CAPITULO 2

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En la oficina programando el día.

En estos momentos se está filmando una novela que promete ser el boom de la primavera-verano, de esas historias que te mantienen pegado a la televisión a las tres de la tarde, a oscuras, aunque te estés muriendo de calor, simplemente... porque cada vez se pone mas picante. El jefe se enamora de la secretaria, y decide dejar a su adinerada novia, con cuerpo de modelo y rostro de porcelana, por el simple hecho de que la secretaria se convirtió en un bombón con solo quitarse los lentes. Y así nacen las venganzas, amoríos de terraza y accidentes donde uno de los personajes principales pierde la memoria en el momento justo que averigua la verdad de todo.

Y, digan la verdad ¿No se volverían loca con un hombre con carita que es un espectáculo y con voz seductora?. Bueno, mi coordinador era algo parecido, lo malo es que... es un desgraciado y engreído. Ese engreído justamente era el amor platónico de Irina, no puedo explicar qué le vio, pero siempre me recalca que muere por él.

-¡Mai! ¡ahí viene!- grita desaforada mi loca amiga, apretándome el brazo.

-¡Para! ¡Me vas a arrancar el brazo, Irina! ¿Quién viene?

-Manu, tarada.. ahí viene, ¿Crees que se de cuenta que me arregle para él?

Pasa el Señor Engreído, Iri lo saluda, no contesta...

-¿Vos qué crees?- le digo- de verdad, no comprendo cómo te puede simpatizar siquiera, es un idiota... teniendo tantas chances.

Era verdad, Irina es hermosa, y no lo digo porque sea mi amiga, pero se vestía muy bien, su maquillaje siempre era perfecto, su pelo negro y largo lo mas preciado de su vida. Tuvo chance con cuanto hombre quiso, sin embargo, esperaba que ese payaso se fijara en ella. Que estúpidos nos hace el amor.

El día había finalizado al fin, después de unas cuantas escenas. Ya eran las 23.30 hs. Con Irina estábamos saliendo y programando la noche, si ir a beber algo, ya que era viernes, o quedarnos comiendo helado viendo películas tristes en su casa, cuando...

-¡Mailén!- Pedro. ¿Qué hace?

-¿Qué haces acá?. Pensé que ibas a lo de tus amigos hoy- No sé exactamente si mi cara estaba sorprendida o desencajada, pero sentí calor en todo el rostro.

-¡Vine a buscarte! ¿Está mal? ¿Acaso no puedo venir a buscar a mi novia o alguien me lo va a impedir?- Dijo con la yugular a punto de estallar. Era evidente. Estaba ebrio y venía justamente de ver a sus amigos.

-Escuchame bien, Pedro. Así no pueden hablar- objetó mi amiga, tratando de traer calma entre los dos- ¿Por qué mejor no vas al departamento a descansar y mañana mas... frescos hablan?

Pedro tomó del brazo a Irina, y en un grito...

-¡Callate, estúpida! ¡Es por tu culpa, que le vivís metiendo en la cabeza a ésta ideas en mi contra, es por eso que estamos mal!

-¡Pedro soltala!- Manuel. Por primera vez en mi vida, sentía algo de alivio al verlo- Soltala, y andate- dijo firmemente.

-¿Y sino, qué?

-No estoy jugando, soltá de una vez a Irina y andate o llamo a la policía.

La suelta y nos abrazamos, ahogadas en lágrimas.

-Esta vez, te salvas, pero vos y yo vamos a hablar- me dijo Pedro, con los ojos inyectados de odio.

-¡Andate! ¡No te quiero ver nunca más en mi vida, hijo de puta!- Grite con todas mis fuerzas, antes de caer al piso.

Volvía al momento en que escuchaba Should've Been Us, en la mañana, y todo se desarrollaba en cámara lenta, mientras ese mal nacido desaparecía de mi vista.


FermínWhere stories live. Discover now