- ¡camarada! - mi hija salto a mis brazos. No entendí qué pasaba, todos me sonreían, estaban nuestros amigos, estaba la reina, Abe - te organice una fiesta por tu recuperación - no pude evitar sonreír, era maravilloso saber que mi hija me quería de ese modo - no pudimos invitar a muchos porque fue muy poco tiempo. Mamá quería hacerla en una semana pero yo me negué -
- y por desesperada término siendo una pequeña reunión - Ibrahim traía en brazos a Sophia y Janine a Grace - tu mamá tenía razón -
- no, era hoy - sonrió al saber que había conseguido lo que quería — además es una fiesta — frunció en ceño y cruzo los brazos, el salón estaba lleno de globos y un cartel gigante que decía "papá te quiero". No vi a Roza por ningún lado, seguro ella tenía planes distintos en los que yo no estaba incluido. Ibrahim se alejó para responder una llamada — ven papá, vamos a comer, abuela Yeva y abuela Oleana organizaron el menú — mi madre y abuela así como mis hermanas y sobrinos estaban ahí contentos, era extraño tener una fiesta de este tipo
— ¿y tu mamá? — me miro para después hacerlo a todos lados — vamos a comer — le cambie el tema, asintió contenta, todo el menú era ruso. Estaba pasando un momento de contrariedad pues no podía divertirme sin Roza pero a la vez, el saber que mi hija había hecho esto por mí era fantástico
— bueno primo es un gusto que estés de pie y no en esa cama — Adrian me tocó el hombro, Sydney me abrazo
— nos tenias muy preocupados, tú y Rose si que saben cómo asustarnos — Adrian asintió, Demir también estaba con nosotros — que Rose se aventara al acantilado por ti... — negó con la cabeza, yo abrí los ojos
— todos los compañeros también se espantaron — Scarlet suspiró — aunque era obvio que utilizaría magia, solo quería salvarte — sonrió
— ¿no se lastimó? — pregunté aún sin poder creerlo
— no, no mucho aunque parecía a punto de enloquecer cuando llegamos, tu pulso era casi inexistente, pobre Rose pensó que iba a perderte — Scarlett parecía conmovida
Estaba platicando cómodamente con todos, de temas simples, de sus vidas y más cosas, me sentía bien ahí, era increíble el círculo de amigos que había formado gracias a Rose, cuando la perdí nunca me abandonaron, solían visitarnos con asiduidad y trataban de hacernos sentir cómodos, intentaban que no bebiera aún cuando en la noche no había quien me detuviera. Gracias a estas personas no me sentí solo jamás, ellos y mi hija eran el sentido de mi vida. Ahora verlos con sus familias o parejas me agradaba, estaba contento de poder presenciar cómo sus vidas y las nuestras tomaban sentido y forma. Todo sería perfecto si mi esposa estuviese conmigo, pero no era así.
— ¡mamí! — gritó mi hija y corrió a sus brazos — tardaste mucho — le recriminó, le dijo algo al oído — tienes razón pero ya estás aquí — le dio la mano, fue a ver a las gemelas y yo no despegaba la mirada de ella, era hermosa y lo que le seguía, traía un vestido negro entallado, con un corte en el muslo, no tenía mangas, en el cuello tenía un fénix (el símbolo de su familia), venía con ese dhampir que no parecía con plan de alejarse, la miraba como si fuese su guardián ¿no podría largarse de aquí? Me miro levantando una ceja y le dijo algo al oído, ella comenzó a reír. Se acercó a mí
— me da gusto verte sano y salvo — me abrazo aunque pronto se alejó
— gracias — dije cuando ella ya se había ido, a las dos horas todos los pequeños estaban dormidos y nosotros seguíamos bebiendo, Rose estaba bailando con ese idiota y con otros amigos, pronto me miro sonriendo, parecía pensar en algo aunque no podía saber que era tenía el presentimiento de que era algo sobre nosotros. De tanto observarlos me sentí mal así que salí al patio trasero, suspire para no llorar, deseaba que todo fuera distinto, que mi vida siguiera ligada a ella, no había modo de convivir en un trabajo y con el mismo círculo... me dolía. Una parte de mi estaba destrozada, no podía entender cómo logró olvidarme y comenzar a salir con ese, yo estaba en una cama al borde de la muerte y ella estaba con el dhampir... aunque yo hice lo mismo, Rose no estuvo al borde de la muerte sin embargo pasaba por un momento muy complicado de verdad y yo la dejé sola en cambio, me cuidó en el hospital, aún me sonreía sin embargo, seguro lo hacía por mi hija, estaba aquí obligada por Irania — ¿que rayos hice? — me tumbe en el pasto intentando encontrar consuelo, uno que no llegaba, en mi mente tal vez pensé que siempre sería mía, aún si yo fallaba solo bastaría un perdón y ella volvería porque me amaba y solo podía amarme a mí, eso dijó ¿no? Ahora sabía que no era el caso porque yo nos destruí, tenía que vivir con ello, cerré los ojos como si al abrirlos ella fuese a volver conmigo
— en Stirling también nos gustaba acostarnos en el pasto ¿recuerdas? — su voz atrajo mi atención, abrí los ojos para encontrarla acostada a mi lado — por aquellos días creía que no había poder que nos separara — la miré
— yo también creía eso — suspiré — es extraño que en medio de tanta pelea y temor por el futuro encontráramos tiempo para esto —
— pero era hermoso — asentí
— no debiste saltar al acantilado, aún con magia... —
— vamos camarada que yo siempre salgo victoriosa — sonrió — además el peor golpe fue el de la cascada, no medí bien y me golpeé con una roca y de no hacerlo no estarías aquí — le sonreí
— gracias por eso — asintió, suspiró cerrando los ojos
— los demás se fueron a dormir — se sentó — deberíamos hacer lo mismo aunque el sol está maravilloso — la miré sin comprender
— pensé que tenías un compromiso hoy — sonrió
— sí, no podía fallar en una fiesta organizada por mi hija — estaba muy contenta — aunque me hayas culpado de tener planes con Sam — se puso en pie — que por cierto... — bajo la voz — es gay — comenzó a reír dejándome ahí, tenía que sopesar la situación... entonces ella no estaba con nadie. Me levanté rápido para alcanzarla
— entonces tú... — me miro con tristeza
— no sé que clase de amor creas que te tengo pero cuando te dije que no podía estar con nadie que no fueras tú, no mentí Dimitri, yo no soy como tú y puedo ser la persona más estúpida del mundo sin embargo te amo y no puedo dejar de hacerlo — la abracé fuerte, me respondió entre suspiros
— aún podemos ir a cenar juntos ¿no? — comenzó a reír asintiendo, vi lágrimas en sus ojos — Roza no habrá tiempo en este mundo para que un perdón logre compensar el daño que te hice pero voy a intentar cada día de mi vida —
— comencemos por esa cena, ya el tiempo y nuestro amor dirá — entramos a su habitación donde dormían nuestras hijas, ella fue a bañarse en lo que yo observaba a mis angelitos, Roza me había dado todo en esta vida, una familia, amor, poder, me había dado la oportunidad de ser realmente feliz y no conformista, yo debía recompensarle eso aún si me costaba toda la vida, salió acomodándose en un lado de la cama. Después de darme un baño, salí encontrando a mis cuatros mujeres dormidas, suspire acomodándome al otro extremos, estire mi mano hasta sentir la de Rose, ella no se despertó pero la tomo. Tendría que esforzarme para juntar y pegar los trozos rotos de su corazón pero lo haría, no pensaba perderla jamás.
ESTÁS LEYENDO
Academia de Vampiros - De las cenizas
FanfictionRose y Dimitri han pasado muchas cosas juntos, una bebé a la que aman con locura y una boda maravillosa son los recuerdos más gratos.... Pero nada parece salir tan bien como esperaban, Sophia a caído, Víctor y Robert han vuelto, la sociedad moroi y...