Desperté confundido mientras una pequeña niña saltaba en mi cama — camarada, dijiste que iríamos a comprar las cosas para mí fiesta de cumpleaños — mi pequeña estaba por cumplir cinco años
— ya voy... — me cubrí los ojos con la almohada
— ¡te quedarás dormido! — comenzó a reír, decidí cumplir su petición y me puse en pie, eran las tres de la tarde en horario humano y ella ya estaba lista
— voy a darme un baño — salió asintiendo
— tienes treinta minutos papá — me reí asintiendo. Mi hija era lo más hermoso que tenía en la vida, la luz de mis ojos, fue el regalo más grande que Roza dejo en mi vida, mi Roza; aún en las noches despertaba llorando imaginado que ella estaba aquí, aún la buscaba a mi lado, el día que desperté y me enteré de lo que había sucedido corrí a ayudar para quitar los escombros, deseaba encontrarla con mi alma, mi corazón se destrozo cuando encontramos a Nathan Ivashkov y otros cuerpos de traidores sin embargo a mi esposa no. El agua me despertó lo suficiente para llevar a Irania a realizar las compras para su fiesta, con el paso de estos pocos años logre mantenerme por ella sin embargo el dolor me seguía carcomiendo por dentro, a veces en las noches podía escucharla llamarme, sentía la necesidad de ir por ella pero no sabía a dónde, al inicio pensé qué tal vez estaba viva y pérdida pero mis búsquedas no dieron resultado, estas búsquedas aún no habían parado sin embargo me controlaba para no descuidar a mi pequeña.
Salimos acompañados por Scarlet, Raphael y Demir— ya compramos todo lo que querías Irania, va a ser una fiesta de sirenas — mi hija le sonrío a Scarlet
— así mamá Roza podrá hacerlas danzar a mi alrededor — la mire mientras jalaba a Scarlet a otra tienda, todos nos quedamos dolidos, yo quería correr lejos y llorar como un niño pequeño, regresaron con flores — mira papá estás son para mamá Roza ¿crees que sobrevivan para mi cumpleaños? —
— no creo amor — suspire — ¿que quieres decir con que tú mamá hará danzar sirenas en tu cumpleaños? —
— ella va a venir, me lo dijo en sueños — un nudo en la garganta se formó
— Irania — me arrodille a su altura — eso no será... — abrió los ojos y corrió lejos de mi, solo note cuando se aferró a alguien, sentí un golpe en el pecho cuando vi el cabello de esa mujer: largo y oscuro
— no puede... — todos nos miramos confundidos, salí de mi ensimismamiento porque mi hija estaba llorando y la mujer trataba de consolarla, seguramente se dio cuenta de que no era mi Roza
— disculpe señorita — mi hija seguía aferrada a ella — vamos mi amor — la chica levanto el rostro con una sonrisa, ahora si mis ojos salieron de sus órbitas, mi corazón se detuvo
— no se preocupe — volvió a sonreír deteniendo mi corazón, esos ojos, esos labios, ese cuerpo... era ella, era mi Roza — no llores pequeña ¿cómo te llamas? — mi hija la miro confundida pero sonrío
— Irania — se tallo los ojos
— no lo hagas, se irritaran y te dolerá después — le secó las lágrimas, me sonrió nuevamente
— Roza... — dije, ella me miró confundida, tenía ese brillo que tanto la caracterizaba, me di cuenta de que ella no me reconocía — perdón ¿cuál es su nombre? —
— Clare y usted es... —
— Dimitri, Dimitri Belikov — sonrío antes de darme la mano
— ¿vendrás verdad? — Irania le pregunto — vendrás a mi fiesta de cumpleaños — ella la miro apenada
— no creo que eso sea posible pequeña, me acabo de mudar aquí, no conozco el lugar y tampoco está bien que invites a personas desconocidas a tu casa —
— pero tú eres mi mamá — dijo segura, yo la mire tratando de calmarla pues estaba por llorar de nuevo, sabía que esto estaba mal y vi en la mirada de Roza que también lo pensaba pero el rostro de nuestro angelito podía hacer mucho
— de acuerdo iré si tú papá me invita — volvió a secar sus lagrimas, ambas me miraron
— por favor Roz... Clare ven a la fiesta — se levanto nuevamente mientras asentía, Irania sonrío corriendo con Scarlet gritando que necesitaban más donas de chocolate y helado
— la invitación es real, por favor asiste a la fiesta —
— ¿habrá donas de chocolate? — dijo jugando, sentí un vuelco en m corazón, quería besarla y llevarla conmigo sin embargo sabía que era imposible si ella no sabía quién era
— y muchos shots de jugo de uva — intente bromear mas mi tono fue de sorpresa
— prefiero el de frambuesa — miro su reloj — tengo que irme pero claro que asistiré — se quedó quieta
— ¿que sucede? — no podía parecer más estúpido que ahora
— la dirección — se la di, la anoto en su celular
— deberíamos intercambiar número para poder... poder... ponernos de acuerdo — asintió dictando, le marque — entonces nos vemos — se alejó
— ¿que fue eso? — todos estábamos perdidos — era ella... — Demir miro en la dirección por donde se fue
— sí pero no nos reconoció, no nos recordó —
— ¿que harás? — Raphael me miro nervioso
— hablaré con ella, vendrá para la fiesta de cumpleaños de Irania y aprovechare —
Pase el resto de la tarde viendo como Sydney y Scarlet adornaban, sin dejar que nosotros participáramos pues decían que arruinaríamos todo, suspire pensando en mi Roza, miraba el número y volvía a hacerlo queriendo marcarle sin embargo no encontraba pretexto para haclo, quería correr a buscarla y traerla de vuelta aunque era consciente de que no podía. Los demás se marcharon después de pasar todo el día aquí, Irania se quedó dormida, la lleve a su cuarto, yo estaba por marcarle a Rose... no tenía pretexto ni nada, sólo quería hacerlo con la esperanza de que no lo tomará a mal, justo cuando iba a hacerlo entró una llamada, era ella, conteste pronto — hola — dije intentó sonar casual
— hola Dimitri — el sonido de su voz me trajo a la vida, esa hermosa voz — perdón por llamar tarde — pensé que ella vivía en horario humano — pero quería saber que le gustaría a Irania de regalo —
— lo que quieras traerle estará bien, te aseguro que le encantará —
— de acuerdo — silencio, maldito silencio — entonces me despi... —
— ¡no! — me avergoncé — escucha yo... quiero... platicar contigo un rato — escuche una pequeña risa
— de acuerdo ¿de que quieres hablar? —
— podríamos conocernos mejor — dije nervioso, ella dijo que si y comenzamos a hablar de nuestros gustos, definitivamente era ella, era mi Roza, nos reímos mucho, después de un rato me atreví a preguntar lo que realmente me interesaba — ¿eres soltera, casada, divorciada? —
— soltera — mi corazón se agitó al saber que no estaba con nadie sin embargo no pude dejar de pensar en que mentía porque ella estaba casada conmigo — ¿y tú? —
— es complicado — dije, ella comenzó a reír — digamos que tengo una linda esposa, maravillosa pero que por el momento no está conmigo — un silencio eterno apareció
— de acuerdo... oye tengo que marcharme a dormir ya pero nos vemos en la fiesta de tu hija — "nuestra" dije para mí — descansa Dimitri —
— igual tú y por favor no vayas a faltar — dijo que no lo haría, le creí. Mi Roza, mi vida, mi amor... mi todo estaba viva, solo necesitaba volver a tenerla a mi lado, mis noches oscuras y llenas de dolor se habían acabado. Al fin volvía a respirar.
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Academia de Vampiros - De las cenizas
Fiksi PenggemarRose y Dimitri han pasado muchas cosas juntos, una bebé a la que aman con locura y una boda maravillosa son los recuerdos más gratos.... Pero nada parece salir tan bien como esperaban, Sophia a caído, Víctor y Robert han vuelto, la sociedad moroi y...