Llegué yo...Otra vez :D
Lean pues uwu
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Un día corriente en la preparatoria, Kyoya se encontraba junto a Gingka jugando Plantas vs Zombies en tu teléfono. No era que le encantará ese juego, pero sinceramente ya no sabía que más hacer con su aburrimiento. Estaban en hora del receso debajo de un árbol, Gingka a su lado solo estaba viéndolo jugar mientras comía un Lollipop de fresa.
—¡Ah, Ya me aburrí!— gruñó Kyoya extendiéndole el teléfono a Gingka quien lo tomó gustoso— Iré por algo de beber, muero de sed— sin esperar respuesta, simplemente se levantó del suelo y caminó, Gingka tan sólo lo ignoró comenzando a jugar muy tranquilamente.
Kyoya era, por decirlo de algún modo, el chico más problemático de todo el instituto. Era temido por todos por su mal carácter y por no temerle a una pelea, y si alguien tratase de tirárselas de valiente y molestarlo, nada bueno iba a salir de eso, pues el chico era astuto e inteligente. Algunos piensas que por su baja estatura y su cuerpo algo delicado sería fácil aprovecharse de él, pero era experto en Kick Boxing y artes marciales, y a pesar de que no las usaba de manera correcta, eso era lo de menos.
Casi toda la escuela de encontraba en la cafetería as esa hora, por lo que estaba muy ruidoso, eso le molestó. Pasó de largo de la puerta y se paró frente a la máquina expendedora y sacó una botella de Coke, tomó un sorbo y fue a la otra máquina para sacar una par de mentas. Al abrir el pequeño paquete y estar a punto de comerla una idea loca cruzó por su cabeza y sonrió de forma traviesa.
Metió rápidamente dentro de la botella las pequeñas pastillas de menta y luego la cerró con fuerza. La batió un par de veces, espero unos segundos riendo absolutamente ansioso y luego la tiró dentro del comedor. Los gritos de todos no se hicieron esperar cuando la botella había literalmente explorado, y Kyoya tampoco espero un segundo para comenzar a reír como un demente. Los alumnos se quejaban y seguramente corrían por todos lados escapando de la pequeña botella proyectil. Kyoya trató de escapar al saber que ya los alumnos comenzarían a salir corriendo fuera de la cafetería, pues aunque él fuera ser el chico más temidos, ellos podrían quemarlo vivo si sabían que estaba solo. Comenzó a correr alejándose de ahí, pero algo detuvo su huída, frente a él se encontraba Ryuga, su profesor guía y tutor. Éste lo miraba confundido al no saber por qué escapaba, alzó un poco la cabeza y vio a los alumnos comenzando a salir enojados y algunos hasta corriendo, empapados de algún líquido oscuro, luego volvió a ver a Kyoya.
—¿Otra vez?— preguntó el adulto, Kyoya sólo bufó enojado al verse descubierto en su travesura.
—Sólo dame mi castigo y ya— se cruzó de brazos apartando la mirada y haciendo una clase de puchero. Ryuga suspiró cansado y comenzó a caminar en la dirección de donde venía con Kyoya siguiéndolo.
Minutos después ya se encontraban los dos frente al director. Uno frente al otro. El hombre mayor sermoneaba a Kyoya por ser la tercera vez en el mes en el que el pequeño peli verde se encontraba sentado en esa silla, mientras que el chico sólo jugaba con un lápiz sobre el escritorio ignorando completamente a los dos adultos.
—Señor, Ryuga, me parece que los castigos de tareas extras y limpieza después de la escuela no están sirviendo de mucho, necesita buscar otro tipo de castigo más fuerte para que esté chico se dé cuenta de las consecuencias de sus actos, además de que el padre no parece en absoluto interesado en esto. Si no busca una forma más práctica de hacer que entienda, me veré obligado a expulsarlo— terminó de hablar el hombre realmente serio. Kyoya al escuchar sus palabra volteó ver a Ryuga con una sonrisa tranquila, y luego volvió a juguetear con el lápiz, esto hizo molestar a Ryuga, realmente no le interesaba en lo más mínimo el ser expulsado. Suspiró nuevamente con pesadez sobándose la frente, pero luego sonrió ampliamente, ya tenía el castigo para hacer cambiar de opinión a su joven alumno.
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Mi Profesor Favorito [Ryuga x Kyoya] (EN EDICIÓN)
RomanceRyuga es un chico problema. Kyoya un profesor de literatura. Ambos se encuentran un día cualquiera, en un lugar cualquiera. Al separarse, ambos pensaron que nunca más volvería a verse y seguir con sus vidas normales. Pero el destino les tenía prepar...