YA NO ME GUSTAS.
¡POR FIN!
Eso es lo único que puedo gritar al saber que tu recuerdo ya no me hiere, ni me atraviesa el corazón como lo hacía anteriormente.
No sabes el alivio que siento al saber que ya no me duele el pensarte,
que tu persona ya no enloquece mis sentidos,
que tu mirada ya no me hace suspirar.
Ya no me derriten tus caderas.
Y la libertad que siento es indescriptible.
Miré una fotografía tuya y hasta me pregunté que, ¿en qué me habré fijado? Sin duda alguna en tu rostro no.
En fin, no importan las razones, ya sólo eres un recuerdo, un vago pensamiento, algo que ya no importa.
Tus labios ya no se me hacen apetitosos,
ni tus brazos seductores,
tu voz ya no me hipnotiza
y tu sonrisa ya no es tan brillante a como lo imaginaba.
Tanta razón en que el amor te ciega.
Tanta razón en que todo pasa con el tiempo.
Tanta razón en que nada es eterno.
Te aferraste tanto en volverte alguien común en mi vida, que al final lo lograste.
Ya no necesito de tus cumplidos para creerme bonita, ni de tus cursis escritos para sentirme poesía.
Yo misma puedo escribirme.
Yo misma puedo amarme.
Gracias por desaparecer de mi vida.
Porque mientras tú sigues hundiéndote...
Yo estoy flotando en la vida.
