10| PROMESAS

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CAPÍTULO DIEZ: promesas.

Willa bajó rápidamente de la motocicleta de Jasper, con su corazón en la mano

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Willa bajó rápidamente de la motocicleta de Jasper, con su corazón en la mano. Lo miró por unos segundos, pensando si estaba tomando la decisión correcta. Percibió sus manos temblar y su respiración agitada, hasta que ella actuó. Sus pasos fueron rápidos, mientras caminaba por el jardín delantero de la casa y él vampiro la seguía con la mirada. Sus manos sudaban al sostener los pedazos de cobre y con un suspiro, colocó las llaves en la cerradura. El chirrido de la madera, junto con la moto arrancando fuera de la casa, fue lo único que sonó en esos momentos.
La pelirroja no demoró más tiempo y comenzó a subir las escaleras con rapidez. Las luces estaban encendidas, pero supuso que nadie estaba en casa; según lo que sabía, su tío trabajaba hasta dentro de unas horas y su tía había ido a casa de sus amigas para tomar el té. Así que no escatimó en sus sonidos cuando cerró la puerta de un portazo y corrió hacia su habitación, porque necesitaba hacer las cosas rápidas. Al llegar al cuarto, se apresuró para tomar la mochila que usaba en la escuela y dejó todo su contenido desparramado en la cama. Al terminar, abrió las puertas de su armario y comenzó a sacar algunas vestimentas que podrían ayudarla a pasar esos días. Tres camisetas manga larga, dos pares de jeans y un buzo que la ayudaría para pasar ese clima tedioso del lugar donde vivía. No olvidó colocar ropa interior limpia y unos calcetines. Ella pensó que la mochila estaba muy cerca de romperse, pero trató de meter de forma obligada el cargador de su celular.

—Alguien estuvo aquí.— saltó en su lugar al oír una voz en sus espaldas. No sabía en qué momento Jasper había entrado por su ventana. Se preocupó más lo que él había dicho.

—¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

Lo vio caminar a lo largo de la habitación, como si le perteneciera por completo. No le importó, estaba demasiado preocupada con la idea de que alguien hubiera entrado en su habitación. Lo vio oler la superficie de sus muebles, incluso su cama y su armario. Él pasó su dedo por la ventana y luego prosiguió a olerlo.

—Creo que el aroma le pertenece Aspen. Puedo sentirlo, pertenece a un vampiro.— explicó, mirándola a los ojos.— Él estuvo por toda la habitación, su aroma está impregnado. Menudo estúpido.

—¿Estás seguro?— cuestionó, mientras pasaba una mano desesperada por su cabello.

—Lo estoy.

—¿Qué se supone que debo hacer?— tembló al decir esas palabras. Su pregunta no sólo era para Jasper, sino que también, estaba dirigida para ella misma. Estaba varada en una situación de la que no sabía cómo salir, pero lo único que sabía era que no quería hacerle daño a nadie. Había un maníaco que la estaba persiguiendo como a una presa y no quería ser atrapada por sus manos sucias, así como tampoco quería que los demás salieran lastimados.

Vapor ✓ ⋆ Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora