CAPITULO 10

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Luego de tomar un baño, fui a dar una vuelta mientras Irina se acomodaba en la habitación.
Mis sobrinos, mi hermana y su pareja, dormían, ya que en la noche tenían que ir al restaurante que recientemente inauguraron en el centro de Mar Azul.
Tomé ese momento y aproveche para salir a caminar por ese caminito, tapado de árboles y pequeñas luces que venían de las casas aledañas. El silencio me inquietaba, sólo los pájaros posados en la copa de los árboles cantaban pero se sentían lejanos.
Iba escuchando Palmar de Caloncho y Mon Laferte, con los auriculares, cantando bajito muy en mi mundo cuando de repente se quedó sin señal de Internet mi teléfono y quedé cantando sola...
-Echados al sol...- me extrañé, y tomé el teléfono para ver que pasaba..
-Sin tu bañador...- escuche esa voz de repente a mi lado, muy pegada al oído y pegué un terrible salto.
-¡Hey! ¡Calma!
-¿Quién sos? ¿Me querés matar de un infarto?
-Perdón... no fue mi intención. Venía caminando atrás tuyo y escuché que cantabas, me intrigó y me acerqué. No pensé que estabas tan distraída, perdón.- decía divertido un muchacho un poco más alto que yo, de pelo negro con peinado al costado, ojos redondos color café, piel blanca con los brazos tostados, se ve de andar mucho al sol, relativamente delgado. Su mirada tenía algo que me impactó. No suelo sostener la mirada a nadie, me desespera, me pone nerviosa pero esta vez sería distinto.
-¿No será muy fuerte decir que quiero matarte de un infarto?
-¿Qué?
-Si. Eso que dijiste, sonó extremista.
-Es una forma de decir.
-¡Qué formas! ¿De qué parte de Buenos Aires sos?
-Y... asumis que soy de Buenos Aires porque...
-No es que sea científico pero en el susto que tuviste me doy cuenta que de acá no sos.
-Del conurbano.
-Eso también lo asumí jajaja pero bueno. Lindo tema, ¿Cómo se llama?
-Cuántas preguntas. Pensé que sabías, ya que cantaste una parte...
- Retuve lo que te escuché decir desde que arrancó, cuando empezaste a cantar en la esquina...
-¡Qué  vergüenza! ¿Tanto me escuchaste cantar?
-No lo haces mal. Tiene mucho sentimiento tu voz.
Me sonroje... ¿Qué tipo de conversación era esa? Como si nos conociéramos de toda la vida.
-Palmar, se llama.
-Genial, lo voy a buscar... ¿Estás viviendo por acá o te perdiste?
-Estoy quedándome en la casa de la esquina.
-En lo de Liz y Jano.
-Si. ¿Los conoces?
-Obvio que si... yo conozco todo acá. Me extraña.
-¿Cómo que te extraña?
-Y si... que no lo sepas.
-¿Y cómo pretendías que lo supiera?
-Tengo cara de pueblerino. De haber vivido siempre acá. Tengo aires de campo. En cambio... siento tu ciudad vibrar en toda vos.
Me desconecte por dos segundos, intentando procesar todo eso que dijo. ¿Quién era?
-Bueno... te deje pensando así que, mientras lo haces, decime tu nombre.
-Me llamo Mailén... un gusto.
-Inmenso nombre, Mailén- esbozó una sonrisa en su rostro que podía encandilar toda la costa.
-¿Y tu nombre cómo es?
-Mi nombre... es aventura, es serenidad, es pasión...-Lo miraba a los ojos, absorbiendo cada cosa que decía- mi nombre es Fermín.
-Hermoso nombre, Fermín...
-¿Sólo eso vas a decir? Jaja está bien. Bueno, me tengo que ir, pero supongo que a la noche vas a "Eclipse Soñar", ¿no?- no sabía de qué me hablaba- El restaurante de Liz y Jano...
-Ah... si.. voy a ir, si.
-Bueno, nos estamos viendo allá.- Besó mi mejilla, tomándome de los hombros y se fue corriendo a través de ese camino, perdiéndose entre los árboles.
Yo quedé shockeada sin entender qué había sucedido y como un extraño me hizo sentir tan... tranquila. Pero quería tener esa sensación otra vez.

FermínWhere stories live. Discover now