Destiny y la Camara Secreta [DEH #2]

Capitulo 22. La Poción Multijugos.

La doble agresión contra Justin y Nick Casi Decapitado convirtió en una nota que elevo la venta del periódico, mas fotos mias y de Harry, volteaba los ojos cuando me tocaban venderlos, estaba vendiendo mi propia mala fama. Curiosamente, resultó ser el destino de Nick Casi Decapitado lo que preocupaba más a la gente. Se preguntaban unos a otros qué era lo que podía hacer aquello a un fantasma; qué terrible poder podía afectar a alguien que ya estaba muerto. La gente se apresuró a reservar sitio en el expreso de Hogwarts para volver a casa en Navidad.

—Si sigue así la cosa, sólo nos quedaremos nosotros —dijo Ron—. Nosotros, Malfoy, Crabbe y Goyle. Serán unas vacaciones deliciosas.

Crabbe y Goyle, que siempre hacían lo mismo que Malfoy, habían firmado también para quedarse en vacaciones. Pero yo estaba contenta de que la mayor parte de la gente se fuera. Estaba harta de que se hicieran a un lado cuando circulaba por los pasillos, como si fueran a salirme colmillos o a escupir veneno; harta de que a mi paso los demás murmuraran, me señalaran y hablaran en voz baja.

—Saben, si quieren decirme algo, lo pueden decir en mi cara —dije enfadada cuando cachaba a unas chicas de tercero de Ravenclaw mirándome, pero entonces se me acerco Cedric, a él parecía no importarle ese echo inclusive de que estuviera en la escena del crimen.

—Yo lo que te quiero decir es que... salgamos —dijo Cedric con una sonrisa.

—¿Salir? —pregunte sorprendida.

—Si, salir, no sé, hay se nos ocurrirá algo.

—No creo que sea recomendable, Cedric, te tacharan como mi ayudante o algo parecido.

—Soy tu guardaespaldas —dijo después de echarme un guiño y marcharse.

Creo que estoy viendo estrellas. Además de que Cedric no me encontraba culpable, los gemelos tampoco lo hacían, encontraban la situación muy graciosa. Y hacia que disfrutara un poco mas esta pesadilla, porque bueno, Fred no me estaba dando la espalda como el año pasado. Me salían al paso y marchaban delante de mi, por los corredores gritando:

—Abran paso a la princesa de Slytherin, aquí llega la bruja malvada de veras...

Percy desaprobaba tajantemente este comportamiento.

—No es asunto de risa —decía con frialdad.

—Quítate del camino, Percy —decía Fred—. Mi princesa tiene prisa —me ruborice... o vamos hormonas, díganme quien.

—Sí, va a la Cámara de los Secretos a tomar el té con su colmilludo sirviente —decía George, riéndose. En un momento tuve una corona en la cabeza, pero solo fueron un par de minutos.

—Ya eres toda una princesa —me sonrió Fred.

—No, te equivocas —digo quitándomela corona—, Fred, yo no soy una princesa —este me miraba desconcertado y con un sencillo hechizo, transforme la corona de una princesa a una de reina—. Yo soy una reina.

Ambos gemelos se miraron y se partieron de risa, pero yo les segui era broma, pero se que soy una reina. Aunque bueno, como Percy, Ginny tampoco lo encontraba divertido.

—¡Ah, no! —gemía cada vez que Fred nos preguntaba a Harry y a mi, a quién planeábamos atacar a continuación, o cuando, al encontrarse con nosotros, George hacía como que se protegía de nosotros con un gran diente de ajo.

—Eso no funciona así —les seguía el chiste. Pero las payasadas parecían agobiar a Draco, que se amargaba más cada vez que nos veía con aquella burla.

—Eso es porque está rabiando de ganas de decir que es él —dijo Ron sentenciosamente—. Ya sabéis cómo aborrece que se le gane en cualquier cosa, y ustedes se están llevando toda la gloria de su sucio trabajo.