Cambios

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El tiempo pasaba, había decidido permanecer solo. La tensión en el piso era más que evidente. Clara ni siquiera me miraba y Amaia intentaba ser amable, cosa que me abrumaba y me hacía daño. Por su parte David y Vero seguían ajenos a todo. Habían pasado 3 meses y la cosa no cambiaba. En clase por el contrario las cosas iban bien, cada día que pasaba era más amigo de Lucas y Nuria, y sin que nadie más lo supiera había hablado con Óscar de Nuria pero este tenía miedo a estropear la amistad.

El invierno golpeaba con fuerza, hacía casi un mes que no encendía en coche para retardar más mi llegada a casa. Hoy nevaba y hacía demasiado frío así que decidí llevarlo, pasé a recoger a los chicos a sus pisos y residencias y fuimos todos juntos al último día de clases del cuatrimestre. Estaban por empezar los exámenes y el nivel de café que teníamos en el cuerpo empezaba a hacer efecto.

-Chicos, hoy no puedo comer en la facultad, me voy a casa- dijo Nuria al salir de clase, puesto que desde hacía aproximadamente un mes tomáramos como rutina comer en la facultad y estudiar toda la tarde en la biblioteca.

-¿Cómo que te vas? ¿Ha pasado algo?- preguntó Óscar preocupado

-No, pero quiero ir a casa antes de los exámenes y este fin de semana es un buen momento- explicó ella.

Puede que no fueran una pareja pero se comportaban como tal, se daban explicaciones, cuidaban el uno del otro, no entendía por qué no daban un paso más.

-Pues ahora que lo dices quizás me apunte ¿qué te parece si viajamos juntos?- preguntó Óscar

-¡Genial! así se pasará mejor el tiempo- dijo ella visiblemente ilusionada por compartir el viaje de casi 5 horas con él

- ¿Nosotros como siempre, no? – me preguntó Lucas

- Tu como quieras, yo me quedo que tengo mucho que estudiar y prefiero hacerlo en la biblioteca.-dije

Nos despedimos de Nuria y Óscar y fuimos a comer. Cuando entramos en la biblioteca nos dirigimos a la mesa de siempre y para mi sorpresa justo frente a nosotros estaba ella, Clara, mi Clara, ella no me había visto ni escuchado entrar, o eso parecía, pues tenía los oídos taponados y estaba concentrada en una montaña de apuntes. Puse mis apuntes sobre la mesa y me volteé hacia la salida. Lucas, en silencio, me siguió

-¿Qué pasa? ¿por qué sales?- preguntaba sin cesar

-Ella está dentro, ella está dentro- balbuceaba yo sin que él pudiese entenderme.

- Habla bien ¿Quién está dentro?-preguntaba Lucas

- Clara- dije yo al tiempo que me sentaba- no puedo estar ahí, no puedo compartir su espacio

- Llevamos 3 meses con esto. Vamos entrar ahí , vamos a sentarnos y a estudiar física porque es lo que debemos hacer.

- Creo que hoy me iré a casa- dije desbordado por la situación

- ¡No!, hoy vamos a estudiar física. Aquí. Los dos. Frente a ella- dijo seguro y sin más me dio un empujón hacia la puerta de entrada.

Al entrar vi como me miraba, yo reaccioné quitando mi teléfono y fingiendo que escribía un mensaje, en realidad non fingía puesto que le estaba enviando un “vámonos por favor” a Lucas que no hacía caso a mis súplicas. Me senté en la silla y aunque no puedo decir que ella siguiera mirándome, sentía su mirada clavada en mí.

Podría decir cuantas veces reviví el beso que nos dimos en toda la tarde, al igual que las veces que ella tosió o suspiró. No podía concentrarme en la física si la chica con la que tenía química estaba delante de mí gritándome que era un error. Cuando sentí que me ahogaba le dije a Lucas que iba al baño, para asegurarse de que no me fuera se quedó mi chaqueta y las llaves. Pero yo necesitaba aire fresco y a pesar del gran frío que hacía salí fuera y me senté en un banco cubierto. Seguía nevando, y pronto tendría que irme si quería regresar en coche.

Recién llegadoWhere stories live. Discover now