Capítulo 37 "Amistad y Equipo"

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(Narrador)

Mientras el escuadrón que saldría a explorar el monte Taewon dormía, el maestro y Laxus se ocupaban de tener todo lo que fuera necesario para los chicos, y en el proceso, hablaban sobre los extraños sucesos ocurridos en el bosque Aiser.

-Deberíamos notificar a la armada de Pergrande. -había sugerido Laxus.

Él y el viejo se encontraban en la oficina, y desde que se habían pronunciado esas palabras, ninguno había vuelto a emitir sonido. Makarov, sentado como indio sobre su escritorio, tenía la vista perdida en la madera en el suelo mientras el rubio lo observaba recostado contra la puerta sin expresión alguna.

-¿Pergrande, eh? -murmuró el maestro en duda. -Ya están involucrados con Arakitashia, no hay seguridad de que se enfoquen en algo relacionado a los gremios.

-El imperio Álvarez también era asunto de los gremios. -respondió Laxus manteniendo el mismo tono desinteresado.

-Sí, pero al invadir el territorio del este, los Spriggan elevaron el grado de esta guerra a un nivel continental. -prosiguió el maestro. El silencio del gremio no era algo a lo que estuviesen habituados, y sumarle a eso la tensión del momento le provocaba al viejo un terrible dolor de cabeza. -Daré aviso al campamento más cercano que haya....también hablaré con Yura y Warrod para ver que pueden hacer en cuanto a nuestras limitaciones, fuera de ello no hay nada más que esté a mi alcance. -sentenció largando un suspiro.

Laxus lo observó un momento.

-Estas personas, los elegidos...no son como nada que hayamos visto. -expresó. Makarov levantó la vista a hacia él, quien mantenía la expresión neutra y la voz firme, pero detrás de eso había mucha más seriedad que de costumbre. -No tienen gran poder mágico, pero las habilidades que poseen son peligrosas. -hizo una pequeña pausa y agregó. -Creo que incluso para los Spriggan.

El maestro lo observó sin decir nada y recordó lo poco que había sentido y visto luego de la aparición de la elegida de la luna. Sin duda su poder estaba vinculado a los cuerpos de sus oponentes, pero no tenían una idea de qué tan grande podía llegar a ser.

-No es una magia conocida. -afirmó lentamente luego de un momento. -No sabría decir qué repercusiones genera en los magos, o cómo puede combatirse. -su voz fue bajando gradualmente hasta hacerse nuevamente silencio.

-Debe ser a través del etherano. -opinó el rubio cruzando ambos brazos sobre el pecho. Ante la confusión del viejo continuó. -Por la forma en que bajó la energía de todos seguramente hubo una alteración en el etherano que ingresaba a nuestro organismo. -explicó, luego con voz más baja agregó. -Creí que esa clase de magia solo afectaba a magos, teniendo en cuenta que Azuka no se vio bajo los efectos del cansancio.

-¿Pero? -cuestionó el maestro ante la incertidumbre en el tono de su nieto.

-Pero la nueva tampoco sufrió ante su magia. -respondió. -Ella se veía como siempre, sin ninguna clase de alteración. -se detuvo un momento y luego finalizó. -O al menos, no hasta que el elegido del sol apareció.

El maestro abrió los ojos de la sorpresa y se lo quedó observando en silencio.

"Así que ambos estas juntos", pensó con horror. "Esto va mas allá que nosotros"

-¿Qué sucede? -cuestionó Laxus ante la lividez del viejo.

-Es peligroso que vayan. -dijo pensando en Natsu y su equipo. -Incluso siendo fuertes, los elegidos superan cualquier cosa...y tienes razón, superan incluso a los mismos Spriggan. -afirmó sombríamente.

Laxus lo observó en silencio.

-¿Cómo es posible? -preguntó finalmente.

-Se supone que sus existencias son meras leyendas, cuentos de viejas, e incluso cuando este mito nació ya se sobrepasaba el límite de lo razonable. -respondió casi absorto. -Se decía que quienes fueron seleccionados por los espíritus de la Luna y el Sol serían poderosos guerreros, más allá del poder de los dioses y titanes. El sol y la Luna fueron las primeras energías que recorrieron este mundo mucho antes de los elementos. -explicó suspirando. -La magia de este mundo nació de la suya, por lo tanto, también morirá por ella.

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