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La sensación de culpa me gritaba fuerte y claro, estaba sentada en la esquina de la cama pensando en lo que haría de ahora en adelante, estaba totalmente agradecida de que el hechizo funcionará sin Dimitri porque no sabía cómo tomaría las cosas, yo traje a Alistair de vuelta, bueno su espíritu y aunque lo hice a través de compulsión... bueno fui yo. Ahora las cosas estaban claras, ese día después de que nos sacará de ahí hice un hechizo que saco el alma de ese bastardo hasta hacerla entrar en el cuerpo de alguien, mejor dicho un intercambio de almas, pues la de Robert aún vagaba en algún lugar, deje que entrará y ahora él era el que movía las piezas del juego aunque siempre fue así, lo que no entendía es como Robert sabía lo que sucedería y más importante ¿por qué aceptó? Después de eso Alistair se encargó de que Yeva me encajara la estaca para dormir los poderes y lo olvidara, eso explicaba porque pensaron que había muerto pues si la digna no existía tampoco el guardián blanco ¿cómo iba a explicar que mande a Robert al mundo de los muertos y deje su cuerpo como vehículo para Alistair? Esta sensación de culpa me estaba consumiendo y lo peor es que no sabía cómo haría que regresara a ese mundo — Rose ¿estás lista? — Dimitri entro a la habitación para ir a casa de Sonya y traer el resto de los recuerdos, asentí débilmente sin mirarlo — ¿estás bien? — volví a asentir — entonces vamos —

— ¡no! — me miro sorprendido por mi reacción — creo que es mejor dejar que regresen solos, aún me siento débil por la última vez... — entrecerró los ojos

— estás mintiendo — dijo seguro

— ¿por qué lo haría? — lo mire sin estar molesta realmente ¿como podría? — es la verdad y no quiero ir — el tono autoritario que había usado con la profesora salió de nuevo, necesitaba aprender a controlarme — no puedes obligarme — otra vez

— no pensaba hacerlo si no quieres ir está bien — note un poco de molestia en su voz por cómo le había hablado pero mis nervios hablaban por mi — entonces llamaré para avisarles que no iremos — asentí, después de un rato regresó, yo seguía en la misma posición

— Dimitri... necesito decirte algo — se sentó a mi lado tomando mi mano

— dime lo que quieras Roza — su sonrisa y sus ojos preocupados me hicieron dudar — ¿algo va mal? —

— no, no del todo es solo que... — me arrepentí — bueno me puse celosa por la manera tan casual en que llamaste a la profesora de Irania y... no sé — que tontería más grande acababa de decir — es por eso que estoy un poco molesta — comenzó a reír

— como si fuera posible que existiera alguien más para mí que no seas tú — sonreí

— lo sé, que tonta ¿no?— suspire — el viejo dijo que traerá a Irania el domingo en la noche... ¿que tienes planeado para este fin? — sonreí

— no dejarte salir de esta habitación — la mirada que me dirigió me hizo temblar, me acerqué más a él — ¿haremos maratón de películas? — dije con inocente falsedad — sino para que más nos quedaríamos aquí — antes de contestar arranco los botones de mi blusa empujándome a la alfombra

— sí, claro que películas — volvió a besarme el cuello dando leves mordidas — es una lástima que este sostén sea tan sexy — sonreí antes de que lo rompiera, un leve gemido le hizo saber que su idea de quedarnos aquí me agradaba más de lo que podía imaginar — ¿cómo puede existir alguien tan sensual en este mundo? —

— lo dices porque soy tu esposa — dije con falsa modestia, río antes de perderse dando besos desde mis labios hasta mi vientre, ahora que recordaba todo esto moría por él, me di cuenta que lo extrañe de una manera poco convencional, lo necesitaba en mi vida y sabía que aunque le contara lo que había hecho el me apoyaría sin importar que.

Deje que saliera el resto de la ropa, mi cuerpo ansiaba sentirlo, saber que era mío así como yo era de él — Dimitri de verdad te amo, te amo con mi alma entera — se movió un poco más lento para mirarme fijamente

— yo también mi vida, eres mi mundo. Tenerte aquí es mi mayor felicidad — no supe cuanto tiempo pasó antes de quedarnos dormidos  y no importaba, Dimitri y yo estábamos juntos de nuevo

Nadie me culparía por lo que sucedió, porque fue un acto obligado sin embargo sentía la necesidad de encargarme de todo. Necesitaba encontrar el método para regresarlo al lugar del que había salido, necesitaba hacerlo ya, sin embargo no había modo de hacerlo sola, odiaba tener que admitirlo, no conocía el hechizo que lo había traído pues no logre llegar a él, eran lagunas y lagunas, así podría hacer una contraparte. Suspire subiéndome en el pecho de mi marido, lo abrace fuerte. El entendería, seguro lo haría.

Hola chicas, perdón por desaparecer y no actualizar pero tuve examen esta semana y no tuve cabeza para nada más... en todo caso me fue bien en ellos 🤗. Bueno esta semana ya me pondré a la orden con mis historias. Tengan linda noche

Academia de Vampiros - De las cenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora