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— quédate cerca del auto Roza, no permitas que se acerquen a la niña — lo mire

— Dimitri, es mejor que seas tú y por favor cúbrele los ojos a mi hija — me miro con curiosidad — no puedo creer que haré esto, mire a quienes nos rodeaban, extendí los brazos hasta formando un tornado, golpee a todos los que estaban ahí, Dimitri pasó las cosas a uno de los autos de ellos

— ¡vámonos! — dijo, asentí antes de sentir un ardor en el brazo, una bala me atravesó haciendo que gritara fuerte, Dimitri me miro preocupado — ¡Roza! — cubrí la herida con mi mano y corrí al coche, me quite la blusa de abajo rompiéndola con la boca, Irania estaba llorando, mire atrás dejando una pared de hielo que esperaba fuera suficiente para huir, amarre la blusa sobre el lugar afectado — ¡debemos llegar ya! — asentí

— debe haber alguien que nos están siguiendo tan fácil Dimitri... No puede ser... Alguien está dando nuestros pasos a ellos — el ardor me estaba matando y escuchar a mi hija llorar solo empeoraba las cosas — vamos pequeña... Deja de llorar te lo pido — continuo así hasta que se durmió

— ella no debería estar pasando por estas cosas, es una bebe — recordé aquel sueño donde Dimitri me decía que yo solo los ponía en peligro... No... Eso no, yo los protegería, no podía pensar cosas que no eran — sabía que me desmayaría por el dolor, eso pasó

(...)

Desperté en una cama aún aturdida, el brazo ya no dolía, Lissa me miro con su pequeño en brazos — Ma — Jill dejo a Irania en la cama conmigo — camada no podeta, a e pazhoz— dijo enojada acusando a su padre, mire al acusado

— ¿qué le hiciste a mi hija? — sonreí, Lissa comenzó a reír junto con Christian y los demás, Oleana estaba sentada en la cabecera a mi lado

— Dimitri no quiso cantarle y cuando ella decidió cantar sola él no le aplaudió — Christian se reía, Irania lo miro molesta, él trato de abrazarla y se alejó hasta acomodarse conmigo, me reí

— ¡mal padre! Cántale a tu hija — fingí darle la razón — pobre de mi niña... Pero yo te cantaré antes de dormir — sonrío

— no me sé esa canción y le propuse otra... Frunció el ceño y se fue con Mikhail... — me reí más fuerte — se parece tanto a ti que da miedo — las dos lo miramos molestas por lo del miedo — sí... Ahí está... El mismo gesto — Irania me abrazó

— gracias por curarme — mire a los usuarios de espíritu 

— Dimitri te trajo bien — Adrian me miro sonriendo — no fuimos nosotros, lo mire

— pase antes con unos amigos, me pareció mejor para ti — miro a la puerta Rose ellos son Oksana y Mark —

— hola Rose es un placer conocerte — me senté en la cama, le di la mano a ambos, ella se avergonzó — perdón princesa Hathaway... Es que hemos oído tanto de usted que olvide —

— vuelve a lo informal... No me agrada el formalismo y soy Rose — sonreí, ambos asintieron — gracias por curarme — sonrieron ambos. Me levante para comenzar a planear

— ¡ni se te ocurra! — Mikhail me habló fuerte, levante las cejas — sigo siendo tu hermano mayor — sonreí — vamos a descansar y ya mañana hablamos de todo — asentí

— mi nieta se queda conmigo — Oleana me miro, yo asentí contenta e Irania fue con ella, al final nos quedamos Dimitri y yo solos

— Roza... — me abrazó fuerte — sé que tú confías en Adrian pero... Yo no puedo hacerlo... ¿No crees que puede tener algo que ver? — suspire

— no lo sé, yo confío en él pero a mí también comienza a parecerme raro... — era cierto, yo no quería poner en duda mi amistad de años con Adrian pero... Bueno tendría que estar más al pendiente de esta situación

— Dimitri... Tú y yo estamos bien ¿verdad? Quiero decir... Sé que me comporté mal contigo pero sabes que te amo por sobre todas las cosas y... — me besó colocándose arriba de mi, comenzó a acariciarme, no pude más que morderme el labio — creo que sí... — comenzó a reír mientras me quitaba la ropa

— claro que sí estamos bien, más que bien — fue una noche estupenda, entre caricias y muchas cosas más... Lo dije y sostendría no volvería a cometer esos errores con él. Cuando nació Irania tuve miedo de que las cosas cambiaran entre nosotros, pensé que tal vez ya no le gustaría mas comprobé con el tiempo que esto se hacía más fuerte, que entre más pasaba el tiempo más lo deseaba y con él pasaba lo mismo.

