CAPITULO 4

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Estoy sentada en el asiento de acompañante en un auto. La ruta se encuentra a oscuras y a mi derecha sólo veo pinos y más pinos, o más bien, eso sólo distingo, ya que vamos a alta velocidad. No hay más luz que la del auto que marca el camino.
Volteo a mi izquierda y mi sorpresa es mayor cuando, aún en movimiento, el auto no es conducido por nadie. Entro en pánico. ¿Qué sucede?. Intento descender del auto en movimiento, pero las puertas están bloqueadas.
-¿Qué intentas hacer? ¿Matarte?- miro rápidamente y quien maneja es Pedro.
-¿Pero... qué? ¿Cómo?
-Mailén... ¿Te sentís bien?- dice, con cierta extrañeza en su mirada.
-Es que... yo... ¿Qué hacés conmigo? ¿Qué hago acá?
-Para, me estás asustando, ¿Qué te pasa? ¿Te sentís mal?
-No...bueno... no sé. Es que... estaba en lo de Iri, y ahora con vos pero peleamos y... y...
-¡Siempre la estúpida de Irina en el medio! ¡Ya te dije que no quiero que te juntas más con ella! ¡Deja de ser su amiga!
-¡No! ¡Déjame en paz, maldito, te odio!¡Me arruinas la vida! ¡DESAPARECE!
Y como por arte de magia se hizo humo. Mi pánico aumentaba.
-¡Mailén, para de llorar! Te das cuenta, tengo razón, sos la maricona, la más flojita de tus hermanos. Te pareces tanto a tu padre- Mi madre conducía ahora- No te entiendo, te juro, parece que quisieras fracasar, te empeñas en hacerlo. Tenes un trabajo de cadete, indigno. Te peleaste con tu novio y ahora, ¿Quién te va a querer?. Vas a estar sola toda tu vida, porque sos muy estúpida e inútil. Te empeñas en arruinarme la vida. Yo no quería  más hijos pero tu padre quiso tenerte y ahora...
-¡Basta! ¡Deja de culparme por la vida de mierda que tenés!. Si éstas así es porque te gusta, vos elegiste ese estilo de vida y la verdad no puedo comprender como Alfonso sigue a tu lado.¡Sos una basura! ¡No quiero escucharte más!
Ella también se había hecho humo. Me agarré la cabeza y llorando, encuentro fotos en mi regazo, de ellos y todos los momentos donde crei ser feliz. Levanto la vista y en una curva, el auto pierde el control, frente a mi hay una joven sentada en un banco a la cual distingo gracias a la luz del auto. Estamos complicadas las dos, tapo mi rostro asustada...
-Mai...¿Qué te pasa?- Pregunta Irina, despertándome de aquella pesadilla.
-Iri, ayudame- llorando desconsolada- no doy más, amiga, te juro que no quiero vivir más así. No paro de tener pesadillas, padecer... ¿Qué me está pasando?
-Tranquila, mi vida, no llores mas- no había cosa que me reconforte más que un abrazo de Irina.
Tocan en la puerta.
-Mailu, cambiate que nos vinieron a buscar.

FermínWhere stories live. Discover now