empiezo a reír-. Eso nunca pasará, os mataré a todos si hace falta, y nunca me dejarán volver con mi familia.

- En primer lugar- ay, cariño, el error del principiante...- no tienes familia, jamás la tuviste. Te violaron y aquí estás, fingiendo que tus almohadas son tus hijos que nacieron muertos. 

- ¿No te han dicho que a un "paciente" no se le debe llevar la contraria?- ya no parpadeo, mi sonrisa no se borra. He perdido la cuenta de a cuántos Takeos he eliminado, éste no será la excepción. 

Antes de que le dé tiempo a gritar lo empujo hacia la pared. Alzo mis manos y lo obligo a darse la vuelta, ahorcándolo con la cadena de mis esposas. No dura mucho, pocos minutos después cae al suelo con pequeñas convulsiones. 

- ¡Con Aika no se mete nadie!- grito entre fuertes carcajadas. El pasillo que no parece tener ni inicio ni fin hace resonar mi risa, llamando la atención de más dementes como yo. Pronto llegan otros médicos y me sujetan, arrastrándome hasta ese cuarto que tanto odio.

Tarde o temprano ellos también morirán.

*****************************************

Abrí los ojos. 

Esos malditos juegos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora