Un Nuevo Dragon Slayer

Capítulo 50 "Hacia Donde Vamos"

(Rogue)

En cuanto recibimos comunicado de parte de Erza de que Natsu había hallado el rastro de Dash todos nos pusimos en movimiento hacía las coordenadas que emitía la lacrima. Nos tomó cerca de 10 minutos acoplarnos al paso al que iban ellos y para ese entonces ya Lamia Scale y el resto de Sabertooth estaban junto a ellos.

-¿Y Natsu? –preguntó Hibiki en cuanto estuvimos junto a ellos.

Gray extendió el brazo señalando hacia adelante, allí un bulto se movía ágilmente entre los árboles sin detenerse ni un momento. Corrimos detrás de él unos veinte minutos más o menos hasta que finalmente se detuvo.

-¿Qué sucede? –preguntó Erza al ver que había parado y se había quedado en medio del bosque.

Me puse a olfatear el aire en busca del aroma de la pelinegra, podía sentirlo cerca, pero se sentía extraño a la misma vez.

-No parece su olor. –comentó Sting notando lo mismo.

-Sí, sí es. –afirmó Gajeel observado hacia todos lados.

-¿Sucede algo? –cuestionó la señorita.

-Es difícil explicar. –respondió Sting rascándose la nuca sin dejar de mirar hacia todos lados en el bosque.

-Podemos sentir su olor, pero a la vez pareciera...que no proviene de ella. –finalicé.

-¿Cómo puede ser eso posible? –inquirió Kagura.

Nos quedamos en silencio mientras los cinco dragon slayer intentábamos localizar de donde provenía el aroma de Dash. Buscamos en los alrededores durante unos minutos que parecían eternos. Yo no podía dejar de revisar entre cada minúscula rama en busca de algún indicio de que la pelinegra estuvo allí, ya comenzaba a desesperarme. No podía quitarme de la mente el último recuerdo que tenía de ella, las últimas palabras que le dije...Recuerdo que estaba lastimada, tenía varios golpes en el cuerpo y yo apenas le prestaba atención, estaba tan enojado que ni siquiera me tomé la molestia de preguntarle que le había pasado.

-Puedo sentirlo cerca. –gritó Gajeel un poco más delante de donde estaba yo.

Todos corrimos detrás de él hasta llegar a un espacio algo pequeño en donde los árboles no estaban tan cercas unos de otros, pero allí tampoco había nada. Sin embargo...

-Aquí no hay nada. –comentó la rubia de Blue Pegasus, Jenny, creo. -¿Están seguros de que es aquí?

-Debería. –respondió Wendy.

-Puedo sentir su aroma cerca. –agregué intentando olfatear mejor.

-Tal vez sea por esto. –dijo Ren acercándose con un bulto en la mano. Blaze fue el primero en acercarse a él antes de que alguno de los demás pudiésemos ver qué era.

-Es su bota. –mencionó en voz alta. Algo en su tono hizo que se me helara la sangre al pensar lo peor.

-Debió perderla mientras venía hacia aquí. –comentó Kagura al ver las expresiones de los demás, que sin duda afirmaban que tenían los mismos pensamientos que yo.

-Oigan. –habló Sting. Estaba a un lado del pequeño claro observando algo acuclillado junto a un árbol, antes de hablar levantó la vista y me observó con temor. –Hay sangre aquí.

Luego de esas palabras no podría decir si oí algo más. Podía ver que sus labios se movían pero lo único que llegaba a mis oídos era un pitido dentro de mi cabeza y sentir un ligero temblor en mi rodilla.

-Aquí también hay. –escuché decir a mi izquierda. Al voltear, vi a Hibiki inclinándose entre un montón de hierba. Hubiese querido acercarme para constatar que no fuera cierto, pero mi cuerpo apenas se estaba manteniendo el pie por sí solo. –Es demasiada...