Grell habia decidido investigar por su cuenta, pues tenía miedo de que al fin pudiesen juzgarle.
Sebastian le habia propuesto robar su registro shinigami, pues son las unicas pruebas que lo condenan a ser un ciudadano shinigami, es decir, si estos son destruidos, la ley shinigami no podria hacerle daño.
Se pensara que es buena idea, pues claro, para lograr aquello tienen que ir a robarlo directamente al edificio central shinigami. Cosa que para Grell es imposible.
...
Era hora de la recolección de almas y Grell espiaba a un shinigami cosechar un alma. Tenia un plan... a su ver era el plan mas arriesgado, pero necesitaba cumplirlo, cosa que tambien hacia que su cuerpo se estremeciera de la emoción.
Se acerco a tal caballero, sus ropas eran las de una dama castaña, vestido color durazno, y muy linda. Sabia que no le serviria disfrazarse por completo gracias a sus ojos verdes y al aroma que emanaba por su naturaleza, ya que no se habia tomado el tiempo de comprimir su esencia; pese a eso, necesitaba comprobar una teoria que le ayudaria a infiltrarse en el mundo Shinigami.
Aquel hombre le miro algo extrañado.
-¿Necesita algo?
-¿Se divierte cosechando almas?
-¿Como sabe que...?
-Pense que era muy obvio para cualquier shinigami...
-¿De que esta...?
-Soy una shinigami hembra... queria ver si querias pasar un buen rato conmigo...
-Tengo que trabajar. Lo siento.
-¿Porque rechazar a una dama? Eso no es de caballeros.
-Tiene razón, pero aun no termino mi cosecha.
-Podemos hacerlo rápido... susurro acercándose aun mas para besar a aquel hombre.
...
-¿Y esta habitación?-preguntó el caballero.
-Me tome la libertad de rentarla.-dijo Grell.
-A propósito... no te pregunte tu nombre.
-¿En realidad quieres saberlo?
-Me gustaría.
-Llamame Grell...-el hombre le miro confundido. El mayor le arrebato su guadaña.
-Buena broma.-sonrio. Grell tomo la mano de aquel hombre y la colocó en su entrepierna.
-¿Aun crees que bromeo?-pregunto el pelirrojo al invocar su motosierra.
-¿Que quieres de mi?
-Que me lleves al mundo shinigami.
-No puedo.
-Tienes que. No hay mas opción, sino me tomare la libertad de cortarte en pedacitos.-amenazó con su guadaña.
-...-tragó saliva.-Se que no debo enfrentarle solo... y no mentire... no quiero morir.
-Bien dicho.
-Lo llevare...
-Muy bien... partiremos cuando terminen los turnos de tarde... querido... ¿Perdon, como dices que te llamas?
-Ronald... señor... mi nombre es Ronald.
-Bien... sientate en la cama.
-Señor, no quiero hacerlo...
-Solo sientate, no me interesan los menores inexpertos como tu.
-Si señor.Hola!!! Espero les guste, se que me tardo, pero hago mi mejor esfuerzo.