Capitulo 32

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Una vez di el primer golpe, Ángeles y demonios comenzaron a pelear, el cielo comenzó a hacerse grisáceo, parecía que iba a llover...
Pero no era eso...
Era él...
Entonces sentí a mi lado a Dean, cubriendo mi espalda
-ya te habías tardado- reclamó riendo mientras encajo una de mis dagas en el estómago de alguien
-si bueno, no tuve el camino libre como tú- y antes de que responda algo veo que Vee está en líos
En graves líos, 4 Ángeles iban hacia ella, pero ella no podía moverse, parece buscar algo en la multitud y cuando me ve sonríe triste, pero ninguna lagrima aparece
-perdóname hermanita, esta vez no puedo salir- había escuchado sobre ese tipo de hechizos que hacen los serafines, pueden congelar a la persona y sólo logrará salir si alguien toma su lugar
Vee pareció entender lo que pensaba
-¡NO!, ¡DEAN, DETENLA!- grita desesperada, pero fui más rápida y corrí a ella, cuando llegué la empujé y me quedé en su lugar, sentí el frío metal de las cuatro espadas tocar mi piel, pero no pasó de ahí
Ya no estaba rodeada de serafines, estaba en otro sitio, frente a Vee
Su mirada horrorizada, y cuando me vio pareció pedir mil disculpas
Así que me giré
Mis cuerpo tembloroso, mis mejillas mojadas, mi vista borrosa
Las 4 espadas habían sido encajadas en su pecho, sangre manchaba su camisa y labios, me miraba sonriente, mientras caía en la nieve fría
Me le acerqué rápido, y con cuidado puse su cabeza en mis piernas, quité cada espada de él, sufriendo al ver el dolor que le causaba
-no me dejes Dean, por favor, te lo suplico, no te mueras- pido mientras acaricio su rostro, yo no tenía el poder de curar
-Vee, haz algo, ahora- ordeno, ella no se mueve, sigue ahí tirada como muerta
-¡Vee ahora!- grito, siento un ligero apretón en mi muñeca, y miro a esos ojos azules tan seductores que una vez vivían
-azul...ella...no puede hacer nada- tose, su voz ya no es aquella grave divertida, era ronca y moribunda
-es un hechizo que obligatoriamente se lleva a persona que ha sido herida- explica
-no...es injusto- replico, el ríe
-la magia siempre viene con un precio, azul- poco a poco el agarre que tenía en mi muñeca se aflojó
-no te vayas Dean...-
-no lo haré, siempre estaré contigo azul, porque...-tose de nuevo mucho más fuerte que me duele
-...te amo- fueron sus últimas palabras, y cerró los ojos
Sentí como el sonido fallecía, sentí el dolor en mi cabeza de mis cuernos llegando a una base que no controlo, mis ojos ardían, mire mis manos en llamas
Me salí de control
Y pasó, sentí dolor en mi espalda, la sangre resbalando por ella
Eran mis alas, gritaba y gritaba, me di cuenta ya tarde que llovía, que había nubes negras, que la batalla ya no continuaba
-¡Ada detente!- grita Gabriel, pero no lo obedezco, abracé el cuerpo muerto de Dean deseando que volviera a vivir, y escuché una risa
Ya estaba aquí
Un agujero se abrió no muy lejos de mi, y un tornado se avecinó
-¿quien hizo enojar a mi hija?- preguntó detenidamente un hombre que salió del tornado, no parecía un monstruo, vestía de gala, color negro, se veía como cualquier otro humano
¿como podía ser yo su hija?
Entonces me mira, y camina hacia mi, pero no me muevo
-estoy muy orgulloso de ti mi pequeña diablilla, ¿ya admiraste lo que has hecho?- entonces miro a mi al rededor y observé, la nieve negra, como cenizas, la lluvia se había detenido en cielo, y se escuchaban truenos fuertemente
Estaba asustada
Se carcajea- admito que casi no te reconozco, esos ojos azul cristal y el cabello rosado me confundían- ¿rosado dijo?
-aunque las alas si son como las mías, así que de golpe sus alas aparecieron, grandes, negras azuladas, con filo en las puntas
-bien, parece que empezaré por ti- Vee aparece frente a él, flotando, perecía como si se estuviera ahogando, fue cuando me levanté y en mis manos concentré energía, y la lancé a Dago, Vee cayó al suelo tosiendo, la ayudé a levantarse y la tuve a mi lado, Gabriel apareció a mi otro lado
-nada mal pequeña, pero puedes mejorar- se disgusta
-vete- ordeno
-me duele que digas eso- entonces mira el cuerpo de Dean
-debo decir que me equivoqué con respecto al chico, lamento su muerte- mi pecho duele al oír su nombre
-aunque ya no importa que esté muerto, solo te necesito a ti- me señala
-¿para que?- pregunté fría
-pues claramente para adueñarnos del cielo, y que todas estas haditas se extingan- una vez dijo eso, estaba convencida, que el hombre del que una vez me hablaron que era mi padre, no estaba, el era Dago, el diablo
-pues tendrás que conformarte contigo mismo porque yo no te ayudaré- dije
-claro que lo harás, ahora no por obvias razones- señala a Dean y mira a mis hermanos- pero, cuando ellos te fallen, no tendrás a nadie, estarás sola, triste, vagando por las calles, y en ese momento, vendrás a mi, a tu querido padre- no sabía qué decir, estaba vulnerable, Dago se dio la vuelta y comenzó a irse, y con él los otros demonios, Los Ángeles se retiraron, lanzándonos miradas asesinas
Nos quedamos solos.



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Estábamos a principios de Febrero, nos mudamos a Miami, no íbamos a clases, rara vez trabajábamos, queríamos mantenernos ocultos tanto de demonios como de ángeles.
Tenía ya cumplidos 18 años, pasó mucho tiempo desde la guerra, desde que perdimos a Shon, y a Dean.
   Cada vez que me veía en un espejo no me reconocía, mi cabello ya no era azulado, era rosa, ya no tenía cuernos pequeños, ahora podía ocultarlos bien, mis ojos ya no eran de un azul mar, eran un azul cristal, muy rara vez reía en serio con mis hermanos, pero la mayor parte del tiempo leía, o salía a la playa a caminar.
-Ada encontramos algo- dice Vee alarmada
-¿qué sucede?- pregunté tranquila
-creemos que son...cazadores- dejo de masticar mi manzana por un momento preocupada
-bien- respondo, no tenía por quien pelear, por mi tanto demonios como ángeles se podían morir
-Ada no podemos permitir que terminen con nuestra raza- reclama Gab
-si podemos, observenme- Vee y Gab intercambiaron miradas y se fueron, a veces creía que ya los tenía hartos con mi actitud
Trajeron un libro y se sentaron conmigo
-aquí habla de los cazadores Ada, lo que hacen con nosotros, no se detienen, tan solo piénsalo- me dice Gab dulce, al parecer esto era importante para ellos
-no necesito el libro- me levanto y los enfrento
-los ayudaré a averiguar sobre estos cazadores- dije, necesitaba distraerme, ya no pensar en...él, y continuar con mi vida
-los vimos por la playa, en el mar- dice Vee
-lo que significa...- insinúa Gab
-hora de volar- terminé por decir.

Fin...
Continuará.

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2016 ⏰

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