Capítulo 22.

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He vuelto~

Siento la tardanza :'v

Pero realmente estaba bloqueada :'v

Peeeero, ya no importa, porque volví (?)

Espero disfruten el cap de hoy~

Perdón por los errores u.u

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-Kyoya-

Después de aquella conversación con tu secuestrador, Emma ahora te estaba llevando de vuelta a la habitación, y si, “la” habitación, pues nunca la llamaría tu habitación, por mucho que eso hombre diga que te pertenece.

El ambiente era tenso, seguías a Emma pasillo por pasillo, puerta tras puerta. El dolor de cabeza no había bajado, por lo que se te dificultaba abrir bien los ojos, pues conseguías una clase de alivio al mantenerlos cerrarlos.

Al llegar, Emma encendido la luz y tú te acostaste en la cama con cuidado para no empeorar tu estado, sentías que la cabeza estaba a punto de explotarte. Pasaste un brazo por sobre tus ojos para evitar que la luz atravesará tus párpados y te quedaste quieto unos segundos.

-Señor- la castaña interrumpió tu momento de relajación, pero al menos fue para algo bueno. Te extendió un par de pastillas y un vaso de agua que llevaba en una pequeña bandeja.

-Gracias...Pero ¿De dónde sacaste esto tan rápido?- preguntaste mientras tomabas las cosas que ella te ofrecía. Te tomaste las pastillas casi con desespero, era muy irritante el dolor que estabas sintiendo y querías que se fuera.

-Hay muchas cosas aquí para mantenerlo satisfecho en todo momento- dijo ella señalando con su mano a una pequeña mesa de noche donde estaba una gaveta abierta de donde saco las pastillas, y al lado había un refrigerador.

-No sé cómo no vi eso…- volviste a tumbarte en la cama con el antebrazo sobre tus ojos.

-¿Se encuentra bien, señor?- sentiste como se hundía la cama ligeramente, se había sentado ella.

-Estaré bien, se me pasará en un rato…- suspiraste pesadamente, de verdad todo eso era realmente confuso. El extraño secuestro de una persona aparentemente desconocida, el estar encerrado en una casa tan inmensa sin tener la menor idea de donde quedaba, la supuesta boda, tus amigos...Ryuga.

-Emma…- llamaste con voz ligera.

-¿Si?- respondió de inmediato la castaña.

-Mientras estemos solos, no me llames “Señor” Es muy raro- te quejaste levantándote un poco para quedar sentado a su lado.

-Trataré de no hacerlo- rió ligeramente. Se quedaron callados unos segundos, ella veía el suelo y tú la mirabas detenidamente, sus ojos estaban muy cansados, bostezó ligeramente después de unos segundos y parpadeaba constantemente. Sentiste lástima por ella, cuánto la habrá hecho trabajar ese enfermo durante tanto tiempo para tenerla tan cansada.

-Emma…¿Cómo terminaste aquí, con ese hombre?- al escuchar la pregunta ella pareció tensarse un poco, abrazó sus brazos, o más específicamente el lugar donde anteriormente había visto un pequeño moretón.

-Bueno...Soy la típica chica sirvienta que necesita el trabajo para mantener a su madre enferma, así que, no hay mucho que contar- ella soltó una pequeña risa apagada, no estaba para nada contenta con su vida actual, y sinceramente tu querías ayudarla a salir de ahí, pero si no podías ayudarte a ti mismo ¿Qué caso tenía?- El amo...Es un hombre muy estricto. Cada pequeño error lo castiga. Es fuerte, perfeccionista y muy brusco. No titubea al castigar a cualquier de sus empleados. No quisiera sonar egoísta, pero la verdad agradezco mucho que esté usted aquí Kyoya-san, antes le servía a él, pero como ahora seré su servidora, estoy segura de que no podrá ser tan duro conmigo- bajó la mirada entre apenada y entristecida. Tu colocaste tu mano en su hombro y le sonreíste ligeramente.

Mi Profesor Favorito [Ryuga x Kyoya] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora