Al llegar a casa, ella estaba sentada en el sofá y me volvió a sorprender con un “hola” que yo respondí con seriedad y fingida indiferencia.
Así pasaron los días y con ellos los exámenes, el olor a café y los despertadores a horas insospechadas. Era el último del piso en acabar y todos se marchaban a casa para descansar con sus familias.
-Una semana solo en el piso, ¡perfecto!- pensé cuando David me contaba los planes de todos. Vi como Vero, David y Amaia se marchaban; esta última antes de cerrar la puerta me dijo
-Pásatelo bien esta semana
- Tengo examen- le dije con frialdad- no creo que sea divertido
- Ya hablaremos cuando vuelva- dijo y cerró la puerta
El examen era dentro de 6 días y era de una materia optativa, tendría una semana para dormir, ver la televisión y estudiar lo mínimo.
Estaba viendo la televisión cuando la puerta se abrió y vi a Clara entrar, rápidamente aparté mi mirada de ella, pero esta vino a sentarse en el sofá de al lado. Intenté con todas mis fuerzas permanecer allí pero no podía respirar, así que me levanté y me fui a mi cuarto. No pasaron ni cinco minutos cuando ella golpeaba sigilosamente mi puerta y al ver que yo no contestaba optó por abrirla con cuidado
-¿podemos hablar? – dijo tímida
- ¿qué quieres?- dije bruscamente
Ella abrió del todo la puerta y pasó dentro sentándose en mi cama
- Creo, y sólo creo, que esto debería acabar- dijo mirando al suelo
- ¿A que te refieres?- dije sinceramente pues no sabía de qué estaba hablando
- Llevamos casi cuatro meses sin mirarnos, sin hablarnos ¿Qué nos ha pasado? ¡se supone que éramos amigos!- al acabar de decir esto me miró con lágrimas en los ojos.
- ¿Serías capaz de verme como un amigo?- pregunté con curiosidad
-No lo sé- dijo de una forma casi inaudible y prosiguió- no me lo estás poniendo fácil- dijo
Ante sus palabras algo en mi interior comenzó a arder, algo que nunca había sentido comenzó a salir de mí.
-¿Qué no te lo estoy poniendo fácil? ¿yo? ¿yo a ti?- dije gritando y perdiendo los nervios, no estaba dolido, estaba enfadado, muy enfadado
- Sí, le diste demasiada importancia a un maldito beso, beso que ponía en riesgo nuestra relación con Amaia, pero a ti no parecía importarte, y cuando yo pongo orden te haces el dolido y en tres meses no me dices ni “mu” y solo vienes a casa a dormir- dijo ella enfadada
- ¡Fui yo el que quiso arreglarlo! pero tu ni me mirabas, Amaia lo hubiera entendido pero tú estabas demasiado ocupada maldiciendo un beso, un beso que para mí fue demasiado importante porque te quería- al decir esto su cara cambió pero de todas formas decidí proseguir- pero ¿sabes que? no voy a darte más explicaciones porque no te importa mi vida- cada vez el tono de voz iba en aumento
- Amaia no es como tú crees. Ella... ¡ella se había ilusionado contigo!, ¡no todos los días se cruza en tu camino alguien como tu!
- No quiero hablar contigo, no sé qué quieres, ni qué pretendes, pero no obtendrás nada de mí. Nunca más- dije mirándola, y señalando la puerta, le indiqué que se fuera
- Quiero ser tu amiga, volver hablar como antes, estar contigo- dijo mientras por su cara rodaban un par de lágrimas
- No quiero ser tu amigo, no me interesa ese papel en tu vida
- ¿Tu que quieres, Juan?- preguntó ella con voz entrecortada
- Te quiero a ti- respondí sin pensar y me arrepentí al instante cuando ella se secó las lágrimas con la manga de la camiseta y dijo
- No puedo- bajo la mirada y se marchó
En cuanto cerré la puerta de mi habitación, en mi cabeza volvían a sonar todas las palabras que ella y yo habíamos dicho.
Si algo estaba claro era que esa noche no podría dormir y al parecer ella tampoco. Eran las cinco de la mañana y sentí como salía de su habitación. Siguiendo un instinto me levanté y allí estaba ella completamente vestida y con una maleta en las manos
- ¿Te vas?- pregunté desorientado
- Sí, me voy a casa, creo que la idea de pasar una semana juntos era pésima- dijo limpiando más lágrimas que caían sobre su rostro, ahora tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llorar.
Caminé hacia ella y le quité la maleta de las manos, la puse en el suelo y la abracé. Y ella me abrazó rompiendo a llorar con más fuerza.
-Seremos amigos- dije intentando calmarla
Pero la respuesta que obtuve no fue la esperada, ella apartándose de mí y mirándome a los ojos dijo
-Te quiero
Dos palabras, ocho letras, solo eso hizo falta para que tomara su cara entre mis manos y la atrajera hacia mi, ella rodeó mi cuello con sus brazos y nos besamos. Un beso lento, sin prisa, respirando entrecortadamente. Levé mi mano a su cintura para atraerla más hacia mí ella se sujetó más fuerte. En algún momento ella habló y rompió la magia
- ¿Y Amaia?
- Amaia no – dije sin saber muy bien lo que quería decir.
Aún permanecía con los ojos cerrados y con mi barbilla apoyada en su pelo. Ella a pesar de hacer preguntas no deseadas, no se había apartado ni un centímetro de mí. Cuando abrí los ojos, vi su maleta en el suelo
- No te vayas a casa, regálame esta semana- le dije casi suplicando
- Prométeme que todo irá bien- dijo volviendo a dejar caer lágrimas por su pálido rostro
Como respuesta únicamente le di un beso. No podía prometerle nada si era ella la que se empeñaba en estar separados. Me preocupaba que cuando Amaia regresara todo volviese a ser un caos, pero me consolaba pensar que me quedaba una semana por delante.
-Tendremos que recuperar el tiempo perdido- dijo con una media sonrisa pero con tristeza en sus ojos
- ¿Por donde quieres empezar?- dije con una sonrisa y totalmente feliz
Sin decir nada me cogió la mano y tiró de mí hasta mi habitación, en la que horas antes había tenido lugar la discusión que nos llevó a esto. Ella, quitándose únicamente los zapatos y el abrigo, se metió en la cama y me invitó a entrar
- Vas un poco rápido ¿no crees?- le dije con una sonrisa mientras me metía en la cama y comenzaba a besarla
Mientras la besaba ella tomó, una vez más, las riendas de la situación y me frenó.
- ¿Dormimos?- me dijo intentando separarme
-No puedes hablar en serio- dije
Pero claro que hablaba en serio, así que conformándome con tenerla cerca me quedé dormido.
Cuando desperté ella no estaba a mi lado. ¿Lo había estado alguna vez o todo había sido un sueño?
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Hola chic@s!!
Como siempre, se agradecen comentarios!
Un besito
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Recién llegado
Любовные романыJuan, un chico solitario y tímido, llega a una nueva ciudad a estudiar y las cosas no van a salir como él planeaba: chicas, fiesta, ella, amigos... aparecen en su vida sin saber como ni por qué, nunca había tenido tanta gente alrededor¿se adaptar...