Mientras dormía note que estaba en un sueño espiritual o eso parecía, delante mi había una mesa de madera, encima dos atriles, en uno descansaba el libro oscuro y en el otro un libro similar pero de un tono casi blanco, con las mismas garras en las esquinas y en el centro las mismas manos unidas, sí, eran idénticos salvo por el color, me acerqué lista para tomar mi libro no obstante algo me lo impidió, no pude ni siquiera tocarlo, se abrió en una página

El despertar de la magia a...
nuestro momento de representar...
la luz y la oscuridad juntas...
el poder a llegado y...
el libro oscuro en la superficie y...
esperando su unión...
sexos opuestos pero mismas almas...

No tenía sentido, eran frases incompletas, el libro de color blanco dejo que lo abriera mas no tenía contenido alguno — genial... ¿Ahora qué tengo que hacer? — pregunte nadie respondió... Tal vez no era un sueño espiritual

— nos encontramos en el tiempo y espacio — dijeron al unísono la voz de una mujer y un hombre — juntos guiaremos la magia — ok... Esto estaba muy raro.

Desperté saltando de la cama, Dimitri se despertó por mi causa — ¿sucede algo? ¿Estás bien? — lo mire asintiendo, saque el libro oscuro buscando página por página hasta llegar al centro, justo ahí las mismas palabras y frases sin terminar

— soñé con esto amor... — le mostré olvidando que no podía ver el contenido — bueno esto... —

— ¿qué significan esas frases sin terminar? — lo mire sorprendida

— ¿puedes ver lo que dice? — cayó en la cuenta de lo que pasaba, me miro tomando el libro, cambio de página

— entre la magia y la vida no hay desunión para quién es digna... — leyó... Esto no era normal, después de cambiarme (vestirme) corrí a buscar a Lissa, Dimitri me siguió

— Lissa ¿qué ves aquí? — me miro como si estuviera loca

— lo de siempre... Nada — Dimitri y yo nos miramos — ¿pasa algo? — pregunte a más de la casa... Dijeron lo mismo, nadie veía lo que decía, ni siquiera Yeva pero Dimitri sí...

— ¿qué significa? — Dimitri me pregunto — ¿por qué puedo verlo si antes no era así —

— no tengo idea — recordé el libro de color blanco, el libro de luz ¿por qué ahora me llegaba este sueño? ¿Por qué Dimitri si podía ver el contenido? Durante todo el día probamos pero podía seguir leyendo sin problemas, busque los dibujos que había en él, los de las dignas, me senté al lado de mi hija — mira Irania un nuevo libro — le señale la imagen donde estaba yo — ¿quién es? — me miro

— Ma — ella también lo veía... Señale uno de los animales que había ahí

— ¿qué animal es este? — miro la página

— dahon — mire el dragón ¿bueno ella era mi hija y podía usar magia pero... ¿Dimitri? — Malozha — me llamo alzando su manita, quería que le hiciera algo para jugar, forme una pequeña Águila de aire para que jugara con Michael

— ella también puede — asentí — cuándo dejaste la llave para liberar las cosas del brazalete... ¿Tal vez pudiste darme permiso para verlo no? — negué con la cabeza

— no puedo hacer eso... El libro solo responde a mí porque soy su protectora, una digna... Irania es mi hija y tiene magia... Eso puede influir pero darle permiso a alguien es imposible, ahorita le di permiso a Lissa para hacerlo y no pudo... esto era raro

— demasiado — no tenía tiempo para entretenerme en estos asuntos, no ahora... Lo importante era salvar a los dhampirs del lavado de cerebro, ya después me preocuparía por el libro... Sí... Lo haría después.

Academia de Vampiros - De las cenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora