CAPITULO 12

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Cuando llegamos al restaurante, estaba repleto, aunque aún no era temporada alta, los lugareños habían adoptado el lugar como propio. Las meseras iban y venían, la gente se veía cómoda, compartiendo con familia y amigos.
De la decoración, evidentemente, se había encargado Liz, ya que era sensacional igual que la terraza. Al estilo italiano, con toques vintage, pin up y moderno, adornos de otra época.
Nos acercamos a la barra, donde se encontraba mi hermana cobrando los pedidos.
-¡Liz, te felicito, este lugar es impresionante!
-¡Gracias! Que bueno que te guste. Éste fue el sueño que siempre tuvimos con papá y al fin lo estoy haciendo realidad.
-¿De verdad? Nunca me dijo nada.
-Hay muchas cosas que no sabes, hermanita, pero ya vamos a poder hablarlo. Tomen asiento, chicas, ahora les mando la carta.
-Gracias, Liz.
Nos sentamos en una apartada de todo pero a la vez que nos permitiera ver en plenitud el sueño de mi padre y mi hermana. De a poco me enteraba  más cosas y ya todo se convertía en un misterio al cual jamás le había dado importancia. La razón real de la separación de mis padres, la partida de Liz, la casa de la costa. Era demasiada información en tan poquito tiempo y estaba dispuesta a saber todo aunque duela.
Se acercó la mesera con la carta y nos trajo un vino de bienvenida que Jano nos había mandado.
-Bueno, Iri, voy a aprovechar la ocasión para brindar por vos.
-¿Por mi?
-Si, amiga, por vos. Quiero agradecerle a Dios y el Universo por permitirme tenerte conmigo, y más en ésta aventura de redescubrirme. Nada de esto lo hubiese logrado sin tu presencia en mi vida. Creo que todo sería gris y monótono, viviría aún en una mentira... por eso quiero brindar por vos. Porque siempre nos encontremos unidas y fuertes, luchando juntas ante cualquier adversidad que se nos presente... y por Bian, que a pesar de no estar de forma física, está con nosotras a la distancia. Salud, hermana mía. Que la vida siempre te sonría.
-Salud, Mai- entre lágrimas, emocionada. Nos levantamos para darnos un abrazo y cuando nos reubicamos, para mi sorpresa, está Liz junto a Fermín y otro muchacho al lado de nuestra mesa.
-Disculpen que las interrumpa, quiero presentarles a Fermín y Francisco, ellos son los nietos de los antiguos dueños del restaurante y seguramente los vean seguido por acá, ya que somos socios. Fermín, Fran, ellas son mi hermana Mailén y su amiga Irina. Los dejo para que se conozcan, voy a seguir atendiendo a la gente.
Me quedé helada por un segundo, fue todo muy repentino y no me habían dado tiempo para reaccionar.
-¿Nos podemos sentar?- Preguntó Francisco.
En mi evidente estado de shock, observando la sonrisa cautivadora y la mirada fija de Fermín, Iri respondió...
-Si, sientense, por favor. Liz no nos contó que tenía socios.
-Si, fue todo un revuelo. Nuestros abuelos querían vender y nosotros no. Sólo confiabamos en Jano, ya que lo conocemos de toda la vida así que decidimos asociarnos...
Mientras ellos entablaron una conversación, Fermín y yo, nos mirábamos a los ojos como si intentaremos descifrar algo del otro. No podía evitarlo. Tenía un ángel, algo en su "alma", por así decirlo, que me mantenía alerta, pensativa, confusa.
-Con Mailén vinimos de vacaciones, trabajamos en un estudio de grabación, para televisión y cine, ¿Verdad, Mai?
-Em... si. Si. Hace un tiempo, si...
-De hecho, no sabemos cuanto tiempo nos podemos quedar porque hay otro proyecto de filmación a punto de concretarse. De ser así, nos van a llamar para arrancar.
-Pero... ¿Ustedes son protagonistas?- Preguntó Francisco.
- Jajaja no, nosotras somos cadetes en Andrómeda. Ayudamos con el set, las luces, el sonido.
-Entonces son protagonistas- Acotó Fermín soltando la mirada- si se ocupan de todo eso, participan en la filmación. Aunque no estén frente a la cámara, no hay que desvalorizar su función. Si no fuera por ustedes, nada de lo que se ve tan "Mágico" en la televisión, valdría la pena.
Nos tomamos un minuto para procesar todo lo que había dicho.
-Bueno... eso es totalmente cierto... y en realidad, en el momento que Irina, Bianca y yo decidimos trabajar ahí, la idea era conseguir algún papel secundario, aunque sea... nosotras estudiamos teatro casi seis años, pero estamos felices en las cosas que nos toca hacer.
-Y también cantas, si mal no recuerdo...
No tanto por Irina, pero Francisco nos miró raro, ya que evidentemente su hermano no le contó lo que había sucedido en la tarde.
Pasaron las horas, el restaurante cerró y se nos acoplaron Liz y Jano. Hicieron una camita improvisada con los sillones, donde se recostaron a ver dibujitos mis sobrinos hasta que se durmieron. Tomamos algo, contamos anécdotas de las cosas locas que hacíamos en la adolescencia para molestar a nuestros padres, nos reímos hasta que el sol tocó la ventana.
-Bueno, chicas... es momento de ir a dormir, por lo menos hasta el mediodía porque después tengo cosas que hacer. ¿Van a ir a la playa?
-Mmm podría ser, no, Mai?
-Si, a la tarde vamos...
-Si quieren, cuentan con dos coordinadores turísticos para la ocasión.
-Excelente- dijo Iri, le había caído en gracia Fran- vos, Fermín, ¿vas a ir?
-Si, tengo cosas que resolver pero a las 3 estaría bien.
-Buenísimo, a las 3 nos vemos.
-Dale, las pasamos a buscar.- mientras saludaban, se acercó a mi oído- Dulce sueños, Mai- y me dio un beso en la mejilla.
Se me erizo la piel, fue un instante que se volvió eterno en mi memoria. Sobre todo antes de dormir...

FermínWhere stories live. Discover now