52/ Rose

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Avanzamos por una zona muy rocosa, hacía frío, más de lo normal — ¿quieres mi guardapolvo? — negué con la cabeza, suspiró, llegamos a la cueva de la que se hacía mención en el reporte mire hacia el otro lado ¿que dijo mi hija sobre el acantilado? Ah si que evitará que Dimitri se acercara ahí, no me sorprendió ver uno, mi hija lo había visto

— vamos a la cueva — dije pues estaba al lado contrario — siento strigoi adentro —

— según la gente de la comunidad se llevaron otras cuatro víctimas, no podemos atacar así como así —

— ¿crees que sigan vivas? — le pregunte — ¿hace cuanto fue eso? —

— unas horas, quieren que tratemos de rescatarlos — asentí

— entonces manos a la obra, hay que aprovechar la luz del sol —  asintió, entramos juntos, conforme avanzaba las nauseas se intensificaban, antes de entrar Dimitri nos mostró fotos de las víctimas que se habían dado por muertas y no estaban tan equivocados pues dos de esas "víctimas" de estaban delante de nosotros, con los ojos inyectados de sangre, eran strigoi, no queríamos perder el tiempo así que los quemé, recibí una mirada de reproche por parte de él — ¿que? ¿Te caían bien? — intente jugar, me señaló una parte de su guardapolvo, lo había quemado — ups... creo que tendrás que comprar uno nuevo —

— muy graciosa Roza — desaprobó con la cabeza, yo no pude evitar reír, sin duda volver al trabajo ayudaba a que no me explotara la cabeza.

No supe hasta donde entramos ni cuántos strigoi matamos, el problema es que no encontrábamos a ningún rehén, acabamos con la mayoría de los que estaban ahí, otros intentaron huir encontrándose con el sol, pero para este momento la luz que nos ayudaba se había ido y peor aún al salir nos encontramos con un ejército de strigoi y las cuatro víctimas con ellos, no es necesario mencionar que no estaban a la fuerza sino que los acompañaban como parte de ellos — Rose — entendí que debía quemarlos y eso trate pero algunos huyeron de la flama, tres corrieron hacia mi, eran demasiado rápidos para ser nuevos, mi estaca y yo éramos un gran equipo así que me enfrenté a ellos sin problemas, pronto escuché un grito, me giré hacia el acantilado, una chica de unos catorce años estaba ahí siendo atacada, Dimitri buscaba llegar a ella, Irania me lo advirtió así que tenía que apurarme y adelantarme a Dimitri mas estos monstruos no lo hacían fácil, la furia comenzaba a hacer presencia en mi así que me libre de ellos con magia, corrí hacia ellos, mi marido ya estaba ahí, estaba delante de la chica protegiéndola, otros strigoi me cortaron el paso los queme sin precaución, mi hija me lo pidió y era por algo

— ¡Dimitri quítate de ahí! — no me hizo caso pues trataba de proteger a la dhampir, justo cuando iba a llegar a él la tipa saco un cuchillo clavándoselo en el costado —¡Dimitri! — al fin llegue a ellos aventé a la tipa por ese acantilado, tres strigoi me agarraron por atrás pues mis ojos ya no perdían de vista el cuerpo de mi marido, uno de ellos lo lanzó por el acantilado pues ya estaba inconsciente, eso fue suficiente para mí, mi coraje los hizo estallar, no era capaz de ver su cuerpo, mi corazón comenzó a latir fuerte y un zumbido me atrapó, esto no podía estar pasando

— ¡princesa Hathaway! — los ignore, abajo había agua, así que... si saltaba no me iría tan mal — ¡princesa! — salte sin más, era más altura de la que imaginaba, justo antes de tocar el agua sabiendo que dolería utilice magia para que me amortiguará, el río llevaba a una cascada así que me deje ir sabiendo que al final encontraría a mi marido, así fue, encontré su cuerpo atorado entre unas rocas

— camarada... — sacarlo fue todo un problema pues pesaba y mucho, al final lo conseguí cheque su pulso, seguía ahí — vamos mi amor, vas a a estar bien — le di primeros auxilios, en todo este lío los radios se destruyeron y no había celulares así que hice lo mejor que podía "Lissa necesito que les avises a los demás que Dimitri está herido, estamos al final de río, a unos metros de la comunidad dhampirica, al final de la cascada, apúrate" eso tenía que ser suficiente

— Roza... mi Roza — dijo en su delirio, había perdido mucha sangre pero no podía hacer nada hasta que llegáramos a la corte y lo pudieran curar

— tranquilo camarada, vas a estar bien, solo debes aguantar y ya — sí, seguro era simple... ajá... pero que más podía decir — mi amor solo resiste por mí y por las niñas — nunca fui la mejor en primeros auxilios aún así sabía que había hecho bien en este momento o eso esperaba

— Roza... te amo... felicidades — metió su mano en el guardapolvo y saco una caja — ya son ocho años juntos, ocho años desde que aceptaste ser mi novia, desde aquel día en casa de tus tíos — me entregó la caja – ábrelo —

— puedo abrirlo en casa a tu lado — mis lágrimas salieron y el tiempo no dejaba de correr sentía que eran horas, estaba muy pálido y frío — así que aguanta para que lleguemos a casa mi amor, por favor — cerró los ojos — vamos mi amor por favor abre los ojos — lo abracé a mi tratando de no lastimarlo — por favor mi amor despierta, despierta... si tú mueres yo también, así que debes aguantar — me volvería loca si tardaban más, volví a revisar su pulso estaba muy bajo, si no llegaban ya Dimitri iba a morir, no había nada que pudiera hacer pues conocía las reglas del libro blanco y oscuro, no podía hacer nada que jugara con la vida y muerte, esto no estaba bien, nada bien — Dimitri por favor, por favor aguanta mi amor, solo aguanta por mi y por tus hijas, te necesitamos —

— mi Roza... te amo... — dijo hasta que se apagó su voz, mi corazón se paralizó, mi cuerpo estaba estático ahí con mis brazos cubriéndolo

— Dimitri.... por favor... si tú mueres yo contigo... por favor — ya no me escuchaba, yo tampoco, sabía por mi movimiento corporal que estaba llorando y gritando pero mi mundo ahora estaba perdido.


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