Diabolik Lovers Zone! -Imaginas, frases, chistes, zodiaco y más- [TERMINADA]

Reiji Sakamaki.

Imagina número seis.

Camino por los pasillos de la gran mansión Sakamaki en busca de la cocina. —Okey, no, ya sé dónde está pero, me gusta el drama— Bajo la gran escalera, mientras miro lo grande y tenebrosa que puede llegar a ser esta mansión por las noches, mientras que por el día es completamente hermosa.
Al llegar a la cocina, el olor a té de manzana con canela inunda mis fosas nasales. Observo a Reiji, él al parecer no se ha percatado de mi presencia en la cocina, y esto me da tiempo para mirarlo detenidamente mientras prepara uno de sus sabores favoritos de té... Esa manera tan suya de servir cuidadosamente el té sin derramar una sola gota... Su manera de revolver el azúcar. Es increíble cómo puede ser tan refinado hasta en su manera de preparar el té. Admiro sus movimientos hasta que su voz me saca de mis pensamientos.

—Que mal educada eres, ______-Chan. No debes de observar de esa manera a nadie, sí que eres sucia— Toma de su recién hecho té mientras me mira divertido.

—Te recuerdo que el mal educado aquí eres tú, al no haberme ofrecido té en ningún momento...— Me siento sobre la barra de la cocina y lo miro perversamente. —Además... No me anunciaste que te habías percatado de mi presencia...— Me mira frío... Oh no. He invocado al monstruo "Modales".

—¡Y peor aún! Le respondes a un superior en voz alta... ¿Con qué clase de educación has crecido?— Sirve té en una taza y la pone al lado mío.

—Gracias. — Tomo de mi té. Le ha quedado delicioso.

—De nada...— Se sienta en la silla de enfrente y me mira con detenimiento, Dios, ¿cuándo me he puesto nerviosa por un vampiro?

—...—Me quedo sin habla. Ya no sé que decir. —Se para, se posa atrás mío y pone sus labios cerca de mi oreja.

—Por más mal educada que seas... Me vuelves loco. —Susurra y me toma de la cintura.

—Eso lo sé, así que... tendrás que enseñarme... Reiji-San— Nos besamos tiernamente y pasamos el resto de la noche tomando delicioso té, mientras charlábamos.

Fue una noche demasiado linda.