Capítulo 16

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Con mucha cautela Jane se acercó a los barrotes. La celda tenía un pequeño agujero por el cual meter los alimentos así que Jane los dejó ahí y dio la vuelta para irse

Se iba a alejar cuando de pronto escuchó a Turpin llamarla

-Él te miente, Maslow- exclamó aún con esa extraña mueca que difícilmente se llamaría una sonrisa, era más bien como una sonrisa burlona

-¿A que se refiere?- preguntó. Siempre había sido muy curiosa, y eso le había causado problemas en ocasiones

-¿Crees que de verdad te ama? Él no ama a nadie excepto a sí mismo- Turpin se alejó de los barrotes y aún sentado en el piso cruzó los brazos sobre su pecho

Jane se acercó de nuevo a la celda a una distancia razonable y se sentó en el suelo para estar a la misma altura que Turpin

-¿Por que piensa eso?- interrogó de nuevo

-Es demasiado tierno en realidad. Se ve que tu sí lo amas, la manera en que lo miras te delata, y esa ciega obediencia que muestras es sorprendente; pero él solo es un servidor de Satanás que busca cumplir su misión, ¿como terminaste con él?- Turpin buscaba ganarse de alguna manera la confianza de la castaña, tal vez así lograría convencerla de sacarlo, pero Jane no era tan ingenua como hacia creer, aunque sí muy inocente

Jane dudó si contarle su historia, pero al ser siempre muy inocente, no veía maldad en nadie y eso también era un problema así que decidió contarle

Cuando por fin su relato terminó Turpin estaba sorprendido, la chica había sufrido demasiado y Victor siempre estuvo ahí con ella. Él tenía que admitirlo, eso era bastante noble. Pero Victor no era ningún santo, y nada que hiciera lo haría cambiar de opinión así que mantuvo su misma postura de siempre

-¿Que acto pecaminoso piensa hacer Frankenstein?- cuestionó cambiando drásticamente de tema. En ese momento Jane reaccionó y se dió cuenta de que estaba platicando con el hombre que quería destruirlos.

Rápidamente se levantó y salió de la pequeña habitación, sin siquiera darle respuesta alguna. Caminó sin rumbo por el castillo cuando chocó con un fuerte pecho. Victor.

-¿Estas bien Jane? Luces pálida- exclamó Victor con cierto tono de preocupación. Eso sonrojó a Jane ¿como podía Turpin decir que no amaba a nadie si tenía ese tipo de atenciones? Quería contestar pero sabía que Victor reaccionaría mal y no acabaría nada bien -¿Sucede algo? ¿Que pasó con Turpin?- volvió a preguntar pero Jane optó por no contarle

-N...nada- tartamudeo. Victor la miró con desconfianza y luego sonrió

-No sabes mentir, querida- Victor se acercó a besarla pero Jane se alejó

-Victor ya no quiero alimentar a Turpin- dijo determinada. Victor frunció el ceño

-¿Pasó algo con él?- Victor se imaginó lo peor, era algo nuevo que sintiera eso que muchas personas solían llamar "celos" pero para un hombre con su temperamento eso no era extraño

-Nada, solo no me siento cómoda haciendo esto- respondió tímida. Victor se acercó a ella aún con el ceño fruncido

-¿Haciendo que?- preguntó directo

-Esto. Tener secuestrado a una persona, y mas si fue policía-

-Jane no podemos arriesgarnos a que nos delate donde estamos. Ya conoce nuestra ubicación y de dejarlo ir sabes que irá a Londres. No arrestaran, no podremos terminar a Prometeo y no estaremos juntos ¿es eso lo que quieres?- Victor comenzó a molestarse un poco

-Sabes que no, pero ¿enserio tenemos que dejarlo encerrado?- insistió la castaña, Victor pasó su mano por su cabello

-Si- Contestó de manera seca y se fue. A veces a Jane le costaba entender a Victor pero de cierta manera sabía que él tenía razón. Si liberaran a Turpin todo se vendría abajo

Con la mente llena de miedos y de dudas Jane fue a su habitación (la cual compartía con Victor) y sus pupilas se dilataron cuando entró y lo primero que vió fue a Victor quitándose la camisa para cambiarse de ropa e ir a dormir

Victor se giró y cuando se percató de eso inevitablemente sonrió con una enorme coquetería y sensualidad

-¿Vas a pasar o sólo te quedarás mirándome desde la puerta?- preguntó con afán de incomodarla. Obviamente dió resultado

Las mejillas de Jane se tornaron tan rojas como fuera posible y se acercó a la cama con lentitud con el propósito de dormir

Cuando por fin se recostó sintió el fuerte brazo de Victor rodearla hasta quedar completamente abrazaba a ese ojiazul de olor exquisito

Jane pensaba y pensaba ¿Como pudo ese pobre hombre haber sufrido tanto? O ¿Como podía la gente referirse a él con el término "monstruo" si nunca alguien la había tratado con tanta gentileza y bondad?

Victor era un hombre que, a opinión de Jane, sólo fue víctima de la crueldad de la vida y su única manera de ocultar su sufrimiento fue a través de la ciencia y la medicina. No podía reprocharle nada, pues a ella le ocurrió exactamente lo mismo

No supo la hora, el momento o el último pensamiento con el que se quedó su mente pero cuando menos se dio cuenta cayó en un profundo sueño

Pasaron un par de días y a Jane se le estaba haciendo costumbre alimentar a Turpin, en poco tiempo el tema comenzó a serle indiferente; y no por que no le interesara aún el tema, sino por que sabía que dijera lo que dijera jamás convencería a Victor

El día despues de esa noche Victor sugirió a Jane que solo dejara la comida y se marchara inmediatamente, sin siquiera darle oportunidad a Turpin de hablar, así no le llenaría la cabeza con cosas sin sentido como Victor solía decir

Jane aún mantenía la vieja costumbre de salir del castillo a ver la naturaleza. Aún sentía como eso la relajaba, pero en días como esos, ni la magnificencia de la naturaleza podían tranquilizarla creyendo que Turpin pudo haber avisado a alguien a donde iba y que pronto vendría gente a buscarlo

Sin pensarlo dos veces Jane corrió dentro del castillo para encontrarse con el ex policía. Averiguaria los planes de Turpin

Devuelveme El Alma (Victor Frankenstein)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora