Capítulo 3: "La asistente personal"

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Una bella jovencita pelinegra salía con su pequeña maleta de la agencia junto a los padres de Vegueta.

Sube, dijo el padre de Vegueta abriendo la puerta del auto.

La pelinegra subió, mientras los padres de Vegueta hacían lo mismo sentándose en los asientos de piloto y copiloto.

Te quiero pedir mucha paciencia con mi hijo, es muy temperamental y orgulloso, tiene una conducta muy difícil decía con tristeza la madre de Vegueta.

Siempre fue así, dijo Milk con curiosidad, con tal de averiguar más de la personalidad del joven al que cuidaría.

No, el era muy orgulloso pero era un gran muchacho a pesar de ello, decía la madre de Vegueta.

¿Por qué cambió?, dijo Milk intrigada.

Tuvo una fuerte decepción amorosa, dijo el padre de Vegueta mientras conducía.

Ya entendí, dijo Milk.

Mañana te llevaré con el terapeuta que lleva su caso para que te de las pautas de su tratamiento, dijo el padre de Vegueta.

Esta bien señor, pero puedo preguntar algo más, dijo Milk sonriendo dulcemente.

Claro, dijeron los padres de Vegueta.

¿El joven no tiene hermanos?, porque un hermano sería bueno para ayudarlo a salir de su encierro, decía Milk.

No, no lo tiene, es nuestro único hijo, por eso queremos que tú te conviertan en una hermana para él, dijo la madre de Vegueta.

Minutos después:

El auto de los padres de Vegueta entraba a una lujosa mansión. La pelinegra miraba sorprendida la gigantesca casa.

Ya podemos bajar, le pediré a la ama de llaves que te asigne un dormitorio, tú a diferencia de los demás empleados compartirás la mesa con nosotros, decía la madre de Vegueta.

¡Gracias señora¡ dijo Milk.

Baja hija, ¡vamos con la ama de llaves¡ dijo la mujer.

La madre de Vegueta fue con Milk al cuarto donde se encontraba la ama de llaves, quien de manera muy amable le asigno a la pelinegra una habitación.

En una hora vienes a la sala para presentarte a mi hijo, dijo la madre de Vegueta dejando a la pelinegra y a la ama de llaves en la habitación que le habían asignado.

La habitación no era grande ni muy pequeña, era de un tamaño regular y contaba con baño propio y estaba completamente equipada, la pelinegra miraba la linda habitación que incluso tenía una ventana desde donde podía ver la gigantesca alberca que había en la mansión.

La dejo para que acomode sus pertenencias, si necesita algo me ubica en la cocina, la cual esta pasando el tercer patio que vea, dijo la mujer saliendo de la habitación.

Habitación de Vegueta:

Toc toc toc

No contesta, decía preocupado el padre de Vegueta.

¿Qué pasa cariño?, dijo la madre de Vegueta llegando junto a él.

Ya llevo 5 minutos tocando la puerta y Vegueta no abre, dijo el hombre con molestia, mientras la madre del joven cabello de flama giraba la perilla de la puerta.

Esta cerrada, por dentro, dijo la mujer.

De seguro volvió a tomar, dijo el hombre.

Voy a traer una copia de la llave del cuarto, dijo la madre de Vegueta.

"Me cambiaste la vida"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora