CAPITULO 1

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Un nuevo amanecer. Otra vez al estudio.

Soy Mailén Sanfelice, tengo 22 años y trabajo en un estudio de grabación como cadete.

El trabajo soñado, el que tanto me había costado conseguir después de estar alrededor de 4 años en la universidad para recibirme de licenciada. Si, algo que creía llenaría de orgullo a mis padres, o al menos los mantendría fuera de sus problemas y discusiones constantes luego de... ¿15 años de divorciados?. Si. Después de tanto siguen batiéndose a duelo con frases hirientes delante de sus hijos, que por cierto, soy la menor de cuatro hermanos. Tengo tres insufribles hermanos. Por lo menos en papá dio resultado. Era su pequeña adorada.

Y acá estoy, sentada a la mesa, desayunando con mi flamante y feliz familia. Mi madre, por su parte, se ha vuelto a casar con Alfonso, quien me resulta simpático e indescifrable... claro está, ¿cómo tolera a una familia que no es la suya día tras día, con tantos dramas, pudiendo ser libre? Bueno, eso quisiera yo. Pues bien, Alfonso no tiene a nadie mas que a nosotros, supongo que por eso sigue soportando, pero nos quiere mucho y es con el único que logro una conversación estable y fuera de reproches.

-¡Buen día, chicos!- Dice sonriendo Alf- como lo llamo con cariño- ¿Cómo amanecieron?

-Buen día, muy bien ¿vos?- respondo mientras le sirvo un café.

-¡Bueno será para vos, Mailén!. Podrías cambiar esa alarma algún día, juro que te rompería el teléfono- gritó mi amada hermana, Elena, con quien lamentablemente comparto mi cuarto, los días que vengo de visitas, y mi paciencia. Pero por esta vez, voy a hacer caso omiso de sus estupideces.

-Alf, hoy viene Irina, asi que me voy con ella al trabajo. Que tengas un buen día- Saludé rapidamente antes de que mi madre se despierte y comience con sus rutinarios reclamos de por qué la vida había sido tan injusta con ella y bla, bla, bla.

Salgo a la puerta de casa, y efectivamente, se encontraba mi amiga, Irina. 

¿Alguna vez encontraron una amiga después de tantos fracasados que pasaron en su vida, en la cual tan solo ocasionaron destrozos de autoestima, solo por conveniencia? Bueno, esa es Irina, ella y Bianca, eran las personas a las que le confiaba mi vida entera y jamás me reprocharían absolutamente nada. Nos conocimos en las clases de teatro, a los 15 años, y desde ahí nos hicimos inseparables.

Ya en su auto, en dirección al estudio...

-Pensé que venía Pedro a buscarte- dijo Irina con sorpresa, le había pedido que venga a buscarme.

-Ni me hables de ese estúpido, me tiene harta, Irina.

-¡Bueno! pero.. ¿Qué hizo ahora?

-No importa. Subí la radio.

Si importaba. Mientras sonaba de fondo Should've Been Us de Tori Kelly, pensaba por qué seguía con ese infeliz. Tenia seis años tolerando sus repentinos cambios de humor, sus quejas, sus engaños... sus engaños... quizás espero que algún día cambie como siempre me promete.

¿Se puede vivir de promesas?

FermínWhere stories live. Discover now