Fermín

CAPITULO 9

Abro los ojos. Estoy sentada arriba de un árbol. Por un momento siento miedo pero veo que estoy bien sujeta.
Miro a mi alrededor y veo todo... el cielo en su máximo esplendor, el mar, las aves, la copa de los árboles.
-¿Qué te parece éste lugar?
Me asusto. Tengo a un joven sentado a mi lado, sonriendome.
-¿Quién sos? ¿De dónde saliste?
-Creo que yo pregunté primero.
-Bueno- Mirándolo de reojo- me parece hermoso, mágico. Por un momento me..
-Te olvidaste de todos tus problemas, ¿no?. Me imaginé.
-Si- agacho la mirada- ahora respondeme.
-Soy un aventurero.
-Con eso no me decís nada.
-No es necesario que te hable demasiado de mi. Creo que con esa simple palabra defino quién y cómo soy. ¿Por qué te subiste al árbol?
-No sé... No sé como llegué acá.
-Algún propósito debes tener... pienso que dos. Admirar o escapar.
-La verdad, es que no recuerdo... no recuerdo haber subido, tampoco donde estaba antes de llegar acá.
-Quizás... subiste escapando de otra cosa y ahora estas admirando lo que se aproxima... ¿será eso, Mailén?
-¿Cómo sabes mi nombre si no te lo dije..?
-¡Mailén!. Despertate. Ya estamos entrando a Mar de las Pampas.
Veo la ruta, y el cartel de bienvenida. Mientras le indicaba como llegar a Iri, me miraba...
-¿Qué pasa, amiga? ¿No estás contenta?
-No, no es eso... tuve un sueño raro. Después te lo cuento.
-Seguimos con las pesadillas... despreocupate. Acá van a desaparecer.
Usó la palabra seguimos. Como será que hacemos todo juntas que lo que le pasa a una, lo siente la otra. Eso es unidad.
Habíamos llegado al fin. La casa de Mar de las Pampas era simplemente mágica. Se encontraba la avenida y en bajada, la casa. Rodeada de árboles inmensos, lo cual daba apariencia de bosque, flores de todo tipo y una callesita al costado derecho, que daba a las otras viviendas del lugar.
Descendimos del auto y apareció por la puerta Liz.
-¡Mai! Al fin llegaste. Bienvenida a casa, hermanita. ¿Como estás?
¿En serio? ¿Esa era mi hermana? ¿Esa chica que estaba sonriendo al verme?.
-Hola, Liz. ¿cómo estas? Me alegra tanto verte. ¡Te ves muy bien!
-Gracias, linda, vos siempre tan hermosa... ella, ¿Es tu amiga?.
-Si, perdón. Iri, ella es Liz, mi hermana mayor. Liz, ella es Irina, mi mejor amiga.
-Un gusto- dicen a dúo.
-Bueno, pasen. Deben estar cansadas por el viaje. No se preocupen por los bolsos, ahora le digo a Jano que los entre. ¿Jano?
Subimos las escaleras, y abrió ambas hojas de la puerta. Una sala inmensa, con dos escaleras que se unían en un pequeño balcón en el piso superior, y pasillos amplios que daban a la cocina y a la sala de estar. Algunas ventanas tenia pequeños dibujos de colores, que se reflejaban en las paredes y se movían con el sol.
No recordaba todo eso. Quizás porque era muy chica cuando lo construyeron y mis padres se separaron... mi padre se pasó gran parte del invierno trabajando en la casa, y cuando con mamá llegamos, ella empezó a gritarle diciendo que era un inútil y que eso no era lo que ella deseaba. Nos subió al auto y esa fue la última gota en el vaso del amor de mis padres.

Bajaron por las escaleras corriendo dos nenas de aproximadamente 8 años.

-¡Sol!, ¡Luna!, ¿Qué les dije de correr por las escaleras?. ¡Se van a caer!

-Eee... ellas son...

-Mis hijas, si. Ellas son la razón por la cual yo vine acá. Tenía un novio que no era gran persona... y no quiso hacerse cargo de nada. Me escapé acá, con el consentimiento y dolor de papá, y acá permanecimos. Tengo cuatro hijos, Mai. Dos con Jano.
-Pero... ¿Por qué nunca me dijiste nada?. Más bien... ¿Por qué papá nunca me dijo nada?
- A mi me sorprende que Antonia no haya dicho nada...-Acotó Iri tapándose la boca. Igual, no estaba diciendo nada incierto. Antonia es demasiado chusma.
-Por cuestiones que después te voy a explicar... mientras tanto, Bienvenidas. Espero se sientan cómodas, les guste el lugar y puedan experimentar cosas nuevas.
Experimentar cosas nuevas, en el momento justo, cuando mi vida cambiaba. No tenía un rumbo aún pero de a poco todo se aclaraba más y el corazón dolia menos. Salgo a la puerta y veo el nombre de la casa en letras cursiva y para mis adentros me digo...
-Bienvenida a la costa. Bienvenida al Bosque de los Misterios.