13| LA BESTIA

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CAPÍTULO TRECE: la bestia.

La muchacha estuvo luchando por un buen rato, había pataleado y luchado para no ser violentada, pero nada sirvió

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La muchacha estuvo luchando por un buen rato, había pataleado y luchado para no ser violentada, pero nada sirvió. Acabó siendo empujada hasta una habitación abandonada, donde un hombre que no conocía, la tenía rehén. Él tenía una fuerza increíble y no tardó en darse cuenta de que también era un vampiro. Tenía una mirada llena de odio, que iba dirigido en su dirección. Willa Foster intentó pensar en quién demonios era él, pero no podía saberlo. Su rostro le parecía desconocido y lejano, una persona que estaba conociendo por primera vez. Su cuerpo era grande y musculoso, cabellos negros que le llegaban hasta sus hombros. Él tenía un aspecto que le recordaba a la antigua Roma, a los gladiadores quizá. Sus ojos eran rojos, como la sangre humana de la cual se alimentaba.

—¿Quién eres?— cuestionó Willa, con una voz agitada. Su labio estaba roto, mientras un poco de sangre salía de allí. Su cuerpo estaba en el suelo, amarrado a unas cadenas. Había intentado liberarse, pero estaba sujeta de una manera en la que no se le permitía moverse.

Le Bete du Gevaudan.— contestó aquél hombre, con un gran acento frances. Ella frunció su ceño, tratando de asimilar sus palabras. ¿La bestia? ¿Cómo? Observó las varias cicatrices en su rostro y la manera en la que él la estaba mirando. Le daba asco. Su cuerpo parecía el de un hombre de treinta años, pero teniendo en cuenta su aspecto, suponía que había vivido mucho más que eso.

—Es imposible.— negó con su cabeza, siendo incapaz de creer en esa falacia.

No era la adecuada para hablar de las historias de terror, pero recordaba haber escuchado esa historia en uno de los tantos programas en Discovery Channel que veía su tío Zach. La bestia de Gevaudan había sido un gran mito que tenía varios años de antigüedad. Supuestamente, en la antigua Francia, una ola de asesinatos comenzó y las personas empezaron a hablar. Según lo que Willa logró escuchar y entender, muchos habían creído ver a un extraño ser, una abominación, que asesinaba a los habitantes. Los números de muertos habían sido muy elevados y no paraban de acumularse. Había muchas suposiciones, un lobo, un leopardo, una niebla misteriosa. Pero nadie estaba seguro de lo que veía como para poder dar una afirmación a esos dichos. Hasta que luego de un tiempo, se decía que fue asesinado, pues nunca más molestó a los habitantes. Era un mito, estaba claro, al igual que los tantos que existían en las diversas culturas.

—Oh, vamos, Willa. Tú misma sabes que todas las leyendas son reales. Vives rodeada de vampiros y lobos, ¿Pero no crees en una leyenda cuestionada por todos?— él soltó una carcajada, como si encontrara divertido el hecho de su escepticismo.— Me decepcionas. Antes eras mucho más inteligente.

—¿Antes?— no dudó en preguntar, sin entender nada de lo que estaba diciendo. No sabía quién era el hombre parado frente suyo, así como tampoco sabía la razón por la que la había agarrado. Había pensado en Aspen, creyendo que él estaba manejando a ese hombre, pero no pudo verlo por ninguna parte. Las preguntas comenzaron a crecer en su cabeza, pero sabía que quizás las respuestas no le gustarían tanto. Sin embargo, decidió el conocimiento, antes que la seguridad de la ignorancia.— ¿Qué es lo que quieres de mí?

Vapor ✓ ⋆ Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora