Subyugación

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Tenía muchas preguntas, pero a la vez miedo de preguntarle, ¿Quién era? ¿Por qué estaba en aquella mascara? ¿Me odiaba?, le tenía miedo por aquello de hace poco, "Pedazo de escoria inútil, sino fuese por tu patética vida pudiera matarlo", de solo recordar sus palabras sentía una rara presión en mi cuerpo, no sabía quién era aquel chico, pero él puede saber algo, pero intento matarme también. Quizás sabía quién era este ser, por eso quería matarme, mi existencia mantiene la suya dentro de mi cuerpo lo que significa que si llegara a matarme lo mataría a él también, por eso aún sigo con vida, por eso...

-¿Estas bien? Te veo pensativo.-; pregunto Eulist. Solo asentí con la cabeza y seguí caminando junto a él, -Ya vamos a llegar, por aquí.-, decía mientras me guiaba hacia unas escaleras, al final de estas se encontraba una puerta, al abrirla los rayos del sol penetraron fuertemente en mis ojos, aturdiendo mi vista por unos segundos mientras mis ojos se adaptaban.

Aquello era lo que parecía ser el techo de la nave, con barras de seguridad y varios dispositivos grandes, con algo girando dentro, la brisa era potente y arrastrante, -Sujétate bien de la baranda, si te caes no te voy a poder agarrar.- dijo Eulist, no entendía que hacíamos aquí, pero solo me demostraba lo increíblemente grande que era la nave, -¿Por qué me trajiste aquí?-, le pregunte, me costaba mantenerme de pie, sobre todo porque solo tenía un brazo para agarrarme.

-Acostumbro a traer a algunas personas para acá, sirve de dos cosas: como recordatorio de lo insignificante que somos en esta batalla, y a la vez de verdad, de razón para luchar y reclamar nuestra vida.-; no entendía, quizás era para admirar la nave y entender eso, pero me di cuenta que no era eso, Eulist aún no había finalizado, -Aquí viene, déjame decirte algo, está realmente es solo una nave de tipo estudiante, normalmente hay cientos de ellas dentro de esa cosa.- sus palabras solo abrumaron más mi mente, apenas y podía ver el bosque que se hallaba debajo de nosotros por lo grande que era la nave aun estando cerca de una esquina, era más grande que mi refugio ¿Cómo puede haber...?

Una gran sombra empezaba a tapar el sol, cubriendo totalmente la nave, debía ser solo una gran nube que pasaba sobre... mire al cielo, aquella cosa realmente no merecía ser llamado nave, volaba por encima de nosotros a gran distancia, rodeada de miles de naves más pequeña, pero su tamaño seguía siendo brutal e intimidante, sería la equivalencia de ser un pequeño vaso de agua frente a un pozo profundo. Seguía mudo viendo hacia arriba, -¿Ahora entiendes a qué me refiero...?- entendía perfectamente a que se refería Eulist, pero eso solo me generaba más dudas, -No te obligare a unírtenos, si luego de saber esto aún no te convences, no tienes de que preocuparte solo te tendremos hasta que te recuperes y luego podrás seguir con tu vida.- sinceramente luego de ver esto no sabía que pensar, la expresión de Eulist era seria, y el silencio duro unos pocos segundos mientras la nave pasaba sobre nosotros, supongo que no nos harán nada, después de todo solo somos otra pequeña nave más cerca de ellos.

-Bueno, será mejor que vayas a darte un baño y a descansar un poco, tienes tiempo para pensar si unirte a nosotros o no, en tu estado actual eres solo un inútil inservible que apenas puede mover un brazo y caminar, te tendremos aquí hasta que te recuperes y puedas mover tu nuevo brazo, yo me quedare un rato más aquí, no se te olvide quitarte tu brazo de vez en cuando si vas a bañarte o a dormir, si después te pasa algo no me hago responsable.- Eulist se acercó a mí, y me entrego una barra de plástico plana, con más símbolos raros que no entendía, la vi detalladamente, tratando de adivinar que era.

-Esa es la llave de tu habitación, ¿sabes leer verdad?- pregunto Eulist.

-No, la verdad no sé si pueda llegar solo.- le respondí.

Dominadores de mundos: Historia humana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora