Recién llegado

Las consecuencias

Sólo Nuria apareció en clase. Llevaba amplias gafas de sol y no tenía buen aspecto

-Ayer se nos  fue de las manos- dijo con un hilo de voz

- A mí más que a ti- le dije apenado

-El grandullón venía con ganas de pelea, hicisteis bien en marcharos

-Todavía no me creo lo que ha pasado- dije bajando la cabeza

- La chica estaba celosa y el grandullón también, se les notaba demasiado.

Entramos en clase y yo repasaba la noche que si le quitábamos a Amaia y el gorila habría sido perfecta. Clara me había besado y me había dejado con ganas de más. Ante estos pensamientos una gran sonrisa se dibujó en mi rostro, quedaba todo un año académico para estar junto e ella.

Cuando acabó la clase Nuria me propuso saltarnos la que quedaba en el día de hoy e ir a tomar un café, acepté encantado, la cabeza me daba vueltas y no me sentía preparado para  aguantar una hora más en clase.

Cuando llegamos al café nos sentamos en una mesa separada de las ventanas para que el sol no nos golpeara en la cara, una vez sentados y con el café delante Nuria comenzó a hablar

-Se os veía tan bien juntos- dijo sin apartar su mirada de la taza

- Lo mismo digo- dije recordando que ella y Óscar habían estado muy pegados toda la noche

-¿Por qué lo dices?- preguntó intentando parecer inocente, yo sonreí esperando que eso fuese suficiente

- No ha pasado nada- dijo a modo de explicación

-Porque tú no quisiste- le repliqué

- Si Óscar quisiera algo conmigo lo habría intentado ayer y no lo hizo.- Luego de una pausa prosiguió- se ha dedicado a comentar lo guapa que era la que se enfadó contigo y lo preciosa que era la que te quedaste- dijo ya enfadada

- ¿Te olvidas del cabreo que cogió cuando te dije que estabas guapa?

- ¿Tu también lo viste? ¡llegué a pensar que era imaginaciones mías!- dijo ella algo más aliviada

- Quizás necesita tiempo, una semana es muy poco – dije pensando en que solo hacía una semana que conocía a Amaia y a Clara y aunque estuviera enfadado con la primera al pensar en ella aún sentía algo especial y con Clara las cosas habían cambiado, ese beso lo había cambiado todo sin saber por qué.

Me ofrecí a llevar a Nuria hasta la residencia, y justo después le mandé un mensaje a Clara:

-          Te espero?- dudé en si debía ponerle algo más después del beso no habíamos dicho una palabra que se saliera del “llegamos tarde”. Pero decidí que eso deberíamos hablarlo en persona.

Vibró mi movil

-          No, gracias!- su respuesta fue simple y rara.

 Guardé el móvil y me dirigí a casa. Antes me pasé por el mercado para comprar zumo, necesitaba reponer líquidos. Cuando llegué a casa Clara ya estaba en el salón, al verme entrar apartó su mirada de mí y sin decir una sola palabra siguió mirando la televisión. Me senté a su lado, sin guardar ni un centímetro de distancia y apoyé mi cabeza en su hombro ella se puso rígida. No iba a tolerar ni un momento más esta situación de tensión

- Clara, ¿pasa algo?- dije

- Nada, no pasa nada y no debería haber pasado nada. Fue un error Juan, un maldito error.

Al escuchar sus palabras sentí como algo en mi florecía de nuevo, era la misma sensación que había sentido cuando vi a Andrea con otro chico en los baños del instituto, la misma sensación que sentía cada vez que se cruzaba conmigo y me miraba días después de haber terminado. Ese sentimiento de abandono que anidaba en mí desde el mismo momento de mi nacimiento. Sin decir nada y queriendo decir muchas cosas me levanté de su lado y me fui a mi habitación.