ACEPTAR Y SOLTAR.
Masoquista es la palabra que describe lo que soy al buscarte. Estúpida es como me siento al encontrarte.
Pero no simplemente encontrarte, sino encontrarte bien, y no sólo "bien", sino encontrarte mejor. Que triste es que yo aún siga sufriendo, que ridícula me he de ver.
Pero simplemente entendí que a ti no te dolió como a mí. Me di cuenta que no vale la pena preocuparse por alguien que ni siquiera se acuerda de ti. Que no te piensa, no te extraña.
Pero éste es el adiós. Claro, dudo que te importe porque tú te despediste desde que tu "dolor" desapareció. Desde que aquella cuerda te terminó de servir.
Tuve que darme cuenta por la mala, que ya no importa cuántos intentos haga, tú ya te fuiste.
Admito que me siento patética al tomarme un tiempo para escribirte algo, ja! Sí, algo más. Pero de cierta forma no me siento del todo mal... porque sé que de mi parte lo di todo, cada sentimiento vívido fue sincero.
Éstas sobrias palabras tristes o valientes son las últimas que te dedico, las últimas que llevan tu nombre por las sombras.
Pretendo que lo leas, de verdad espero lo hagas. Y no espero una respuesta porque ni para un saludo has podido llamarme.
A pesar de todo no puedo evitar admitir lo feliz que me hiciste en su momento, que todas tus palabras me ayudaron a darme cuenta que a veces, sólo a veces, no soy una mala persona.
Pero ya no importa, yo no me arrepiento de haberte conocido, ya sabes, una de las mejores cosas que me han pasado éste año fue conocerte y tener la oportunidad de quererte. Sí, a pesar de que pisoteaste mis sueños, a pesar de todo, no me arrepiento.
En fin, no me envuelvo más en todo esto, te deseo lo mejor, y que alguien mejor pueda amarte como lo quieres.
Al final yo no fui la que se dio por vencida, al final te equivocaste conmigo, y de cierta forma yo también me equivoque contigo.
Adiós.