Cap 34: Un dia que se veía normal

38 5 1
                                    

Después de todo lo ocurrido desperté a la mañana siguiente con muchas preguntas que quedaron vagantes, sin respuesta. La ilusión de convertirme en una adolescente normal aún seguía vigente dentro de mi mente. Eso solo era real dentro de mi mente hasta terminar con las personas que querían mi mal.

Sacudí mi cabeza en señal de desaprobación al sentir la luz del sol irradiando directamente mi rostro. Me levanté de un salto, cerré las cortinas y cuando quise volver a dormir me acorde de que hoy me tocaba ir al instituto de danza otra vez. Era jueves y como había faltado unas cuantas semanas por peleas, moretones y/o diversas ocupaciones tuve que hablar con la profesora por teléfono y explicarle mis problemas esperando que se compadeciera de mí. Sorprendentemente acepto sin hacer preguntas, lo que fue muy bueno para mí.

Sinceramente no estaba muy segura de querer volver a bailar, pero Anne pensaba que me haría mejor salir de casa. Tenia razón, podía ser algo realmente bueno para mí. Mantener esa beca que tanto me costó conseguir.

Con esa motivación en mi mente, me levante. Quite la pereza de mi cuerpo con una buena ducha y me coloqué un conjunto de ropa que quizá en otro momento no me hubiera atrevido a usar para ir a la academia.

Aprovechando el calor de la primavera utilice un conjunto corto de lycra negra, musculosa y short unidos por un bonito cinturón de brillantes que me hacían sentir poderosa. Debajo tenía medias del color de mi piel.

El dolor había empezado a cesar y mi corazón se estaba componiéndose lentamente. Mis pies brillaban dentro de mis zapatos enseñándome que el pasado había quedado atrás y el presente se veía bastante prometedor. Estaba concentrada sólo en eso. En ese momento no necesitaba nada más en que pensar.

Antes de bajar hacia el comedor decidí verificar si Ashton aún seguía dormido. La curiosidad me llevo hacia la habitación de invitados y llamando a la puerta esperé verlo pasar. Despeinado y en pijama, tan sonriente como siempre. Tan...perfecto.

Me sonrojé al pensar en eso y volví a la realidad cuando al abrirla me di cuenta de que allí no había nadie. Las sabanas estaban perfectamente tendidas, como si no hubiera pasado allí la noche.

Me pareció bastante extraño ya que no tenía ningún lado a donde ir. Pensé que quizá estaría en la cocina, sin embargo, esta se encontraba en completo silencio. Temí un segundo imaginándome posibles escenarios. La realidad me ganó como siempre.

En ese momento un mensaje suyo vibro en mi teléfono, a través de este me comunicaba que esta mañana se había ido de allí temprano. Se quedaría en el departamento de unos amigos a pasar unos días. Prefería irse para no incomodarme. De todos modos, vendría de visita próximamente.

Eso me pareció extraño porque no era ninguna molesta hospedarlo ahí, es más, me hacía sentir protegida. Lo entendí, necesitaba su espacio personal y poder pensar en libertad.

Por un segundo la angustia me ataco, estaba demasiado vulnerable en ese momento. Necesitaba un abrazo. Mis ojos no tardaron en cubrirse de lágrimas y con la vista nublada empecé a plantearme mis sentimientos. Los aparte a un lado por el momento y me encontré con otro nudo estomacal. Estaba comiendo mal y pronto estaría demasiado delgada pero no tenía tiempo de preocuparme de eso ahora.

Necesitaba aire fresco, no toleraba estar allí por más tiempo. Me obligué a desayunar algo nutritivo, en este caso un plato de yogurt con cereales y una vez que le vi el fin al plato me fui.

Camine por un rato hasta que el buen clima me devolvió la sonrisa, sabia que, si mis compañeras me dieran la espalda como la primera vez podía ser catastrófico para mí. Aunque prefería mantenerme positiva. En la puerta del edificio que tenia una rosa gigante en el techo. Subí y cuando llegué a la clase me di cuenta que éramos pocas.

