Dominadores de mundos: Historia humana.

Grupo de exploración.

De pequeño mi abuelo siempre me contó de ellos, me leía todos los libros de su librería, aunque siempre tuve que mantener el secreto, "Son propiedad de los nobles, los humanos simples como nosotros no deberíamos tener tales cosas." Era lo que siempre me decía. Todas las noches leía los libros, pegado a la ventana, viendo aquellas fortalezas pasar sobre nosotros e ignorarnos completamente, soñaba con algún día ver la verdad de los libros.

Aquellas historias eran increíbles, mi abuelo era el arqueólogo del refugio, tenía tanto conocimiento, me decía que estos libros eran de miles de años atrás, pero eso no tenía sentido para él y aun así creía lo que decían, había palabras no las pude entender, no sabía leer muy bien, y el único que me enseñaba era mi abuelo, pero siempre andaba ocupado.

Recuerdo estar mirando la ventana de la pequeña choza de mi abuelo por la noche, y estar leyendo sobre algo conocido como "Observatorio" y algunos seres conocidos como "Demonios", lamentablemente la información se encontraba en el siguiente volumen, y nosotros no lo teníamos, sentía gran curiosidad por él, se decía que había visto una gran guerra, no pude terminar de leer el resto, puesto que mi atención se desvío a una nave cercana de los nobles, no se veía muy bien por su gran altura pero se divisaba algo de humo –Abuelo, despierta, ¿Que es aquello?-; mi abuelo se levantó, veía como algunas luces bajaban de la nave y se acercaban hacia nosotros, -Tenemos que irnos, recoge todo.-; en ese momento no entendía que pasaba, recogí todo y salí corriendo con mi abuelo, -Algunos miraban con admiración las luces que se acercaban, -¿Qué es eso abuelo?-; le pregunte, -No mires para atrás, ellos no saben la verdad de sus dioses, no podemos hacer nada.-; Sabia que hablaba de los nobles, pero no entendía a qué se refería.

Las luces estaban más cerca, escuchaba a la gente gritas alabanzas, prender hogueras y lanzas explosivos para avisar su posición, nosotros llegamos a los establos, y agarramos el primer caballo que vimos, -Sube.-; digo mi abuelo muy preocupado, ¿Por qué las luces lo inquietaban?, si eran un mensaje de los nobles era una buena noticia.

Apenas ajustamos el caballo, mi abuelo lo hizo correr como si el tiempo se acabara, nos empezamos a alejar, solo veía hacia atrás, las luces se acercaban más, pero algo andaba mal, empezaban a acelerar demasiado, luego entendí todo, como si fuesen piedras cayeron sobre las humildes casas del pequeño refugio, las alabanzas cambiaron a gritos, las hogueras extendieron el fuego por todos lados.

-No mires atrás, sé que es difícil, pero no lo hagas.-; al escuchar a mi abuelo, solo me tape la cara con su mochila, solo escuchaba gritos cada vez más lejos, luego de eso me quede dormido, logramos llegar a otro refugio, donde pude continuar mi vida, donde pude enterarme de la horrible masacre que apenas iniciaba.

Pasaron los años, mi abuelo falleció y yo me dedique a seguir investigando sus libros, y a viajar entre refugios para formar un mapa, entrene mi intelecto lo más que pude, razonamiento, lógica, elocuencia, todo lo que podía ir aprendiendo para llegar a mi meta lo aprendí, averigüe más sobre ellos, sobre los "Demonios", procedentes de elementales, mi destino final para completar mi plan, era rastrear yo mismo uno de ellos, quiero acabar esta guerra y con cada día planificaba mejor mis resultados, solo hacía falta la pieza más importante, el poder de un elemental, "Legion, la manifestación de miles en uno solo, dominante del cielo y el rayo, tan poderoso que se necesitó una montaña para contenderlo, engañoso y burlón, le encanta la miseria y desesperación humana, su narcisismo supera su poder y tamaño.", era su mejor descripción en los libros, se hallaba al norte, donde se encontraba el refugio principal "La fosa", donde me uniría a los exploradores moviendo influencias, cerca sabía que también se hallaba "Alexander, la locura del odio mismo encendido, solo quiere ver todo bajo sus pies, poderoso como peligroso", su descripción siempre involucraba cosas parecidas, no era buena opción.