❛Sarah, joven científica que mira todo con su lado racional, se designa como una chica diferente. No obstante, algo inesperado pasará que le hará despertar su lado más animal❜
Esta pequeña historia, desde que la escribí, ha sido algo muy espec...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al acabar el entrenamiento, Skipper se fue al laboratorio a hablar con Kowalski. No sabía por qué, pero tenía miedo de lo que pudiera decirle. Así que decidí espiar de forma disimulada, aunque cuando llegué estaban ya en mitad de una conversación y no entendí ciertas cosas, además de no entender bien todas las palabras que decían.
Skipper.- ¡Doris, Kowalski! ¿Y Doris?
Kowalski.- No lo sé... Me siento confundido Skipper...
Skipper.- Sabes que Doris no te quiere, Kowalski, pero ahora...
Kowalski.- Mi corazón se dividió en dos hace tiempo Skipper y no sé a cuál de las dos mitades atender... Una de las mitades está lejos de aquí y la otra está aún más lejos... Y sé que tarde o temprano las dos mitades serán machacadas sin remedio... —dijo rompiendo a llorar y se escuchó un silencio incómodo.
Skipper.- Una de las dos mitades se salvará, Kowalski. Me he fijado en ella... En la poseedora de la segunda mitad, ya sabes... Es guapa y creo que puedes tener alguna oportunidad... Creo que está en la misma situación...
Al oír aquello, me aparté inevitablemente de la puerta. Si el corazón de Kowalski estaba dividido en dos, el mío estaba hecho pedazos. La primera mitad de su corazón era para Doris, como había logrado deducir, y la otra, era para... otra chica, que al parecer estaba lejos, muy lejos de allí.
Quedé destrozada al oír aquello. Me hizo plantearme seriamente todo lo que sentía por Kowalski... Porque ya sabía que él no me quería ni había espacio en su corazón para mí. Él quería a Doris y a otra chica, de la que no sabía nada, pero desde luego no era yo, por las palabras de Skipper; y además, daba la impresión de que Kowalski estaba jugando con mis sentimientos, dándome falsas esperanzas.
No quise seguir oyendo la conversación y me salí de la guarida. Sentía que me asfixiaba, necesitaba aire fresco y despejarme las ideas.
Hacía viento y el cielo estaba nublado, como mi corazón. Necesitaba olvidarme de todo aquello, quería hacerlo, y por ello tomé una importante decisión que les pillaría a todos por sorpresa, pero estaba decidida a hacerlo.
Sabía que les echaría de menos, pero en el fondo, para ello había estado todos aquellos meses allí entrenando. Debía estar preparada para salir sola a la jungla de asfalto para buscar a mis padres, o para saber al menos si se habían reencarnado.
Y aquello había sido el empujón necesario para aventurarme a buscarlos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
