Capitulo 4. Un momento en la Madriguera.

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Aparecí en la cocina era pequeña y todo en ella estaba bastante apretujado. En el medio había una mesa de madera que se veía muy restregada, con sillas alrededor.

El reloj de la pared de enfrente sólo tenía una manecilla y carecía de números. En el borde de la esfera había escritas cosas tales como «Hora del té», «Hora de dar de comer a las gallinas» y «Te estás retrasando». Sobre la repisa de la chimenea había unos libros en montones de tres, libros que tenían títulos como La elaboración de queso mediante la magia, El encantamiento en la repostería o Por arte de magia: cómo preparar un banquete en un minuto.

—Bienvenida, mi hija, a nuestro hogar —me dijo la señora Weasley.

—Vaya —digo asombrada, este lugar es precioso, en verdad me gusta, podría venir aquí siempre, a menos de que Ron me quiera invitar, claro esta—. Es muy lindo su hogar, señor y señora Weasley.

—Gracias querida.

—Creo que podras dormir con Ginny, pueden compartir cama, tal vez.

—Si, yo creo —dijo la chica pelirroja, ella es Ginny.

—Mucho gusto, soy Destiny, pero me puedes decir Des.

—Bueno, suban niñas, que dentro de un rato será hora de la cena —señalaba su muñeca, la cual estaba sin reloj, pero como toda mamá, tiene un reloj mental, que sabe cuando debemos comer y cenar. Aunque bueno, mi mamá carece de esas cosas maternales.

—Ven, Des —me señalaba Ginny que le acompañara por las escaleras, que atravesaban la casa de una manera extraña y en zig-zag—, estas la de Ron, y esta es la mia.

—Te molesta si entro a la habitación de Ron, necesito la lechuza de Harry —la chica se sobresalto y se puso ruborizada.

—Entonces te veo en mi cuarto, no hay pierde —dijo Ginny, entre y un intenso color naranja fosforecente me cego por completo, mientras mis ojos se adaptaban al color, encontré a los chicos sentados en un par de camas.

—Hola, Des —saludó Ron que estaba metiendo desordenadamente sus calcetines al baúl.

—Eh, Harry —dije nerviosa—, puedo utilizar a Hedwig.

—¿Para qué? —pregunta Harry con desconcierto.

—Para pintar —solte con sarcasmo, abriendo la jaula—, tu que crees Harry, necesito enviar una carta y Hedwig es la indicada para ello —me pongo enfrente de la jaula y pongo mi brazo enfrente para que brinque a él. La acaricio por debajo del pico.

—No te he dicho que si —replica Harry mientras la estoy llevando.

—Pues ya la tome, así que te aguantas —aclare cuando salía del cuarto y se quedaba con la palabra en la boca.

Entre al cuarto de Ginny y tenia una libreta negra de cuero. Supuse que era su diario ya que cuando entre, lo intento ocultar inmediatamente.

—Tranquila —le aclare con una sonrisa, mientras ponía a Hedwig en mi cabeza, me dolían sus garras en mi brazo—, no leere tu diario. Yo también tengo uno que... corre peligro en casa, con las amigas de mi hermana rondando como buitres.

Ginny rie por lo bajo, mientras me extendia pergamino, un sobre y tinta.

—¿Solo tienes hermanas?

—Y hermanos —respondí, mientras le pedía a mi hermana, Mery, la mas confiable de toda la familia, me envié mi baúl y a Ruddy, con Kendall o algo parecido. Ginny me comento donde estábamos y le envié la dirección.

Destiny y la Camara Secreta [DEH #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora