II

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[Correcaminos]

La primera vez que Liv vio lo que se le había venido encima no había notado que tenía unos ojos azules que, hasta el fin de sus días, le recordaban al cielo londinense en aquellos días de primavera en los que salía a jugar con sus familiares, corriendo por el jardín de la casa en la que había crecido.

Él, por otra parte, no se fijó en lo suave que parecía el pelo de la joven, que estaba recogido en un medio moño arriba de su cabeza que cambiaba de color levemente, dadas las mechas que llevaba por todo su cuero cabelludo; tampoco se fijó en los ojos marrones que le recordaban al pastel de chocolate de su infancia.

Solamente se miraban como enemigos, y él la acababa de lanzar por los aires a una velocidad de escándalo, lanzando por consecuente ambos bastones al suelo. La joven se recuperó rápido, y con una mirada a su entorno, cogió uno de los bastones y dijo unas palabras que el atacante no pudo distinguir.

Podía hablar un inglés muy rudimentario como para entender el cerrado acento británico de la vengadora en cuestión, que parecía no verle.

'' Chicos. '' La chica miró hacia adelante, y él no pareció darse cuenta de que se había quedado parado justo a la derecha de la joven, que entrecerró los ojos justo antes de lanzarse rápidamente a atacarlo con su bastón partido por la mitad.

Pietro reaccionó rápidamente, y en menos de un parpadeo de Liv, ya estaba detrás de ella, lanzándola de nuevo al suelo con un puñetazo en los riñones. La chica cayó al suelo y se llevó una mano desocupada a la espalda, entrecerrando los ojos de nuevo con la cara roja de rabia.

Eso ya era personal.

Y el hecho de que le fuese a venir la regla y tuviese los riñones sensibles no mejoraba la situación.

'' No eres lo suficientemente rápida. '' La chica levantó ambas cejas y soltó una carcajada mientras miraba hacia adelante.

Delante de ella, vestido con un chándal azul oscuro y bambas de color blanco había un hombre con el pelo blanco. Y raíces negras. También tenía un poco de barba negra, indicando así que su pelo blanco no era para nada natural, pero Liv no lograba comprender por qué narices se habría teñido y se hubiese descuidado tanto sus raíces.

'' Chicos, me está vacilando. Yo me ocupo. '' Liv cerró los ojos un segundo mientras se levantaba, intentando que el hecho de que no fuese mucho más alta de la media de altura de la mujer británica (que era bastante baja, Liv medía un metro sesenta y uno, tres centímetros más que la media) no afectara a sus métodos de intimidación. Cosa que no pareció funcionar, pues el chico sonrío de lado y volvió a correr.

Liv se quedó callada, mirando al suelo. Quizá lo podría oír acercarse. Sí, no tenía el oído mejorado de Steve, ni la capacidad de reacción de Nat, que era dos micro-segundos más rápida que ella, ni la fuerza de Thor, ni la inteligencia de Bruce, quizá no tenía la misma resolución de problemas de Tony.

Pero oh, Liv era muy lista. Y muy orgullosa. Y no iba a dejar que un mejorado la humillara, y justo cuando escuchó el zumbido que anunciaba que iba a atacar de nuevo, Liv salió corriendo hacia el primer árbol que vio y lo volvió a usar como pared, calculando al milímetro la trayectoria del mejorado, que no pareció ver venir el ataque de la vengadora, que acabó pegándole tal patada en el pecho mientras caía de espaldas al suelo con una voltereta de los más gimnástica que su trayectoria se vio afectada y casi se da contra un árbol.

Olive escuchó cómo soltaba varios insultos en una lengua que no lograba entender, pero que seguramente irían dirigidos hacia ella. Eso la hizo sonreír de lado mientras se recuperaba de la voltereta en la nieve, concentrándose en no caerse de culo por el resbaladizo suelo.

Pray you Catch Me [Pietro Maximoff]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora