Lucha entre dos mundos

Cap 16: Una extraña sensacion de vacio

Cuando llego la noche la idea que había planeado en conjunto con Joseph tomo sentido. Encontré gracias al mapa a los demás y cuando el sol bajo estábamos listo para implementar la huida. Nos armamos con nuestros propios puños y vestimos ropa de abrigo que nos presto el hombre.

Lo que con mas facilidad logre recordar fue la adrenalina que corría en cada una de mis venas. Yo iba delante evitando contarles los detalles de la situación. Caminábamos en silencio por el largo pasillo el cual era el único que llevaba hacia la salida. Eso aumentaba mi desconfianza pues creía que no sería tan fácil la huida, probablemente alguien nos esperaba en la puerta para atraparnos.

Eso fue exactamente como yo lo preví.

El mismo hombre de ayer, el desconocido estaba frente a nosotros. Parecía distraído, pero eso era una bomba de tiempo ya que si nos veía alertaría a los demás y nuestra vida acabaría allí.

Nos acercamos lentamente y cuando pensábamos que lo habíamos logrado giro y nos miró. Lo que siguió de ese momento esta borroso en mi mente. Nos atacó lastimándonos de gravedad, pero antes que mis ojos se cerraran logre observar a mi padre ayudándonos. Golpeándolo justo en la cabeza para que pudiéramos escapar.

Lo primero que note al recobrar la conciencia fue algo mojado bajo mis piernas. Estábamos fuera y todo lo que podía ver eran grandes pastizales, árboles altos y abundante vegetación.

Revisé mi cuerpo en busca de herida o algún hueso roto y cuando me di cuenta de que estaba bien volví a respirar con calma. Solo estaba a la deriva, frente a la helada y salvaje naturaleza, usando mis viejos jeans, ahora llenos de barro, y un chaquetón de piel que me protegía del clima extremo.

Luego me levanté y empecé a mirar hacia los costados intentando localizar a los demás. Cerca mío divise a Ashton golpeado y con sangre ya seca por toda la casa, acentuándose en las comisuras de sus labios y su nariz.

Quise acercarme a el a pesar de que mi cuerpo doliera terriblemente. Pronto vi a mis padres algo mas lejos de nosotros. Ninguno de los dos se movía por lo que rápidamente me puse en alerta. Si bien su crianza no había sido la mejor temía que algo malo pudiera sucederles.

Me moví lentamente para evitar carme y comencé a gritar:
- ¡Alguien!, hay heridos

Esperé un par de minutos y como vi que nada sucedió tuve que continuar a pie por donde el entorno se volvía frondoso. Evitando que el pánico me atacara seguí con mi caminata. Hasta que logre ver lo que parecía ser humo color azabache oscuro.

Había una casa muy cerca y por ende personas que quizá podrían ayudarnos.

Seguí derecho con cuidado de no tropezarme con los árboles. Tenía miedo, me sentía exhausta y la noticia mal digerida de que mi padre estaba vivo me carcomía la cabeza. Esto claramente no me impediría ayudar a mis seres queridos.

Pare cuando me encontré por fin frente al hogar que no era más que una vieja construcción mal pintada de amarillo chillón, con algunas roturas en la parte frontal. Definitivamente era mejor que morirnos de frío y hambre en la intemperie.

Decidí dejar de criticar y llamé a la puerta.

Al tercer golpe a la madera una señora de edad un poco avanzada con el cabello prácticamente gris a causas de las canas salió a atenderme y al ver mi estado se preocupó.
Yo empecé:
- ¿Estamos perdidos, será que nos podría ayudar ?.
-Por su puesto mi casa está abierta a visitantes-dijo la señora sonriendo.
-Tú y quien más? -pregunto que la señora confundida.

Le expliqué dónde estaban mi familia y ella amablemente me acompañó a buscarlos y llevarlos a su casa. Al ver a Tyler su expresión se endureció. Parecía tener una costilla rota y no poder moverse bien.
-Que le pasó? - cuestiono observándome.
-Vinimos a acampar y cayo de la montaña- mentí.
-No te preocupes yo soy una doctora jubilada desde hace algunos años, pero todavía tengo los conocimientos frescos- comento la mujer recuperando su amplia sonrisa.