Prólogo

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Brooklyn POV

Estaba realmente confundida y mi cuerpo dolía un poco, lo sentía a la vez tan entumido que batallaba para moverme. Hasta el momento sólo habían dejado pasar a Gael el cual no dejaba de abrazarme con mucho cuidado.

Después de que aquél extraño chico me llamara amor, el doctor se acercó a mí y comenzó a revisarme y a hacerme un montón de preguntas, mi voz estaba ronca y yo seguía sin entender qué hacía en ese hospital, por qué el chico me había llamado así y por qué el otro chico que se encontraba en la habitación no dejaba de verme.

El doctor lo único que me dijo es que había sufrido un accidente y tenían que hacerme rápidamente más análisis. Mandaron llamar a un familiar y trajeron a Gael, yo quería que Sydney estuviera conmigo y no es que no quisiera a mi hermano pero necesitaba a mi hermana, quizás ella podía aclararme todo esto.

-Deja de pensar y descansa- volvió a insistir mi hermano depositando un beso en mi cabeza.

-Gael no entiendo nada de esto, ¿qué sucedió? ¿Por qué no dejan entrar a Syd o a Frank?- lo volteé a ver pero él esquivó mi mirada y se levantó de la cama, se puso a caminar nervioso por toda la habitación y no contestó mi pregunta.- Gael, ¿sucedió algo?

-No- dice apresuradamente y frunzo el ceño aunque eso me cause dolor.- No los dejan entrar porque esas son las reglas del hospital. Sólo permiten a una persona en cada habitación.

-¿Y no podrías salirte tú para que ella o Frank entren? Quiero verlos.

Mi hermano está por hablar pero se ve interrumpido cuando el doctor toca la puerta para después entrar.

-¿Cómo te sientes, Brooklyn?- dudo un poco en responder cuando veo que el chico que me llamó amor entra tras él. ¿Qué hace él aquí de nuevo?

-Extraña, muy confundida a decir verdad. ¿Ya tienen los resultados de todos los análisis que me hicieron? ¿Me pueden explicar que ha pasado? ¿Por qué no me dicen nada? Creo que tengo derecho a saber porque batallo para moverme o porqué mi garganta arde cuando hablo.

-Tranquila, te explicaré todo pero necesito que estés en calma.

El doctor se para a un lado de mi cama y mi hermano se coloca en el lado contrario y toma mi mano, pareciera que él necesita más fuerza que yo.

-Tuviste un accidente automovilístico hace 3 meses, sufriste un traumatismo craneoencefálico muy grave y entraste en coma- volteo a ver a mi hermano y él asiente lentamente sin verme a la cara.

-¿Estuve en coma 3 meses?

-Así es, a pesar de que te dimos fisioterapia es normal que tu cuerpo se sienta raro, de igual forma, te tomará un tiempo retener algunos datos importantes, también eso será normal y...

-¿Cómo tuve el accidente?- le interrumpo preocupada. Toda la habitación se queda en silencio.

-Por mi culpa- dice el chico que me había dicho amor.

-No fue tu culpa, William- dice mi hermano en tono molesto. Miro al chico y él se acerca un poco hacia el doctor.

-Mira, no te puedo sobrecargar de información en estos momentos, acabas de despertar de un coma y no es bueno que haga eso.

-¿Y tú qué vas a saber?- pregunto exaltada, me desespera que le den mil vueltas a las cosas y no me lo digan de una vez.

-Yo soy médico.

-¿Me dirán cómo sucedió el accidente o tengo que ir a descubrirlo yo sola?- el doctor y el tal William se miran, el doctor asiente.

-Ibas conmigo cuando sucedió- dice él.- La carretera estaba muy húmeda, el conductor del camión no alcanzó a frenar y se impactó con nosotros, específicamente de tu lado. Traté de ayudarte pero no pude hacerlo- su voz se quiebra al final de la oración y se gira.- Perdón por no poder ayudarte.

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