Salude a Sally, la única con la que había podido conocer y me caía bastante bien. Después de hablar por un rato me aviso que la profesora estaba con licencia y que la suplente solo hablaba francés. Pensé que ese era mi momento de brillar y sin pensarlo demasiado supe que quería conocerla.

-Salut-dijo la profesora entrando a la clase (Hola).
- ¿Comme se? -pregunte llamando su atención (¿Como esta?).
-Tout va bien. ¡Je ne savais pas que vous parliez francais! -repondio bastante sorprendida (Todo bien-No sabía que hablabas francés).

Le explique que era mi idioma natal y después de observarme curiosa comenzamos a bailar. La clase estuvo divertida pero cansadora, ya que como yo era la única que le entendía debía traducir todo lo que la profesora decía.

Esto mejoro mi dia de gran manera y me mantuvo sonriente por el resto del dia. Esa habia sido una clase para recordar.

Al regresar a casa encontré a mi hermana mayor sentada con la misma cara que cuando me dio la noticia de que vendríamos aquí. Esta se encontraba comiendo lentamente un plato de pollo con arroz mientras me miraba de reojo. Me serví un poco de comida y me senté al frente. Anne me sonrió dulcemente repentinamente y al pasar comentó que había conocido a alguien nuevo.

Hoy tendrían una cita.

Palmee su hombro en señal de aprobación.Estaba feliz de que alguien en mi casa estuviera alegre.

Me aleje silenciosamente de allí y en el corto camino hacia mi habitación la tristeza volvió a inundarme. Seguía cargando con el daño de mi antigua relación y aun así cada vez que cerraba los ojos veía a dos ojos color cielo que me miraran solo a mí. 

Quería callar mis sentimientos hacia él pero eran demasiados fuertes, ese chico tan intrépido y audaz me encanta. Nada podía hacer para ocultarlos por más tiempo. Debía soportar la presión hasta que la pelea terminara.
..
Ashton estaba sin querer metido en el mismo problema que su estimada y no lo sabía, ni siquiera lo sospechaba. Durante dos noches seguidas había llamado a Ginebra preguntándole cómo conquistar una chica. Sabiendo que Emily no era una normal, si no la mejor que podría haber conocido.

No sabía  lo que iba a hacer para ella notara a que para él era  la chica más guapa del mundo y que se moría por ser quien que le hiciera los días más felices. Cada vez que estaban cerca las palabras se trababan en su garganta y no sabía cómo decírselo sin empezar a temblar.

Al día siguiente iba a ser el cumpleaños de susodicha, entonces estaban planeando una súper sorpresa para ese día. Una que nunca olvidaría y para eso había que hacer un par de llamadas e inflar muchos globos.

Le prepararía algo bastante grande, que sin duda la lograría distender un tiempo de sus preocupaciones y allí le explicaría cómo se sentía cuando estaba junto a ella.

Sería algo precioso y muy emotivo. Debía planear todo al detalle.
...
Mi idea de dormir una linda y larga siesta se vio interrumpida por la voz de la otra mujer que se encontraba en la habitación. Me pidió que la acompañara a comprar un conjunto nuevo de ropa para estrenar en su salida. Pocas ganas eran las que tenía de hacerlo pero al ser tanta su insistencia terminé diciendo que sí.

Rápidamente llegamos al centro comercial y empezamos a dar vueltas. Había mucha gente y Anne se probó mucha ropa hasta decidir que comprar. Visitamos prácticamente todos los negocios hasta que un vestido fue de su elección.

Era uno precioso, color escarlata y con una gran abertura en la espalda.

Nos fuimos de nuevo al auto y fuimos para una nueva y desconocida locación.

Holis!, cómo estás pasando la cuarentena?.
Aquí estoy yo un día más bastante feliz por cierto, escribiendo..
Poco tengo para decir, te quiero mucho.

Recuerda siempre seguir a tu corazón.

.LadyTerca.

Lucha entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora