Capitulo 20. Club de Duelo.

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Una semana más tarde, el chisme de que yo era la heredera había parado, aunque no he ido a la enfermería para que revisen el golpe que tengo en el brazo y costilla, por lo que tenía que aguantarme cada vez que alguien me tocaba o en las clases de elementos, tenía que hacer movimientos fuertes con el brazo.

—Saben —dijo Penelope el miércoles en una junta sorpresa—, el profesor Dumbledore nos pidió que publicaramos este anuncio en la primera plana —"Club de duelo" "Primera sesión el viernes  por la noche".

Este periódico, se vendió por completo, todos estuvieron asombrados al ver un anuncio sobre el nuevo club en Hogwarts, lo cual, hizo que el jueves, antes de mis clases, Penelope decidiera abrir un articulo entorno a los clubes, los cuales, Ian y yo, regresando de clases, deberemos estar realizando las entrevistas y visitas.

—¿Por qué? ¿Acaso piensan que nos vamos a batir el monstruo de Slytherin? —preguntó Ron, que leía el artículo, pero lo cierto es que también él leía con interés el cartel.

—Podría ser útil —les dije a Harry y Hermione cuando nos dirigíamos a cenar—. ¿Vamos?

Se mostraron completamente a favor, así que aquella noche, a las ocho, nos dirigimos deprisa al Gran Comedor. Las grandes mesas de comedor habían desaparecido, y adosada a lo largo de una de las paredes había una tarima dorada, iluminada por miles de velas que flotaban en el aire. El techo volvía a ser negro, y la mayor parte de los alumnos parecían haberse reunido debajo de él, portando sus varitas mágicas y aparentemente entusiasmadas. Mire mi varita, esta se sentía muy alegre por entrar en combate.

—Me pregunto quién nos enseñará —dijo Hermione, mientras nos internaban en la alborotada multitud—. Alguien me ha dicho que Flitwick fue campeón de duelo cuando era joven, quizá sea él.

—Con tal de que no sea... —Harry empezó una frase que terminó en un gemido: Gilderoy Lockhart se encaminaba a la tarima, resplandeciente en su túnica color ciruela oscuro, y lo acompañaba nada menos que Snape, con su usual túnica negra.

Lockhart rogó silencio con un gesto del brazo y dijo:

—¡Venid aquí, acercaos! ¿Me ve todo el mundo? ¿Me oís todos? ¡Estupendo! El profesor Dumbledore me ha concedido permiso para abrir este modesto club de duelo, con la intención de prepararos a todos vosotros por si algún día necesitáis defenderos tal como me ha pasado a mí en incontables ocasiones (para más detalles, consultad mis obras).

»Permitidme que os presente a mi ayudante, el profesor Snape —dijo Lockhart, con una amplia sonrisa—. Él dice que sabe un poquito sobre el arte de batirse, y ha accedido desinteresadamente a ayudarme en una pequeña demostración antes de empezar. Pero no quiero que os preocupéis los más jóvenes: no os quedaréis sin profesor de Pociones después de esta demostración, ¡no temáis!

—¿No estaría bien que se mataran el uno al otro? —susurre a Harry al oído.

En el labio superior de Snape se apreciaba una especie de mueca de desprecio.

Me pregunto, ¿Cómo ese idiota continua sonriendo? si Snape me llegara a mirar asi, ya estaria emprendiendo una carrera en dirección opuesta, en busca de un lugar a salvo. Lockhart y Snape se encararon y se hicieron una reverencia. O, por lo menos, la hizo Lockhart, con mucha floritura de la mano, mientras Snape movía la cabeza de mal humor. Luego alzaron sus varitas mágicas frente a ellos, como si fueran espadas.

—Como veis, sostenemos nuestras varitas en la posición de combate convencional —explicó Lockhart a la silenciosa multitud—. Cuando cuente tres, haremos nuestro primer embrujo. Pero claro está que ninguno de los dos tiene intención de matar.

Destiny y la Camara Secreta [DEH #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora